/ martes 23 de febrero de 2021

Una visita diplomática “intrascendente”

La visita del presidente de Argentina a México se puede valorar en favor del visitante, porque la audacia del mandatario Alberto Fernández no tiene límites, según lo demostró en su primera declaración a la prensa, donde reunidos con medios de comunicación, nacionales e internacionales, expresó que su visita traía el propósito de fortalecer los lazos de unión entre su pueblo y el país anfitrión.

Ese fortalecimiento consiste en invitar a inversionistas mexicanos a que aprovechen las grandes oportunidades de infraestructura y mano de obra calificada, disponible en el país y en la región de la Patagonia, puesto que la pandemia por el Covid-19 también afectó la economía argentina y para reactivarla es urgente la inversión extranjera, como única fórmula para la creación de nuevos empleos.

Es decir, vino el presidente de Argentina a nuestro país y en la conferencia mañanera a la que asistió como el principal invitado de Andrés Manuel López Obrador, además de mencionar “la soga en la casa del ahorcado”, porque la pandemia dejó más desempleados en México que en Argentina, todavía quiso engalanar su discurso afirmando que “México tiene un presidente como merecen los mexicanos”, sin considerar que hasta quienes votaron por López Obrador muestran hoy una gran decepción por el incumplimiento de sus promesas de campaña.

Las inversiones las necesitan más los micro, pequeños y medianos empresarios, que son los empleadores de las familias mexicanas y en orden de prioridades deberían ser la preocupación fundamental del presidente AMLO; no se puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa.

La falta de transparencia del gobierno de la 4T invita a la especulación para conocer las verdaderas causas de la visita del presidente argentino a México, y después de la conferencia mañanera se ha corrido el rumor de que el presidente argentino recogió el cheque que finiquita la compra de vacunas AstraZeneca a laboratorios argentinos, bien representados para este negocio por su mandamás.

La visita del presidente de Argentina a México se puede valorar en favor del visitante, porque la audacia del mandatario Alberto Fernández no tiene límites, según lo demostró en su primera declaración a la prensa, donde reunidos con medios de comunicación, nacionales e internacionales, expresó que su visita traía el propósito de fortalecer los lazos de unión entre su pueblo y el país anfitrión.

Ese fortalecimiento consiste en invitar a inversionistas mexicanos a que aprovechen las grandes oportunidades de infraestructura y mano de obra calificada, disponible en el país y en la región de la Patagonia, puesto que la pandemia por el Covid-19 también afectó la economía argentina y para reactivarla es urgente la inversión extranjera, como única fórmula para la creación de nuevos empleos.

Es decir, vino el presidente de Argentina a nuestro país y en la conferencia mañanera a la que asistió como el principal invitado de Andrés Manuel López Obrador, además de mencionar “la soga en la casa del ahorcado”, porque la pandemia dejó más desempleados en México que en Argentina, todavía quiso engalanar su discurso afirmando que “México tiene un presidente como merecen los mexicanos”, sin considerar que hasta quienes votaron por López Obrador muestran hoy una gran decepción por el incumplimiento de sus promesas de campaña.

Las inversiones las necesitan más los micro, pequeños y medianos empresarios, que son los empleadores de las familias mexicanas y en orden de prioridades deberían ser la preocupación fundamental del presidente AMLO; no se puede ser candil de la calle y oscuridad de su casa.

La falta de transparencia del gobierno de la 4T invita a la especulación para conocer las verdaderas causas de la visita del presidente argentino a México, y después de la conferencia mañanera se ha corrido el rumor de que el presidente argentino recogió el cheque que finiquita la compra de vacunas AstraZeneca a laboratorios argentinos, bien representados para este negocio por su mandamás.