Toda persona que apoya a instituciones políticas o sociales de tiempos pasados, sin opciones de cambios o innovaciones, es considerada retrógrada. El cuestionamiento público en contra de Bartlett Díaz se basa en el rompimiento injustificado de los compromisos internacionales suscritos por México en 2015, dentro de los “Acuerdos de París”, en la conferencia de las Naciones Unidas sobre cambio climático.
Es sabido que el aumento de temperatura de la tierra ha generado condiciones climatológicas que inciden en fenómenos naturales como huracanes, sequías y lluvias cuyas intensidades, por atípicas, han causado desastres y daños materiales y humanos de difícil e imposible reparación.
Ocho gobernadores se han pronunciado por la generación de energías limpias, algunos insisten en que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) debe diversificar sus fuentes de generación de electricidad, desarrollando plantas hidroeléctricas y fuentes alternas como la eólica, la geotérmica y la solar, todo ello con el propósito de evitar daños a los procesos productivos y condiciones de desarrollo social en diversos sectores de la población.
Es buena la protesta de los gobiernos locales y será mejor si se apoya por una gran base social.
Para defender la generación de energías limpias, los gobernadores de Tamaulipas, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Durango, Colima, Guanajuato y Michoacán acordaron establecer gravámenes a través de sus legislativos para cobrar un impuesto estatal, como medida de presión a las empresas que consumen combustóleo y contaminan el ambiente. El gobernador de Tamaulipas acusó a la CFE y a Pemex de ser las principales empresas que utilizan el combustóleo y que de pagar gravámenes a los estados afectados, esos recursos se aplicarían en incentivar energías limpias y remediación del medio ambiente.
El gobernador de Nuevo León, Jaime Rodríguez, se comprometió a trabajar en un proyecto de controversia constitucional, en caso de oposición del gobierno federal al cobro de los impuestos locales.
La aparición de las energías renovables nos demuestran que no todo lo pasado fue mejor. Hoy pagamos las consecuencias de la ausencia de una política ambiental que esté por encima de los negocios de políticos y empresarios, pero aún es tiempo de corregir el rumbo para no heredar la carga de la remediación a las nuevas generaciones, que ninguna culpa tienen del deterioro del planeta.
