/ domingo 28 de junio de 2020

Un gato en el IPE

El gato retoza. Está acostado sobre una caja de cartón, al parecer, archivero. Está despierto y sobre las manos cruzadas reposa la quijada. Y mira. Desde su rincón mira. Escudriña. Vigila.

Se llama Felipe y sobre el escritorio a un lado hay unas flores naturales que, acaso, todos los días, o seguido, cambiarán.

Sobre el escritorio un vaso con agua, apenas unas gotitas tomadas. En un extremo, un archivero chiquito, con papeles bien ordenaditos. El resto, el escritorio sin papeles, los asuntos del día, los pendientes, atendidos y despachados.

En el centro, la directora del Instituto de Pensiones (IPE), exdiputada local, militante de la izquierda, Daniela Griego, escribe.

Es su oficina en el IPE. De las paredes cuelgan 5 cuadros. El mayor número, con monigotes. Todos, parece, animalitos. Animalitos, incluso, hijos de la imaginación pictórica.

Sobre una mesa, un librero con unos cuantos libros. Y archiveros. A un lado, la estrella del mar y figuritas. Tazas cafeteras.

Ni una foto de AMLO. Tampoco del góber bendecido por AMLO. Aquel tiempo priista cuando en las oficinas colgaban las fotos del presidente de la República y del gobernador en turno quedaron, como reza el clásico, "en el basurero de la historia".

Pudiera referirse que en la oficina domina y predomina un gato. El gato Felipe.

Lo dijeron en las redes sociales. Daniela Griego es animalista. Por eso el gatito. 50 gatos que tenía Ernest Hemingway en Finca Vigía, en Cuba, uno de los cuales su favorito y al que en las comidas subía a la mesa y en un platito le desparramaba lechita bañada con gotitas de whisky. Doce gatitos que tenía Carlos Monsiváis en su casa.

Daniela, la animalista, lo confesó. En el IPE hay compañeros animalistas.

Por eso, además del gato Felipe, más gatos siguen llegando solitos porque entre ellos ya corrieron la voz y saben que allí está su paraíso terrenal, la tierra prometida, el Edén.

El zoológico de Daniela Griego es universal. En el IPE también llegan las palomas. Incluso, les construyó unas casitas como sus nidos para empollar que todos, hasta los animalitos, tienen derecho a tener derechos.

También llegan tlacuaches para el festín gastronómico y las querencias.

Incluso, para que sigan llegando más gatos, a todos los que van aterrizando por ahí los esterilizan y les ponen comederos y bebederos.

El IPE, la isla de los gatos, las palomas y los tlacuaches, anexos y conexos.

La oficina, llena de austeridad. Un gato, flores, unos archiveros, unos cuadros con animalitos, una estrella del mar.

Más allá de la llamada por decreto austeridad republicana y honestidad valiente, la identidad. Ser y estar. Daniela Griego, mostrándose como es y ha sido, luego, por ejemplo, de su antecesor, Hilario Barcelata, en la yunicidad, quien llenara el IPE de unas quince barbies, la mayoría en cargos públicos, su paraíso delicioso.

El IPE, como el arca de Noé de la directora. Los animalistas tienen una aliada en el gobierno de Veracruz. La defensa de los derechos de los animales en el primer plano.

Sin duda, parte de su salario para los gatitos, las palomas y los tlacuaches, vaya diversidad, pero al mismo tiempo, vaya universalidad, como en la película de Demi Moore y Robert Redford, "Una propuesta indecorosa", 1993, donde intentan comprar como mascota un rinoceronte…

Y que, bueno, cada quien con sus gustos y debilidades.

El gato retoza. Está acostado sobre una caja de cartón, al parecer, archivero. Está despierto y sobre las manos cruzadas reposa la quijada. Y mira. Desde su rincón mira. Escudriña. Vigila.

Se llama Felipe y sobre el escritorio a un lado hay unas flores naturales que, acaso, todos los días, o seguido, cambiarán.

Sobre el escritorio un vaso con agua, apenas unas gotitas tomadas. En un extremo, un archivero chiquito, con papeles bien ordenaditos. El resto, el escritorio sin papeles, los asuntos del día, los pendientes, atendidos y despachados.

En el centro, la directora del Instituto de Pensiones (IPE), exdiputada local, militante de la izquierda, Daniela Griego, escribe.

Es su oficina en el IPE. De las paredes cuelgan 5 cuadros. El mayor número, con monigotes. Todos, parece, animalitos. Animalitos, incluso, hijos de la imaginación pictórica.

Sobre una mesa, un librero con unos cuantos libros. Y archiveros. A un lado, la estrella del mar y figuritas. Tazas cafeteras.

Ni una foto de AMLO. Tampoco del góber bendecido por AMLO. Aquel tiempo priista cuando en las oficinas colgaban las fotos del presidente de la República y del gobernador en turno quedaron, como reza el clásico, "en el basurero de la historia".

Pudiera referirse que en la oficina domina y predomina un gato. El gato Felipe.

Lo dijeron en las redes sociales. Daniela Griego es animalista. Por eso el gatito. 50 gatos que tenía Ernest Hemingway en Finca Vigía, en Cuba, uno de los cuales su favorito y al que en las comidas subía a la mesa y en un platito le desparramaba lechita bañada con gotitas de whisky. Doce gatitos que tenía Carlos Monsiváis en su casa.

Daniela, la animalista, lo confesó. En el IPE hay compañeros animalistas.

Por eso, además del gato Felipe, más gatos siguen llegando solitos porque entre ellos ya corrieron la voz y saben que allí está su paraíso terrenal, la tierra prometida, el Edén.

El zoológico de Daniela Griego es universal. En el IPE también llegan las palomas. Incluso, les construyó unas casitas como sus nidos para empollar que todos, hasta los animalitos, tienen derecho a tener derechos.

También llegan tlacuaches para el festín gastronómico y las querencias.

Incluso, para que sigan llegando más gatos, a todos los que van aterrizando por ahí los esterilizan y les ponen comederos y bebederos.

El IPE, la isla de los gatos, las palomas y los tlacuaches, anexos y conexos.

La oficina, llena de austeridad. Un gato, flores, unos archiveros, unos cuadros con animalitos, una estrella del mar.

Más allá de la llamada por decreto austeridad republicana y honestidad valiente, la identidad. Ser y estar. Daniela Griego, mostrándose como es y ha sido, luego, por ejemplo, de su antecesor, Hilario Barcelata, en la yunicidad, quien llenara el IPE de unas quince barbies, la mayoría en cargos públicos, su paraíso delicioso.

El IPE, como el arca de Noé de la directora. Los animalistas tienen una aliada en el gobierno de Veracruz. La defensa de los derechos de los animales en el primer plano.

Sin duda, parte de su salario para los gatitos, las palomas y los tlacuaches, vaya diversidad, pero al mismo tiempo, vaya universalidad, como en la película de Demi Moore y Robert Redford, "Una propuesta indecorosa", 1993, donde intentan comprar como mascota un rinoceronte…

Y que, bueno, cada quien con sus gustos y debilidades.

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