/ jueves 22 de abril de 2021

Un singular momento democrático

"Intelectual, escribió Gabriel Zaid, es el escritor, artista o científico que opina cosas de interés público con autoridad moral entre las élites. Los intelectuales construyen espejos de interés para la sociedad: para distanciarse de sí misma, desdoblarse, contemplarse, comprenderse, criticarse, fantasear.

Es el espejo de la página, crean experiencias especulativas, prácticas teóricas, ejercicios espirituales, donde la sociedad se reconoce como pensante, crítica, imaginativa, creadora, movimiento".

No hay duda de la importancia central que tienen los intelectuales para animar y darle contenido a la discusión nacional.

Los intelectuales que opinan sobre lo público en medios de comunicación encabezan el debate crítico y aportan elementos que son retomados por los ciudadanos en un intercambio que es fundamental para la vida democrática. Sin embargo, también es cierto que el Estado en distintos momentos de la historia reciente, ha tratado de utilizar su poder económico y regulatorio para cooptar o controlar a intelectuales o medios.

Lo que vemos hoy en México es un intento del gobierno por politizar los hechos y una renuncia a participar en el libre debate de opiniones. Hecho limita las opciones del gobierno, se cuestiona. Si alguien tiene una opinión que cuestiona al gobierno, con razón o no, se le desacredita. Ante esto hay que decir que, por un lado, cuestionar los hechos es inútil: "ni siquiera Dios puede cambiar el hecho de que dos por dos son cuatro".

Se requiere un acuerdo tácito entre los distintos sectores de la producción y el gobierno para elevar la inversión. No se puede elevar la producción y el ingreso con reducción en la inversión.

Bajo cualquier criterio que se use, la crisis que padece la economía mexicana es una de las peores que ha tenido nuestro país en las últimas décadas, ya sea en términos de caída en la producción, de falta de empleos e incluso de pérdida de vidas humanas, tanto por la pandemia como por la violencia y la delincuencia. Sólo en el último año se calcula que cerca de 10 millones de personas cruzaron el umbral de la pobreza alimentaria.

Además, el temor de que se inicie un nuevo ciclo inflacionario se fortalece con el dato del incremento de precios al consumidor durante el mes de marzo, el cual fue de 4.67% en comparación al mismo mes del año anterior. Por su parte, los precios al productor se elevaron en 6.28% y los bienes intermedios lo hicieron en 9.16% el mismo periodo, que son los mayores porcentajes desde hace varios años para este mes. Mayores precios en un entorno de creciente desempleo se traducirá en mayores niveles de pobreza para un creciente número de personas.

Este ciclo vendría acompañado de incrementos en las tasas de interés, lo cual sería muy costoso para una gran cantidad de empresas y de familias que han perdido parte de su liquidez.

Hay que enfatizar que las tasas de interés en el país son mucho más elevadas que en el exterior, reflejando los riesgos que perciben los ahorradores y los inversionistas por tener sus recursos aquí.

En nuestro país el 10% de la inversión total lo lleva a cabo el gobierno y el remanente 90% realizado por el sector privado.

El sector público no tiene recursos suficientes para incrementar la inversión en el corto plazo e incluso se reducirá en los siguientes años, debido a los distintos programas sociales.

La economía mexicana tendrá un crecimiento por razones de "rebote estadístico", pero que puede servir de base para una nueva etapa de confianza y crecimiento.

Todo lo anterior podría aprovecharse si se toman medidas fiscales, regulatorias y de mayor seguridad para que las empresas y personas incrementen la inversión privada, que sería la base de un crecimiento sólido en los próximos años. Para ello se requiere un acuerdo tácito entre los distintos sectores de la producción y el gobierno para elevar la inversión.

"Intelectual, escribió Gabriel Zaid, es el escritor, artista o científico que opina cosas de interés público con autoridad moral entre las élites. Los intelectuales construyen espejos de interés para la sociedad: para distanciarse de sí misma, desdoblarse, contemplarse, comprenderse, criticarse, fantasear.

Es el espejo de la página, crean experiencias especulativas, prácticas teóricas, ejercicios espirituales, donde la sociedad se reconoce como pensante, crítica, imaginativa, creadora, movimiento".

No hay duda de la importancia central que tienen los intelectuales para animar y darle contenido a la discusión nacional.

Los intelectuales que opinan sobre lo público en medios de comunicación encabezan el debate crítico y aportan elementos que son retomados por los ciudadanos en un intercambio que es fundamental para la vida democrática. Sin embargo, también es cierto que el Estado en distintos momentos de la historia reciente, ha tratado de utilizar su poder económico y regulatorio para cooptar o controlar a intelectuales o medios.

Lo que vemos hoy en México es un intento del gobierno por politizar los hechos y una renuncia a participar en el libre debate de opiniones. Hecho limita las opciones del gobierno, se cuestiona. Si alguien tiene una opinión que cuestiona al gobierno, con razón o no, se le desacredita. Ante esto hay que decir que, por un lado, cuestionar los hechos es inútil: "ni siquiera Dios puede cambiar el hecho de que dos por dos son cuatro".

Se requiere un acuerdo tácito entre los distintos sectores de la producción y el gobierno para elevar la inversión. No se puede elevar la producción y el ingreso con reducción en la inversión.

Bajo cualquier criterio que se use, la crisis que padece la economía mexicana es una de las peores que ha tenido nuestro país en las últimas décadas, ya sea en términos de caída en la producción, de falta de empleos e incluso de pérdida de vidas humanas, tanto por la pandemia como por la violencia y la delincuencia. Sólo en el último año se calcula que cerca de 10 millones de personas cruzaron el umbral de la pobreza alimentaria.

Además, el temor de que se inicie un nuevo ciclo inflacionario se fortalece con el dato del incremento de precios al consumidor durante el mes de marzo, el cual fue de 4.67% en comparación al mismo mes del año anterior. Por su parte, los precios al productor se elevaron en 6.28% y los bienes intermedios lo hicieron en 9.16% el mismo periodo, que son los mayores porcentajes desde hace varios años para este mes. Mayores precios en un entorno de creciente desempleo se traducirá en mayores niveles de pobreza para un creciente número de personas.

Este ciclo vendría acompañado de incrementos en las tasas de interés, lo cual sería muy costoso para una gran cantidad de empresas y de familias que han perdido parte de su liquidez.

Hay que enfatizar que las tasas de interés en el país son mucho más elevadas que en el exterior, reflejando los riesgos que perciben los ahorradores y los inversionistas por tener sus recursos aquí.

En nuestro país el 10% de la inversión total lo lleva a cabo el gobierno y el remanente 90% realizado por el sector privado.

El sector público no tiene recursos suficientes para incrementar la inversión en el corto plazo e incluso se reducirá en los siguientes años, debido a los distintos programas sociales.

La economía mexicana tendrá un crecimiento por razones de "rebote estadístico", pero que puede servir de base para una nueva etapa de confianza y crecimiento.

Todo lo anterior podría aprovecharse si se toman medidas fiscales, regulatorias y de mayor seguridad para que las empresas y personas incrementen la inversión privada, que sería la base de un crecimiento sólido en los próximos años. Para ello se requiere un acuerdo tácito entre los distintos sectores de la producción y el gobierno para elevar la inversión.