/ viernes 26 de marzo de 2021

Valoremos el agua en su justa dimensión

El agua es esencial para frenar el coronavirus. Lavarse las manos es primordial para contener la propagación de Covid-19 y muchas otras enfermedades infecciosas.

Por desgracia, casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus, señala la Organización de las Naciones Unidas con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua.

Dicha organización se ha propuesto como uno de sus objetivos concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que se alcance un desarrollo sostenible con agua y saneamiento para todos antes del 2030. Hay que considerar que este líquido es vital para todas las actividades sociales y económicas que dependen en gran medida del agua dulce y de su calidad. Lo anterior obliga además a los gobiernos de las distintas latitudes a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para proteger el planeta y asegurar el bienestar de todas y todos, que incluyen la acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, energía asequible y no contaminante y agua limpia y saneamiento, entre otros más.

Es evidente que el problema aunque complejo, se puede superar: contar con agua segura y de calidad, disponible cuando se requiera, libre de contaminación. Tener un servicio de saneamiento seguro. Instalaciones básicas de lavado de manos con agua y jabón disponibles. Aguas residuales sometidas a un tratamiento suficiente para su destinatario previsto. Eficiencia en el uso del agua para la industria, la agricultura, la energía y el suministro municipal. Tener en cuenta los requisitos de flujo ambiental. Requisitos esenciales para mantener la salud y la resiliencia de los ecosistemas.

Si tomamos de ejemplo a México qué sucede con el Desarrollo Sostenible. UN-Water de las Naciones Unidas especifica que solo el 43% de la población utiliza un servicio de agua potable de forma segura, el 50% un servicio de saneamiento efectivo. El 88% tiene acceso a una instalación básica de lavado de manos. 52% de las aguas residuales son tratadas de forma segura. El 55% de aguas tienen una buena calidad ambiental y en este caso ocupamos el lugar número 11 comparado con otros países de la región. 33% de recursos renovables se están retirando. Solo el 42 % de los gastos está dedicado a la gestión de recursos hídricos.

Si este abanico de circunstancias lo llevamos al campo de la educación, ¿cómo llegamos a ello? No basta con acercar el contenido a los estudiantes. Es necesario crear y allegar oportunidades para que surjan preguntas, permitan involucrar sus sentidos y experimenten ideas y conceptos sobre el problema. Marlene Gras, integrante de MuxED, hace una interesante reflexión sobre el tema y la educación. “Cuando la educación en la naturaleza se acompaña de procesos de reflexión –además de ser clave para el futuro sostenible y parte fundamental de la educación ambiental– brinda oportunidades verdaderamente significativas para desarrollar relaciones positivas con el ambiente, con los otros y con nosotros mismos. La evidencia nos muestra beneficios interesantes: promueve el desarrollo integral de los estudiantes en las dimensiones sociales, académicas físicas y psicológicas; incrementa la calidad de vida y la interacción social”.

¿Cómo lograr que los estudiantes y sus familias aprecien la importancia de la riqueza natural que los rodea? ¿De dónde saldría la motivación por cuidarla y protegerla? ¿Cómo entenderían cómo protegerla?, cuando muchas de las unidades de aprendizaje de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato puedan abordarse, al menos parcialmente, explorando afuera.

Veracruz puede ser motivo de observación de los estudiantes y campo de educación en la naturaleza, por la contaminación y el poco cuidado del agua, indicó Margarito Páez Rodríguez, académico de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana. Él ha señalado que los 18 ríos que atraviesan la entidad contienen fuentes contaminantes que provienen de la industria petroquímica, textilera, alimentaria, fertilizantes y gases, papelera, curtido de piel, refresquera, cítrica, lechera, fibra sintética, química, farmacéutica, cervecera, así como de ingenios azucareros, beneficios de café y aguas negras municipales que, a su vez, llegan a las aguas del Golfo de México. Ya es hora de que el currículum mexicano que abarca el estudio de los ecosistemas, la biodiversidad y los seres vivos contemple el estudio en campo, sostiene Marlene Gras; que los estudiantes tengan la oportunidad de vivir lo que será su responsabilidad en el futuro. Para contar con agua limpia se requiere de educación ambiental y generar políticas públicas de sensibilización entre la población, y a su vez que las instancias gubernamentales federales y locales cumplan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

El agua es esencial para frenar el coronavirus. Lavarse las manos es primordial para contener la propagación de Covid-19 y muchas otras enfermedades infecciosas.

