/ lunes 7 de enero de 2019

Un suplicio: el pago del predial

Al igual que otros sufridos y pacientes conciudadanos, fui a pagar las contribuciones el pasado jueves 3 de enero de este naciente año en las instalaciones de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana. Suponía —al igual que otros de los presentes— que el proceso o trámite sería rápido y eficiente, pero al transcurrir los minutos llegamos a la conclusión que era todo lo contrario. Una sola joven era la que cobraba y otros dos o tres muchachos la auxiliaban con la documentación o para orientar a los usuarios. En mi caso llegué como a las 13 horas y fui atendido después de las 14:30 horas; otros tardaron más para cumplir con su compromiso comunitario.

Expreso el presente comentario porque algunos de los usuarios me reconocieron y me indicaron su molestia sobre la organización establecida para pagar las contribuciones y, entre otras sugerencias para las autoridades municipales, externaron poner más cajas recaudadoras y personal capacitado para atender satisfactoriamente a las personas responsables que saldan puntualmente el importe de sus impuestos; también recomiendan que cada individuo sólo sea responsable de pagar por uno o dos bienes inmuebles, pues en la práctica algunos de los que se forman o enlistan “cargan con un gran paquete” de documentos, lo que propicia una pérdida de 25 a 35 minutos en la engorrosa encomienda, con el consabido enojo y desaprobación de los ciudadanos que vienen formados en la serpenteante cola.

Algunas personas mayores acusaban cansancio y no había mobiliario para descansar, ante ello dejaban a un familiar o conocido en la fila, mientras buscaban un quicio o peldaño de la escalera más cercana para amainar sus males. Para colmo, durante el tardado evento se experimentaron corrientes intempestivas de aire que provocaron molestias respiratorias, máxime en aquellas personas que no venían preparadas para un cambio brusco de temperatura. Entre todos los sinsabores del asunto, tengo que rescatar la singular actitud de algunos de esos compañeros de aventura, toda vez que menudearon las bromas, chistes y noticias recientes, además de diálogos sobre la problemática familiar, sobre la inseguridad y con respecto al aumento de los precios en los productos básicos. Curándome en salud, mientras todo ello acontecía, aproveché para leer un texto que alude a los exoplanetas, a esos cuerpos siderales que giran alrededor de una estrella similar al sol de nuestro sistema.

Ya sobre lo acontecido ese día infausto, les manifesté a los conocidos que con toda seguridad el Ayuntamiento mejoraría el servicio del cobro del predial durante este mes de enero, pues siempre en los inicios de una administración se hacen presentes omisiones y fallas, mismas que se superan a la brevedad y con voluntad de servicio. Rescato algo muy importante: la ciudadanía xalapeña posee el hábito de cumplir puntualmente con sus obligaciones del pago del agua potable, del predial y del servicio de recolección de desechos, lo cual realiza durante diciembre y enero; me atrevo a suponer que ello no acontece en otros municipios de la entidad veracruzana y tal comportamiento ejemplar del conglomerado amerita el recíproco esfuerzo y la entrega cotidiana de todos los miembros del H. Ayuntamiento de nuestra ciudad capital.


Al igual que otros sufridos y pacientes conciudadanos, fui a pagar las contribuciones el pasado jueves 3 de enero de este naciente año en las instalaciones de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana. Suponía —al igual que otros de los presentes— que el proceso o trámite sería rápido y eficiente, pero al transcurrir los minutos llegamos a la conclusión que era todo lo contrario. Una sola joven era la que cobraba y otros dos o tres muchachos la auxiliaban con la documentación o para orientar a los usuarios. En mi caso llegué como a las 13 horas y fui atendido después de las 14:30 horas; otros tardaron más para cumplir con su compromiso comunitario.

Expreso el presente comentario porque algunos de los usuarios me reconocieron y me indicaron su molestia sobre la organización establecida para pagar las contribuciones y, entre otras sugerencias para las autoridades municipales, externaron poner más cajas recaudadoras y personal capacitado para atender satisfactoriamente a las personas responsables que saldan puntualmente el importe de sus impuestos; también recomiendan que cada individuo sólo sea responsable de pagar por uno o dos bienes inmuebles, pues en la práctica algunos de los que se forman o enlistan “cargan con un gran paquete” de documentos, lo que propicia una pérdida de 25 a 35 minutos en la engorrosa encomienda, con el consabido enojo y desaprobación de los ciudadanos que vienen formados en la serpenteante cola.

Algunas personas mayores acusaban cansancio y no había mobiliario para descansar, ante ello dejaban a un familiar o conocido en la fila, mientras buscaban un quicio o peldaño de la escalera más cercana para amainar sus males. Para colmo, durante el tardado evento se experimentaron corrientes intempestivas de aire que provocaron molestias respiratorias, máxime en aquellas personas que no venían preparadas para un cambio brusco de temperatura. Entre todos los sinsabores del asunto, tengo que rescatar la singular actitud de algunos de esos compañeros de aventura, toda vez que menudearon las bromas, chistes y noticias recientes, además de diálogos sobre la problemática familiar, sobre la inseguridad y con respecto al aumento de los precios en los productos básicos. Curándome en salud, mientras todo ello acontecía, aproveché para leer un texto que alude a los exoplanetas, a esos cuerpos siderales que giran alrededor de una estrella similar al sol de nuestro sistema.

Ya sobre lo acontecido ese día infausto, les manifesté a los conocidos que con toda seguridad el Ayuntamiento mejoraría el servicio del cobro del predial durante este mes de enero, pues siempre en los inicios de una administración se hacen presentes omisiones y fallas, mismas que se superan a la brevedad y con voluntad de servicio. Rescato algo muy importante: la ciudadanía xalapeña posee el hábito de cumplir puntualmente con sus obligaciones del pago del agua potable, del predial y del servicio de recolección de desechos, lo cual realiza durante diciembre y enero; me atrevo a suponer que ello no acontece en otros municipios de la entidad veracruzana y tal comportamiento ejemplar del conglomerado amerita el recíproco esfuerzo y la entrega cotidiana de todos los miembros del H. Ayuntamiento de nuestra ciudad capital.


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