/ viernes 20 de abril de 2018

Veracruz: situación laboral de las mujeres

Segunda Parte

Sin la menor duda, a la clase política veracruzana le importa muy poco la opinión y el bienestar de los ciudadanos. Esta vez toca el turno al partido tricolor, muestra la mediocridad y la miopía con su último listado para diputados locales plurinominales. Prevaleció el nepotismo y el favor a los más cercanos, al igual que el resto de los partidos políticos: primero la familia y los amigos, después los intereses de la sociedad. Cortando la oportunidad de participar a personas más valiosas, incluso para la causa de Pepe Yunes. Como es el caso de Zaida Alicia Lladó Castillo, presidenta de la Fundación Colosio Veracruz. Cuánta razón tiene la diputada local Cinthya Lobato Calderón del PAN, cuya declaración se comentó en la pasada colaboración, apuntó la problemática para las mujeres capaces e independientes. Los varones mediocres metidos en actividades público-electorales las ven como amenaza. Los resultados están a la vista, Veracruz, el estado más rico del país, con habitantes sumidos en el terror por la inseguridad y la falta de oportunidades de empleos dignos. No hay eficacia en la administración pública en los tres niveles de gobierno. Que viva el cuatachismo.

Estamos de frente ante la ceguera de los políticos, parafraseando a Saramago. Ven tormenta y no se hincan a rezar o tal vez sus acciones corresponden: sálvese quien pueda, incluso los corruptos del PRI se van al partido en el poder, después de más de 40 años, según dicen de pegarle duro a la piñata del erario público estatal. Los panistas tradicionales ven con estupor, no lo pueden creer, tanto trabajo para nada.

Pero abordando el tema en comento, en el artículo anterior se demostró la clara desventaja de las mujeres ante los hombres. Con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017, la Tasa de Desocupación Real, para los hombres es del 10% y para las mujeres del 32. La relación es de tres contra uno a favor de los varones.

Si la evidencia del desempleo no fuera suficiente, con la crisis del retroceso económico del año pasado del gobierno estatal del “cambio”, los salarios y la Población Ocupada (PO) de las mujeres retrocedieron. Con perdón de ustedes amables lectores, me arranco con los datos. En el transcurso de 2017, la PO de mujeres por segmento de ingresos medidos en salario mínimos (SM) de cero a 2% creció en 53 mil 429 plazas, para alcanzar la suma de 641 mil 889, representando 62% del total (1 millón 036 mil 980), contra 51% de los hombres. En palabras simples, estos ingresos no alcanzan para adquirir la canasta básica de alimentos, son los pobres extremos. Para la PO mujeres que ganan entre 2 y 3 SM (con estos ingresos nos ubicamos en pobreza, apenas le alcanza para mal comer y mal vestir) en 2017, disminuyó en 32 mil 021. Para el siguiente cajón de percepciones salariales (3 a 5 SM) la pérdida fue de 10 mil 839 y en el mismo sentido (menos 2 mil 815) para la PO que gana más de 5 SM. Conclusión, la ocupación de mujeres creció en la parcela de ingresos de hambre, cayó en las menos malas, regulares y buenas plazas. Las grandes empresas e industrias manufactureras en 2017 apretaron el cinturón, despidiendo a féminas. La crisis económica del año pasado fue de proporciones mayúsculas para todos, pero al perro más flaco se le pegan más las pulgas —perdón por el ejemplo—. Para las mujeres fue fatal en materia laboral, sin abordar el tema de feminicidios.

La pregunta que salta a la vista en la siguiente: la mujer de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral es mayoría en el padrón electoral y en la emisión del voto. ¿Cuál es el motivo del trato inequitativo en puestos de elección popular para las mujeres preparadas e inteligentes?, ¿cuáles son los motivos que en el gobierno en general, las mujeres son minoría? La respuesta está en ustedes amables lectores. En este año electoral 2018, habrá sorpresas, al tiempo, la soberbia será castiga.