Por desgracia, casi tres mil millones de personas en el mundo no tienen cómo lavarse las manos contra el coronavirus, señala la Organización de las Naciones Unidas con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua.

Dicha organización se ha propuesto como uno de sus objetivos concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que se alcance un desarrollo sostenible con agua y saneamiento para todos antes del 2030. Hay que considerar que este líquido es vital para todas las actividades sociales y económicas que dependen en gran medida del agua dulce y de su calidad. Lo anterior obliga además a los gobiernos de las distintas latitudes a cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para proteger el planeta y asegurar el bienestar de todas y todos, que incluyen la acción por el clima, vida submarina, vida de ecosistemas terrestres, energía asequible y no contaminante y agua limpia y saneamiento, entre otros más.

Es evidente que el problema aunque complejo, se puede superar: contar con agua segura y de calidad, disponible cuando se requiera, libre de contaminación. Tener un servicio de saneamiento seguro. Instalaciones básicas de lavado de manos con agua y jabón disponibles. Aguas residuales sometidas a un tratamiento suficiente para su destinatario previsto. Eficiencia en el uso del agua para la industria, la agricultura, la energía y el suministro municipal. Tener en cuenta los requisitos de flujo ambiental. Requisitos esenciales para mantener la salud y la resiliencia de los ecosistemas.

Si tomamos de ejemplo a México qué sucede con el Desarrollo Sostenible. UN-Water de las Naciones Unidas especifica que solo el 43% de la población utiliza un servicio de agua potable de forma segura, el 50% un servicio de saneamiento efectivo. El 88% tiene acceso a una instalación básica de lavado de manos. 52% de las aguas residuales son tratadas de forma segura. El 55% de aguas tienen una buena calidad ambiental y en este caso ocupamos el lugar número 11 comparado con otros países de la región. 33% de recursos renovables se están retirando. Solo el 42 % de los gastos está dedicado a la gestión de recursos hídricos.

Si este abanico de circunstancias lo llevamos al campo de la educación, ¿cómo llegamos a ello? No basta con acercar el contenido a los estudiantes. Es necesario crear y allegar oportunidades para que surjan preguntas, permitan involucrar sus sentidos y experimenten ideas y conceptos sobre el problema. Marlene Gras, integrante de MuxED, hace una interesante reflexión sobre el tema y la educación. “Cuando la educación en la naturaleza se acompaña de procesos de reflexión –además de ser clave para el futuro sostenible y parte fundamental de la educación ambiental– brinda oportunidades verdaderamente significativas para desarrollar relaciones positivas con el ambiente, con los otros y con nosotros mismos. La evidencia nos muestra beneficios interesantes: promueve el desarrollo integral de los estudiantes en las dimensiones sociales, académicas físicas y psicológicas; incrementa la calidad de vida y la interacción social”.

¿Cómo lograr que los estudiantes y sus familias aprecien la importancia de la riqueza natural que los rodea? ¿De dónde saldría la motivación por cuidarla y protegerla? ¿Cómo entenderían cómo protegerla?, cuando muchas de las unidades de aprendizaje de preescolar, primaria, secundaria y bachillerato puedan abordarse, al menos parcialmente, explorando afuera.

Veracruz puede ser motivo de observación de los estudiantes y campo de educación en la naturaleza, por la contaminación y el poco cuidado del agua, indicó Margarito Páez Rodríguez, académico de la Facultad de Biología de la Universidad Veracruzana. Él ha señalado que los 18 ríos que atraviesan la entidad contienen fuentes contaminantes que provienen de la industria petroquímica, textilera, alimentaria, fertilizantes y gases, papelera, curtido de piel, refresquera, cítrica, lechera, fibra sintética, química, farmacéutica, cervecera, así como de ingenios azucareros, beneficios de café y aguas negras municipales que, a su vez, llegan a las aguas del Golfo de México. Ya es hora de que el currículum mexicano que abarca el estudio de los ecosistemas, la biodiversidad y los seres vivos contemple el estudio en campo, sostiene Marlene Gras; que los estudiantes tengan la oportunidad de vivir lo que será su responsabilidad en el futuro. Para contar con agua limpia se requiere de educación ambiental y generar políticas públicas de sensibilización entre la población, y a su vez que las instancias gubernamentales federales y locales cumplan con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.