/ jueves 11 de octubre de 2018

Urge solucionar el conflicto de la basura

El tema de moda a nivel mundial es el cuidado del medio ambiente y la necesidad de educar y concientizar a todos los seres humanos de los cinco continentes, para que todo individuo adquiera la responsabilidad de cuidar los ecosistemas, compartiendo el deber de reciclar y contribuir con la parte que le toque en la separación de los desechos sólidos (basura) y su depósito final, evitando a toda costa la contaminación.

Ya se ha dicho hasta el cansancio que los plásticos, “indestructibles” hasta pasados cientos o miles de años, están invadiendo tierras productivas, arroyos, lagunas, esteros y se ha llegado a formar una isla de residuos plásticos en el océano Pacífico, acabando con la vida marina en un lento suicidio de la especie humana.

Hoy la capital veracruzana pasa por una crisis, que corresponde resolver al Honorable Ayuntamiento que gobierna la que fuera bautizada Ciudad de las Flores por el Barón de Humboldt en 1804 y después fuera rebautizada como Atenas Veracruzana, para orgullo de los habitantes de esta localidad, título que no corresponde a un municipio lleno de basura, arrojada irresponsablemente por todos sus confines.

La crisis de la basura en la ciudad de Xalapa no se compara con el reto enorme de procesar los residuos sólidos urbanos en la CDMX, cuyo crecimiento ha sido impresionante en los últimos 20 años, pues de 17 mil toneladas diarias, se ha incrementado hasta 86 mil toneladas diarias de desechos sólidos, muchos de los cuales son abandonados en forma desordenada en la vía pública, y son los que obstruyen las corrientes de agua generando estancamientos e inundaciones, como las que se observan en los reportajes televisivos de estos días, que constituyen un grave peligro para la salud.

En Xalapa, apenas se producen 80 toneladas diarias de basura, según datos oficiales publicados por las autoridades municipales; sin embargo la falta de un lugar adecuado y acondicionado para recibir la basura de los xalapeños se agrava cada día que pasa, al no permitir los municipios colindantes que se lleve a sus territorios la basura urbana de la capital del Estado.

Ya basta de mezquindades entre las autoridades que forman la metrópoli, asiento o residencia de los poderes del estado; y sin actitudes soberbias, prepotentes y egocéntricas deben acudir al llamado del gobernador del estado y aceptar su ayuda para resolver este espinoso problema que afecta la salud de toda la población.

El tema de moda a nivel mundial es el cuidado del medio ambiente y la necesidad de educar y concientizar a todos los seres humanos de los cinco continentes, para que todo individuo adquiera la responsabilidad de cuidar los ecosistemas, compartiendo el deber de reciclar y contribuir con la parte que le toque en la separación de los desechos sólidos (basura) y su depósito final, evitando a toda costa la contaminación.

Ya se ha dicho hasta el cansancio que los plásticos, “indestructibles” hasta pasados cientos o miles de años, están invadiendo tierras productivas, arroyos, lagunas, esteros y se ha llegado a formar una isla de residuos plásticos en el océano Pacífico, acabando con la vida marina en un lento suicidio de la especie humana.

Hoy la capital veracruzana pasa por una crisis, que corresponde resolver al Honorable Ayuntamiento que gobierna la que fuera bautizada Ciudad de las Flores por el Barón de Humboldt en 1804 y después fuera rebautizada como Atenas Veracruzana, para orgullo de los habitantes de esta localidad, título que no corresponde a un municipio lleno de basura, arrojada irresponsablemente por todos sus confines.

La crisis de la basura en la ciudad de Xalapa no se compara con el reto enorme de procesar los residuos sólidos urbanos en la CDMX, cuyo crecimiento ha sido impresionante en los últimos 20 años, pues de 17 mil toneladas diarias, se ha incrementado hasta 86 mil toneladas diarias de desechos sólidos, muchos de los cuales son abandonados en forma desordenada en la vía pública, y son los que obstruyen las corrientes de agua generando estancamientos e inundaciones, como las que se observan en los reportajes televisivos de estos días, que constituyen un grave peligro para la salud.

En Xalapa, apenas se producen 80 toneladas diarias de basura, según datos oficiales publicados por las autoridades municipales; sin embargo la falta de un lugar adecuado y acondicionado para recibir la basura de los xalapeños se agrava cada día que pasa, al no permitir los municipios colindantes que se lleve a sus territorios la basura urbana de la capital del Estado.

Ya basta de mezquindades entre las autoridades que forman la metrópoli, asiento o residencia de los poderes del estado; y sin actitudes soberbias, prepotentes y egocéntricas deben acudir al llamado del gobernador del estado y aceptar su ayuda para resolver este espinoso problema que afecta la salud de toda la población.