Segunda Parte

Sin la menor duda, a la clase política veracruzana le importa muy poco la opinión y el bienestar de los ciudadanos. Esta vez toca el turno al partido tricolor, muestra la mediocridad y la miopía con su último listado para diputados locales plurinominales. Prevaleció el nepotismo y el favor a los más cercanos, al igual que el resto de los partidos políticos: primero la familia y los amigos, después los intereses de la sociedad. Cortando la oportunidad de participar a personas más valiosas, incluso para la causa de Pepe Yunes. Como es el caso de Zaida Alicia Lladó Castillo, presidenta de la Fundación Colosio Veracruz. Cuánta razón tiene la diputada local Cinthya Lobato Calderón del PAN, cuya declaración se comentó en la pasada colaboración, apuntó la problemática para las mujeres capaces e independientes. Los varones mediocres metidos en actividades público-electorales las ven como amenaza. Los resultados están a la vista, Veracruz, el estado más rico del país, con habitantes sumidos en el terror por la inseguridad y la falta de oportunidades de empleos dignos. No hay eficacia en la administración pública en los tres niveles de gobierno. Que viva el cuatachismo.

Estamos de frente ante la ceguera de los políticos, parafraseando a Saramago. Ven tormenta y no se hincan a rezar o tal vez sus acciones corresponden: sálvese quien pueda, incluso los corruptos del PRI se van al partido en el poder, después de más de 40 años, según dicen de pegarle duro a la piñata del erario público estatal. Los panistas tradicionales ven con estupor, no lo pueden creer, tanto trabajo para nada.

Pero abordando el tema en comento, en el artículo anterior se demostró la clara desventaja de las mujeres ante los hombres. Con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017, la Tasa de Desocupación Real, para los hombres es del 10% y para las mujeres del 32. La relación es de tres contra uno a favor de los varones.

Si la evidencia del desempleo no fuera suficiente, con la crisis del retroceso económico del año pasado del gobierno estatal del “cambio”, los salarios y la Población Ocupada (PO) de las mujeres retrocedieron. Con perdón de ustedes amables lectores, me arranco con los datos. En el transcurso de 2017, la PO de mujeres por segmento de ingresos medidos en salario mínimos (SM) de cero a 2% creció en 53 mil 429 plazas, para alcanzar la suma de 641 mil 889, representando 62% del total (1 millón 036 mil 980), contra 51% de los hombres. En palabras simples, estos ingresos no alcanzan para adquirir la canasta básica de alimentos, son los pobres extremos. Para la PO mujeres que ganan entre 2 y 3 SM (con estos ingresos nos ubicamos en pobreza, apenas le alcanza para mal comer y mal vestir) en 2017, disminuyó en 32 mil 021. Para el siguiente cajón de percepciones salariales (3 a 5 SM) la pérdida fue de 10 mil 839 y en el mismo sentido (menos 2 mil 815) para la PO que gana más de 5 SM. Conclusión, la ocupación de mujeres creció en la parcela de ingresos de hambre, cayó en las menos malas, regulares y buenas plazas. Las grandes empresas e industrias manufactureras en 2017 apretaron el cinturón, despidiendo a féminas. La crisis económica del año pasado fue de proporciones mayúsculas para todos, pero al perro más flaco se le pegan más las pulgas —perdón por el ejemplo—. Para las mujeres fue fatal en materia laboral, sin abordar el tema de feminicidios.

La pregunta que salta a la vista en la siguiente: la mujer de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral es mayoría en el padrón electoral y en la emisión del voto. ¿Cuál es el motivo del trato inequitativo en puestos de elección popular para las mujeres preparadas e inteligentes?, ¿cuáles son los motivos que en el gobierno en general, las mujeres son minoría? La respuesta está en ustedes amables lectores. En este año electoral 2018, habrá sorpresas, al tiempo, la soberbia será castiga.