/ lunes 15 de julio de 2019

Urgen, mínimo, $6 mil millones, cada año

Aunque no quedó claro del todo cuánto fue lo que pidió prestado el gobierno de Cuitláhuac García al inicio de su gobierno -¿2,500 millones más otro tanto de anticipo de participaciones federales?- lo cierto es que se vio obligado a hacerlo, pese a la promesa en contrario.

Lo de no pedir prestado era un compromiso que se veía imposible de cumplir, dadas las circunstancias de desastre que viven las finanzas del gobierno de Veracruz, no de hoy ni de ayer, sino desde hace prácticamente una década.

Casi al iniciar el actual gobierno tuvo que recurrir a Banobras a pedir prestado, en una operación de la que no informó. Se entiende que no la hizo pública no porque fuera a hacer mal uso del crédito, sino porque Cuitláhuac había dicho que no endeudaría más al estado.

Sin embargo, las finanzas veracruzanas están devastadas y no hubo de otra. Era pedir prestado o incendiar a Veracruz por los reclamos de maestros, jubilados, policías y catedráticos universitarios, por decir algo, que no recibirían sus salarios y prestaciones de fin de año.

El problema está de este nivel: el gobierno actual ya se vio obligado a solicitar el crédito, pero… deberá seguir haciéndolo el resto de la administración, simple y sencillamente porque el dinero que recibe anualmente no alcanza para cubrir todas las necesidades que deben cubrirse.

En febrero pasado trascendió que se habían pedido 4,500 millones de pesos (la Secretaría de Hacienda así lo puso en un registro), aunque la parte oficial estatal sostuvo que lo solicitado fueron 2,500 millones de pesos. También se dijo que fueron recibidos poco más de 3 mil millones de pesos por concepto de adelanto de participaciones.

CADA VEZ LA CARGA ES MÁS PESADA

En la entrevista realizada la semana pasada a Javier Duarte, habló que la llamada “licuadora” (la acción de utilizar recursos etiquetados en un rubro para cubrir otros) es algo necesario en el gobierno de Veracruz. Dice que se tiene, anualmente, un déficit de 13 mil millones de pesos entre lo que gasta y lo que recauda.

Indicó en porqué, según sus cuentas, no alcanza el dinero: pago a maestros, IPE, UV y pago a policías.

Lógicamente habrá quienes pongan en duda esto, pero de que hay un déficit muy fuerte, lo hay.

Alguien que conoce muy bien las finanzas estatales, especialista en ese tema, me comentó hace tiempo, con relación a la obligación de pedir los préstamos, que sólo para cubrir las necesidades de IPE y la nómina de maestros junto con sus prestaciones de fin de año, el gobierno se ve en la necesidad de sacar de donde pueda 6 mil millones de pesos.

Así estamos y ni modo de estar esperanzados en la Federación, porque allá también ya han recortado de más a todo lo que no sea sus programas estelares. Va para muy largo este problema.

Aunque no quedó claro del todo cuánto fue lo que pidió prestado el gobierno de Cuitláhuac García al inicio de su gobierno -¿2,500 millones más otro tanto de anticipo de participaciones federales?- lo cierto es que se vio obligado a hacerlo, pese a la promesa en contrario.

Lo de no pedir prestado era un compromiso que se veía imposible de cumplir, dadas las circunstancias de desastre que viven las finanzas del gobierno de Veracruz, no de hoy ni de ayer, sino desde hace prácticamente una década.

Casi al iniciar el actual gobierno tuvo que recurrir a Banobras a pedir prestado, en una operación de la que no informó. Se entiende que no la hizo pública no porque fuera a hacer mal uso del crédito, sino porque Cuitláhuac había dicho que no endeudaría más al estado.

Sin embargo, las finanzas veracruzanas están devastadas y no hubo de otra. Era pedir prestado o incendiar a Veracruz por los reclamos de maestros, jubilados, policías y catedráticos universitarios, por decir algo, que no recibirían sus salarios y prestaciones de fin de año.

El problema está de este nivel: el gobierno actual ya se vio obligado a solicitar el crédito, pero… deberá seguir haciéndolo el resto de la administración, simple y sencillamente porque el dinero que recibe anualmente no alcanza para cubrir todas las necesidades que deben cubrirse.

En febrero pasado trascendió que se habían pedido 4,500 millones de pesos (la Secretaría de Hacienda así lo puso en un registro), aunque la parte oficial estatal sostuvo que lo solicitado fueron 2,500 millones de pesos. También se dijo que fueron recibidos poco más de 3 mil millones de pesos por concepto de adelanto de participaciones.

CADA VEZ LA CARGA ES MÁS PESADA

En la entrevista realizada la semana pasada a Javier Duarte, habló que la llamada “licuadora” (la acción de utilizar recursos etiquetados en un rubro para cubrir otros) es algo necesario en el gobierno de Veracruz. Dice que se tiene, anualmente, un déficit de 13 mil millones de pesos entre lo que gasta y lo que recauda.

Indicó en porqué, según sus cuentas, no alcanza el dinero: pago a maestros, IPE, UV y pago a policías.

Lógicamente habrá quienes pongan en duda esto, pero de que hay un déficit muy fuerte, lo hay.

Alguien que conoce muy bien las finanzas estatales, especialista en ese tema, me comentó hace tiempo, con relación a la obligación de pedir los préstamos, que sólo para cubrir las necesidades de IPE y la nómina de maestros junto con sus prestaciones de fin de año, el gobierno se ve en la necesidad de sacar de donde pueda 6 mil millones de pesos.

Así estamos y ni modo de estar esperanzados en la Federación, porque allá también ya han recortado de más a todo lo que no sea sus programas estelares. Va para muy largo este problema.