/ jueves 7 de junio de 2018

Una imperdonable ocurrencia

Si no se solicita su separación del cargo, que debiera ser lo justo, sí cabe un llamado para que Jorge Winckler Ortiz comparezca ante el Congreso local para que explique el resultado de su trabajo en el tiempo que lleva en ese órgano de procuración de justicia, específicamente con relación a las miles de personas desaparecidas en Veracruz, por rezago y durante el periodo suyo; y si los diputados tampoco quieren cumplir con esa obligación legal, al menos Jorge Winckler Ortiz tendría que recibir un extrañamiento del porqué incurrió, por acción u omisión, en esa burla a miles de personas que no encuentran a sus familiares desaparecidos, sin importarle el dolor de la tragedia que viven por sus seres queridos, sin que sea ésta la primera vez que el titular de la FGE expresa públicamente sus ocurrencias ofensivas, pero esta vez se extralimitó en sus agravios al denominar “desaparecidos” al equipo de futbol que conforman funcionarios suyos, sin respeto a la institución que representa ni mucho menos a los ciudadanos a los que por ley sirve y quienes, también conforme a la ley, son sus mandantes. No cabe una disculpa en este nuevo episodio, que seguramente la expresará como suele hacerlo tras algún disparate suyo, que en lo privado ha de celebrar a carcajadas. No, esta vez resulta imperdonable. No puede ser la persona idónea para seguir dirigiendo a una institución tan relevante y el propio mandatario estatal, Miguel Ángel Yunes Linares, debiera pronunciarse en torno a este delicado asunto. En su cuenta de twitter, ayer, su subalterno Luis Eduardo Coronel, fiscal especial para la Atención por Denuncias de Personas Desaparecidas de la FGE, publicó la foto tomada al sonriente equipo de futbol de esa institución, y de lo cual no pudo ser ajeno el señor Winckler, lo que de inmediato generó repudio, en especial del colectivo Solecito que con frecuencia ha sido blanco del desprecio del fiscal general, que le recriminó esa ofensa: “No le hace que los casos estén abandonados, siempre y cuando ustedes se diviertan. Claro, como ustedes no tienen ningún desaparecido en su familia. Irresponsables”, publicó esa organización en su cuenta oficial. Y María Elena Gutiérrez, del colectivo “Buscando a nuestros desaparecidos-Xalapa” solicitó a los diputados locales llamar a cuentas al fiscal general. Algo deberá suceder en relación a este asunto, que ojalá no sea lo que se teme: sólo sea una amonestación pública y, si acaso, la remoción del funcionario que cometió la pifia de publicar ese desacierto, lo cual resultaría insuficiente. ¿Habrá sensibilidad política? Esperemos.


LOS BUSSINES DE FIDEL KURI, SE FUE EL KEKO

Cuando los fieles seguidores de los Tiburones Rojos esperaban que su equipo fuera reforzado con jugadores de calidad en las líneas donde mostró mayores deficiencias en el torneo que recién concluyó, sobre todo en defensa y ofensiva, que estuvo a punto de condenarlos a regresar a la liga de ascenso, ayer por la mañana corrió la noticia dada a conocer por el Club Gallos de Querétaro de su flamante nueva contratación de Daniel Keko Villalva, el ídolo de los escualos y de los pocos jugadores con vergüenza deportiva que siempre luchó a su máximo esfuerzo por la escuadra porteña. Este jugador argentino seguramente fue adquirido por una alta suma de millones de dólares, y el dueño de su carta, el señor Fidel Kuri Grajales, está en todo su derecho de hacerlo, es un empresario cuyo único objetivo es ganar, no partidos, sólo dinero, que para eso es su negocio. Dirá que él corre con todos los riesgos y, por tanto, con todos los privilegios. Sin embargo, la afición también cuenta y ésta debiera hacerse sentir instando al dueño del club a que piense en Veracruz, en la plaza, en el prestigio o desprestigio que arrastra el equipo, dependiendo de su calidad o falta de ella. Alguien debiera hacerle notar eso a Fidel. Ahora, con la venta del Keko, podrá adquirirse a otro jugador de medio pelo por una cantidad menor. Ni hablar.

