/ miércoles 20 de enero de 2021

Vacunas, otra simulación de Morena

Los niveles de contagios de Covid-19 que ha alcanzado México en los últimos días, son la muestra clara de que la curva de la pandemia jamás fue aplanada, mucho menos domada.

Nos acercamos peligrosamente a los 2 millones de contagios a nivel nacional y a los 50 mil en la entidad veracruzana, con un saldo fatídico de casi 150 mil muertos, sin que a la fecha podamos saber cuándo estará toda la población vacunada.

La mal llamada Estrategia Nacional de Vacunación contra el Covid-19 de este gobierno federal morenista es otra prueba de que no tienen ni brújula ni estrategia, y que cada paso que dan lo hacen con un fin electoral, pues no es posible que se dé prioridad para ser inmunizados a los siervos de la nación que al personal de salud que está en la primera línea de atención o a nuestros adultos mayores.

El colmo fue cuando la encargada, Míriam Veras Godoy, renunció, precisamente, el mismo día que el Presidente dio a conocer que no llegarían las dosis de Pfizer. Y aunque han insistido desde Palacio Nacional en que nada tiene que ver una cosa con la otra, lo cierto es que dicha funcionaria de la Secretaría de Salud era también la responsable de las negociaciones con esta empresa farmacéutica.

Tal vez los motivos de Veras Godoy no eran personales, sino de un poquito de vergüenza, pues no hay que perder de vista que esta administración federal reservó por cinco años los contratos de las vacunas; es decir, ni usted ni yo, ningún ciudadano podrá saber cuánto se está pagando por cada dosis ni cuántas se han adquirido. Dicho sea de paso, el sello de la casa es la opacidad, por eso la urgencia de desaparecer al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Además, como dicen una cosa, dicen otra, pues el gobierno había comprometido la adquisición de 210 millones de dosis, es decir, 105 millones de mexicanos y mexicanas en teoría recibirían la inmunización, excluyendo a 25 millones de personas, algo así como poco más de tres veces la población del estado de Veracruz. Como si eso no fuese suficiente, se anunció que “cedimos” a los países pobres cientos de miles de dosis que nos correspondían. Siguen creyendo los morenistas que nuestro sistema de salud es igualito al de Dinamarca, por eso se dan esos lujos.

Nos aseguran también que se han aplicado cerca de 470 mil dosis al sector salud, aunque han llegado diversos lotes desde el 26 de diciembre a la fecha, lo que hace un total de más menos 500 mil vacunas, es decir, según estas cifras, ya casi terminan de aplicar todas las vacunas existentes. A este paso, en 14 años estaríamos teniendo los 130 millones de mexicanos la vacunas, eso sin contar el retraso para aplicar la segunda dosis que ya admitió el subsecretario Hugo López-Gatell, porque se tendrán que esperar hasta el 15 de febrero.

No quiero con esto decir: se los advertimos, pero cuando las y los diputados federales discutimos el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2021), pusimos sobre la mesa que la falta de presupuesto etiquetado, claro y suficiente, para la vacuna contra este mal sería un mal inicio para el plan de distribución, pero para no variar, hicieron oídos sordos, aplicaron su aplanadora y hoy todos los días hay incertidumbre, desesperación, dolor y luto en todo el país, por la soberbia, la indolencia gubernamental. ¿Hasta cuándo más?

Diputada federal del PRI

@AniluIngram

Los niveles de contagios de Covid-19 que ha alcanzado México en los últimos días, son la muestra clara de que la curva de la pandemia jamás fue aplanada, mucho menos domada.

Nos acercamos peligrosamente a los 2 millones de contagios a nivel nacional y a los 50 mil en la entidad veracruzana, con un saldo fatídico de casi 150 mil muertos, sin que a la fecha podamos saber cuándo estará toda la población vacunada.

La mal llamada Estrategia Nacional de Vacunación contra el Covid-19 de este gobierno federal morenista es otra prueba de que no tienen ni brújula ni estrategia, y que cada paso que dan lo hacen con un fin electoral, pues no es posible que se dé prioridad para ser inmunizados a los siervos de la nación que al personal de salud que está en la primera línea de atención o a nuestros adultos mayores.

El colmo fue cuando la encargada, Míriam Veras Godoy, renunció, precisamente, el mismo día que el Presidente dio a conocer que no llegarían las dosis de Pfizer. Y aunque han insistido desde Palacio Nacional en que nada tiene que ver una cosa con la otra, lo cierto es que dicha funcionaria de la Secretaría de Salud era también la responsable de las negociaciones con esta empresa farmacéutica.

Tal vez los motivos de Veras Godoy no eran personales, sino de un poquito de vergüenza, pues no hay que perder de vista que esta administración federal reservó por cinco años los contratos de las vacunas; es decir, ni usted ni yo, ningún ciudadano podrá saber cuánto se está pagando por cada dosis ni cuántas se han adquirido. Dicho sea de paso, el sello de la casa es la opacidad, por eso la urgencia de desaparecer al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Además, como dicen una cosa, dicen otra, pues el gobierno había comprometido la adquisición de 210 millones de dosis, es decir, 105 millones de mexicanos y mexicanas en teoría recibirían la inmunización, excluyendo a 25 millones de personas, algo así como poco más de tres veces la población del estado de Veracruz. Como si eso no fuese suficiente, se anunció que “cedimos” a los países pobres cientos de miles de dosis que nos correspondían. Siguen creyendo los morenistas que nuestro sistema de salud es igualito al de Dinamarca, por eso se dan esos lujos.

Nos aseguran también que se han aplicado cerca de 470 mil dosis al sector salud, aunque han llegado diversos lotes desde el 26 de diciembre a la fecha, lo que hace un total de más menos 500 mil vacunas, es decir, según estas cifras, ya casi terminan de aplicar todas las vacunas existentes. A este paso, en 14 años estaríamos teniendo los 130 millones de mexicanos la vacunas, eso sin contar el retraso para aplicar la segunda dosis que ya admitió el subsecretario Hugo López-Gatell, porque se tendrán que esperar hasta el 15 de febrero.

No quiero con esto decir: se los advertimos, pero cuando las y los diputados federales discutimos el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF 2021), pusimos sobre la mesa que la falta de presupuesto etiquetado, claro y suficiente, para la vacuna contra este mal sería un mal inicio para el plan de distribución, pero para no variar, hicieron oídos sordos, aplicaron su aplanadora y hoy todos los días hay incertidumbre, desesperación, dolor y luto en todo el país, por la soberbia, la indolencia gubernamental. ¿Hasta cuándo más?

Diputada federal del PRI

@AniluIngram

ÚLTIMASCOLUMNAS