/ viernes 1 de febrero de 2019

Venezuela hoy, ¿mañana México?

El artículo 89 de la Constitución, sobre las facultades y obligaciones del presidente de la República, en su párrafo X, dice: “En la conducción de tal política (exterior) el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de las controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales…” Y es a estas condiciones a que se aviene el gobierno de López Obrador para ubicar su posición ante el problema de Venezuela, amenazada por una más de las muchas intervenciones gringas en Latinoamérica.

Nunca será demasiado reproducir las declaraciones del general Smedley D. Butler, a mediados de los años 30 y reproducida por C. Wright Mills en su libro: Escucha, Yanqui: “Pasé treinta y tres años y cuatro meses en servicio activo como miembro de la fuerza militar más ágil de nuestro país: La Infantería de Marina. Serví en todos los grados, desde segundo teniente hasta mayor general… Contribuí a que México, especialmente Tampico, quedara disponible para los intereses petroleros norteamericanos en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba sitios adecuados para que los chicos del National City Bank obtuvieran utilidades… Presté mi contribución a la purificación de Nicaragua para la banca internacional de Brown Brothers en 1909–1912. Sanee a la República Dominicana, para los intereses azucareros norteamericanos en 1916. Ayudé a ‘preparar’ a Honduras para las compañías fruteras norteamericanas en 1903. En China en 1927 me ocupé de que la Standard Oil no fuera molestada.

“En todos estos años me dediqué, como dirían los ‘muchachos de la trastienda’, a un estupendo ‘negocio’ Cuando pienso en ello, me parece que fue un estupendo ‘negocio’. Se me recompensó con honores, medallas, promociones. Cuando pienso en ello, me parece que habría podido hacer algunas sugestiones a Al Capone. Lo más que este pudo hacer fue operar sus ilícitos negocios en tres distritos de una ciudad. Los infantes de marina operábamos en tres continentes”. Faltó mucho, pero esto forma parte del historial de rapiña y saqueo a los países que ellos consideran su trastienda. Las tres intervenciones en México y el despojo de la mitad de nuestro territorio. Por eso es una vergüenza la política servil y lacayuna de los gobiernos de los dos sexenios panistas y el de Peña Nieto. En cambio, es un orgullo el rescate de la dignidad que López Obrador, aplique y defienda la política que tradicionalmente nos ha ganado el respeto y la gratitud de los países hermanos de América.

También hubo quienes defendieron su patria con dignidad y valentía. A fines de 1913, ocurrió un incidente entre el almirante Fletcher al mando de la flota norteamericana y el general constitucionalista Cándido Aguilar, que ocupaba y resguardaba la zona petrolera en la región de Tuxpan. En plena lucha contra Huerta. Fletcher envía este mensaje al general Cándido Aguilar: “Al jefe de la fuerzas rebeldes, general Cándido Aguilar… tengo instrucciones de mi gobierno de comunicarle a usted que si al término de 24 horas no abandona la zona petrolera, enviaré tropas de desembarco de los Estados Unidos para garantizar la vida e intereses de los ciudadanos americanos y de otras nacionalidades”.

Don Cándido le respondió: “Al almirante Fletcher: Me refiero a su insolente nota de hoy. La vida y los intereses norteamericanos y personas de otras nacionalidades han tenido y tienen las más amplias garantías en la zona militar que está a mis órdenes. De llevar a cabo la amenaza de desembarcar tropas de Estados Unidos en territorio mexicano me veré obligado a combatirlas, a incendiar los pozos petroleros que están en la región de mi dependencia y a pasar por las armas a todos los norteamericanos que están en la región”. Don Cándido giró órdenes de concentrar a todas las familias de los gringos que había en el lugar, y que se pusieran un oficial y dos soldados en cada pozo que en cuanto disparen los primeros cañonazos y reciban órdenes directas del general Aguilar, incendien los pozos y pasen por las armas a todos los norteamericanos. Por supuesto, el desembarco no se produjo, meses más tarde invadieron Veracruz. (Tomado de “La Revolución Interrumpida” de Adolfo Gilly).

Quede esto para mejor entendimiento de un acontecimiento que conmueve hoy al mundo americano. La propuesta del presidente español, Pedro Sánchez Pérez-Castrejón, para Venezuela, “de propiciar el diálogo que permita celebrar elecciones que tienen que ser justas, libres, transparentes”. Tales elecciones así, llevaron al poder a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro, como lo constataron observadores nacionales y extranjeros. Entre ellos el expresidente de Estados Unidos Gerald Ford. La propuesta del presidente español no deja de ser “una intervención light”.