Escriba a opedro2006@gmail.com




Si no se solicita su separación del cargo, que debiera ser lo justo, sí cabe un llamado para que Jorge Winckler Ortiz comparezca ante el Congreso local para que explique el resultado de su trabajo en el tiempo que lleva en ese órgano de procuración de justicia, específicamente con relación a las miles de personas desaparecidas en Veracruz, por rezago y durante el periodo suyo; y si los diputados tampoco quieren cumplir con esa obligación legal, al menos Jorge Winckler Ortiz tendría que recibir un extrañamiento del porqué incurrió, por acción u omisión, en esa burla a miles de personas que no encuentran a sus familiares desaparecidos, sin importarle el dolor de la tragedia que viven por sus seres queridos, sin que sea ésta la primera vez que el titular de la FGE expresa públicamente sus ocurrencias ofensivas, pero esta vez se extralimitó en sus agravios al denominar “desaparecidos” al equipo de futbol que conforman funcionarios suyos, sin respeto a la institución que representa ni mucho menos a los ciudadanos a los que por ley sirve y quienes, también conforme a la ley, son sus mandantes. No cabe una disculpa en este nuevo episodio, que seguramente la expresará como suele hacerlo tras algún disparate suyo, que en lo privado ha de celebrar a carcajadas. No, esta vez resulta imperdonable. No puede ser la persona idónea para seguir dirigiendo a una institución tan relevante y el propio mandatario estatal, Miguel Ángel Yunes Linares, debiera pronunciarse en torno a este delicado asunto. En su cuenta de twitter, ayer, su subalterno Luis Eduardo Coronel, fiscal especial para la Atención por Denuncias de Personas Desaparecidas de la FGE, publicó la foto tomada al sonriente equipo de futbol de esa institución, y de lo cual no pudo ser ajeno el señor Winckler, lo que de inmediato generó repudio, en especial del colectivo Solecito que con frecuencia ha sido blanco del desprecio del fiscal general, que le recriminó esa ofensa: “No le hace que los casos estén abandonados, siempre y cuando ustedes se diviertan. Claro, como ustedes no tienen ningún desaparecido en su familia. Irresponsables”, publicó esa organización en su cuenta oficial. Y María Elena Gutiérrez, del colectivo “Buscando a nuestros desaparecidos-Xalapa” solicitó a los diputados locales llamar a cuentas al fiscal general. Algo deberá suceder en relación a este asunto, que ojalá no sea lo que se teme: sólo sea una amonestación pública y, si acaso, la remoción del funcionario que cometió la pifia de publicar ese desacierto, lo cual resultaría insuficiente. ¿Habrá sensibilidad política? Esperemos.


LOS BUSSINES DE FIDEL KURI, SE FUE EL KEKO

Cuando los fieles seguidores de los Tiburones Rojos esperaban que su equipo fuera reforzado con jugadores de calidad en las líneas donde mostró mayores deficiencias en el torneo que recién concluyó, sobre todo en defensa y ofensiva, que estuvo a punto de condenarlos a regresar a la liga de ascenso, ayer por la mañana corrió la noticia dada a conocer por el Club Gallos de Querétaro de su flamante nueva contratación de Daniel Keko Villalva, el ídolo de los escualos y de los pocos jugadores con vergüenza deportiva que siempre luchó a su máximo esfuerzo por la escuadra porteña. Este jugador argentino seguramente fue adquirido por una alta suma de millones de dólares, y el dueño de su carta, el señor Fidel Kuri Grajales, está en todo su derecho de hacerlo, es un empresario cuyo único objetivo es ganar, no partidos, sólo dinero, que para eso es su negocio. Dirá que él corre con todos los riesgos y, por tanto, con todos los privilegios. Sin embargo, la afición también cuenta y ésta debiera hacerse sentir instando al dueño del club a que piense en Veracruz, en la plaza, en el prestigio o desprestigio que arrastra el equipo, dependiendo de su calidad o falta de ella. Alguien debiera hacerle notar eso a Fidel. Ahora, con la venta del Keko, podrá adquirirse a otro jugador de medio pelo por una cantidad menor. Ni hablar.

Escriba a opedro2006@gmail.com