El artículo 89 de la Constitución, sobre las facultades y obligaciones del presidente de la República, en su párrafo X, dice: “En la conducción de tal política (exterior) el titular del Poder Ejecutivo observará los siguientes principios normativos: la autodeterminación de los pueblos; la no intervención; la solución pacífica de las controversias; la proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza en las relaciones internacionales…” Y es a estas condiciones a que se aviene el gobierno de López Obrador para ubicar su posición ante el problema de Venezuela, amenazada por una más de las muchas intervenciones gringas en Latinoamérica.

Nunca será demasiado reproducir las declaraciones del general Smedley D. Butler, a mediados de los años 30 y reproducida por C. Wright Mills en su libro: Escucha, Yanqui: “Pasé treinta y tres años y cuatro meses en servicio activo como miembro de la fuerza militar más ágil de nuestro país: La Infantería de Marina. Serví en todos los grados, desde segundo teniente hasta mayor general… Contribuí a que México, especialmente Tampico, quedara disponible para los intereses petroleros norteamericanos en 1914. Ayudé a hacer de Haití y Cuba sitios adecuados para que los chicos del National City Bank obtuvieran utilidades… Presté mi contribución a la purificación de Nicaragua para la banca internacional de Brown Brothers en 1909–1912. Sanee a la República Dominicana, para los intereses azucareros norteamericanos en 1916. Ayudé a ‘preparar’ a Honduras para las compañías fruteras norteamericanas en 1903. En China en 1927 me ocupé de que la Standard Oil no fuera molestada.

“En todos estos años me dediqué, como dirían los ‘muchachos de la trastienda’, a un estupendo ‘negocio’ Cuando pienso en ello, me parece que fue un estupendo ‘negocio’. Se me recompensó con honores, medallas, promociones. Cuando pienso en ello, me parece que habría podido hacer algunas sugestiones a Al Capone. Lo más que este pudo hacer fue operar sus ilícitos negocios en tres distritos de una ciudad. Los infantes de marina operábamos en tres continentes”. Faltó mucho, pero esto forma parte del historial de rapiña y saqueo a los países que ellos consideran su trastienda. Las tres intervenciones en México y el despojo de la mitad de nuestro territorio. Por eso es una vergüenza la política servil y lacayuna de los gobiernos de los dos sexenios panistas y el de Peña Nieto. En cambio, es un orgullo el rescate de la dignidad que López Obrador, aplique y defienda la política que tradicionalmente nos ha ganado el respeto y la gratitud de los países hermanos de América.

También hubo quienes defendieron su patria con dignidad y valentía. A fines de 1913, ocurrió un incidente entre el almirante Fletcher al mando de la flota norteamericana y el general constitucionalista Cándido Aguilar, que ocupaba y resguardaba la zona petrolera en la región de Tuxpan. En plena lucha contra Huerta. Fletcher envía este mensaje al general Cándido Aguilar: “Al jefe de la fuerzas rebeldes, general Cándido Aguilar… tengo instrucciones de mi gobierno de comunicarle a usted que si al término de 24 horas no abandona la zona petrolera, enviaré tropas de desembarco de los Estados Unidos para garantizar la vida e intereses de los ciudadanos americanos y de otras nacionalidades”.

Don Cándido le respondió: “Al almirante Fletcher: Me refiero a su insolente nota de hoy. La vida y los intereses norteamericanos y personas de otras nacionalidades han tenido y tienen las más amplias garantías en la zona militar que está a mis órdenes. De llevar a cabo la amenaza de desembarcar tropas de Estados Unidos en territorio mexicano me veré obligado a combatirlas, a incendiar los pozos petroleros que están en la región de mi dependencia y a pasar por las armas a todos los norteamericanos que están en la región”. Don Cándido giró órdenes de concentrar a todas las familias de los gringos que había en el lugar, y que se pusieran un oficial y dos soldados en cada pozo que en cuanto disparen los primeros cañonazos y reciban órdenes directas del general Aguilar, incendien los pozos y pasen por las armas a todos los norteamericanos. Por supuesto, el desembarco no se produjo, meses más tarde invadieron Veracruz. (Tomado de “La Revolución Interrumpida” de Adolfo Gilly).

Quede esto para mejor entendimiento de un acontecimiento que conmueve hoy al mundo americano. La propuesta del presidente español, Pedro Sánchez Pérez-Castrejón, para Venezuela, “de propiciar el diálogo que permita celebrar elecciones que tienen que ser justas, libres, transparentes”. Tales elecciones así, llevaron al poder a Hugo Chávez y a Nicolás Maduro, como lo constataron observadores nacionales y extranjeros. Entre ellos el expresidente de Estados Unidos Gerald Ford. La propuesta del presidente español no deja de ser “una intervención light”.