/ viernes 4 de mayo de 2018

Veracruz: situación laboral de las mujeres

Se confirma lo dicho en la pasada colaboración con la publicación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 29 de abril del presente año: la economía del estado de Veracruz retrocedió durante 2017. Pero si desglosamos por sectores de actividad, el gran perdedor es la industria en general. En retrocesos sólo estamos arriba de Oaxaca, es decir en el lugar 31 del ámbito nacional. De Puebla para arriba del país hay progreso, en cambio nosotros acumulamos cinco trimestres consecutivos en fase negativa, en valores reales nos remite a lo observado en el último año (2010) de la administración de Fidel Herrera, él mismo que dejó los huevos de la serpiente de la maldad que hoy azota con más fuerza nuestra querida tierra. El tan cacareado gobierno estatal del “cambió” se olvidó de la promoción de la actividad económica y de la creación de empleos bien remunerados y con prestaciones sociales. En mayor o menor proporción de lo antes descrito se deriva de la inseguridad, así lo señala la academia cada vez más atenta por este fenómeno social. El pequeño y mediano empresario ve con impotencia que se encuentra en total desamparo ante el crimen. Que siga la fiesta electoral.

Sin embargo, como se ha dicho, siempre la mujer en el ámbito laboral es la más perjudicada en tiempos de crisis económica en comparación con hombres. Ellas tienen una Tasa Real de Desocupación tres veces mayor que la de ellos, una de cada tres está en paro. Con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017, comparando con su similar 2016, 23 mil 056 mujeres fueron expulsadas en la industria manufacturera, precisamente donde existe la posibilidad de obtener mejores condiciones de trabajo. Al cerrarse está posibilidad de contratación en este periodo de tiempo, sólo 2 mil 652 se incorporaron al número de Población Ocupada (PO), contra 54 mil 589 hombres. Hay que puntualizar que las cifras anteriores son el resultado de pérdidas y ganancias de PO, si bien en la industria en general se perdieron plazas, en el comercio y los servicios se incrementaron. Ésta es la razón que la PO de mujeres por niveles de ingreso hasta un salario mínimo (88.15 pesos diarios) en el año en comento, aumentó en 51 mil 872 puestos. Como dicen por ahí, oportunidades de trabajo sobran, pero con salarios de hambre. Estamos de frente ante un negativo crecimiento económico, que ha provocado una imparable precariedad laboral, cuyos ingresos del trabajador están debajo de la línea de bienestar mínimo. La pobreza laboral imparable.

Ahora se puede entender, los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), institución oficial que instrumentó el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), para conocer cada trimestre la tendencia del poder adquisitivo del ingreso laboral de los trabajadores. Este Índice (2017, octubre-diciembre) muestra el porcentaje de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral. Si el ITLP sube, significa que aumenta el porcentaje de personas que no pueden comprar sus alimentos indispensables con su ingreso. Pues bien, el “gobierno del cambio” supera el máximo histórico de pobreza laboral en el estado de Veracruz con 54.4% de la población con ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo, muy arriba de lo alcanzado con Fidel y Duarte. Las despensas irregulares que se distribuyen, apenas son un curita para paliar el hambre generalizada de la clase trabajadora. 2018, año electoral, la irritación social presente, misma que definirá los ganadores a los puestos de elección, las figuras corruptas del pasado no son relevantes, se exige resultados, Duarte olvidó este concepto, el pueblo no acepta mentiras.

Se confirma lo dicho en la pasada colaboración con la publicación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) del 29 de abril del presente año: la economía del estado de Veracruz retrocedió durante 2017. Pero si desglosamos por sectores de actividad, el gran perdedor es la industria en general. En retrocesos sólo estamos arriba de Oaxaca, es decir en el lugar 31 del ámbito nacional. De Puebla para arriba del país hay progreso, en cambio nosotros acumulamos cinco trimestres consecutivos en fase negativa, en valores reales nos remite a lo observado en el último año (2010) de la administración de Fidel Herrera, él mismo que dejó los huevos de la serpiente de la maldad que hoy azota con más fuerza nuestra querida tierra. El tan cacareado gobierno estatal del “cambió” se olvidó de la promoción de la actividad económica y de la creación de empleos bien remunerados y con prestaciones sociales. En mayor o menor proporción de lo antes descrito se deriva de la inseguridad, así lo señala la academia cada vez más atenta por este fenómeno social. El pequeño y mediano empresario ve con impotencia que se encuentra en total desamparo ante el crimen. Que siga la fiesta electoral.

Sin embargo, como se ha dicho, siempre la mujer en el ámbito laboral es la más perjudicada en tiempos de crisis económica en comparación con hombres. Ellas tienen una Tasa Real de Desocupación tres veces mayor que la de ellos, una de cada tres está en paro. Con cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE-INEGI) del cuarto trimestre de 2017, comparando con su similar 2016, 23 mil 056 mujeres fueron expulsadas en la industria manufacturera, precisamente donde existe la posibilidad de obtener mejores condiciones de trabajo. Al cerrarse está posibilidad de contratación en este periodo de tiempo, sólo 2 mil 652 se incorporaron al número de Población Ocupada (PO), contra 54 mil 589 hombres. Hay que puntualizar que las cifras anteriores son el resultado de pérdidas y ganancias de PO, si bien en la industria en general se perdieron plazas, en el comercio y los servicios se incrementaron. Ésta es la razón que la PO de mujeres por niveles de ingreso hasta un salario mínimo (88.15 pesos diarios) en el año en comento, aumentó en 51 mil 872 puestos. Como dicen por ahí, oportunidades de trabajo sobran, pero con salarios de hambre. Estamos de frente ante un negativo crecimiento económico, que ha provocado una imparable precariedad laboral, cuyos ingresos del trabajador están debajo de la línea de bienestar mínimo. La pobreza laboral imparable.

Ahora se puede entender, los resultados del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), institución oficial que instrumentó el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), para conocer cada trimestre la tendencia del poder adquisitivo del ingreso laboral de los trabajadores. Este Índice (2017, octubre-diciembre) muestra el porcentaje de personas que no pueden adquirir la canasta alimentaria con su ingreso laboral. Si el ITLP sube, significa que aumenta el porcentaje de personas que no pueden comprar sus alimentos indispensables con su ingreso. Pues bien, el “gobierno del cambio” supera el máximo histórico de pobreza laboral en el estado de Veracruz con 54.4% de la población con ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo, muy arriba de lo alcanzado con Fidel y Duarte. Las despensas irregulares que se distribuyen, apenas son un curita para paliar el hambre generalizada de la clase trabajadora. 2018, año electoral, la irritación social presente, misma que definirá los ganadores a los puestos de elección, las figuras corruptas del pasado no son relevantes, se exige resultados, Duarte olvidó este concepto, el pueblo no acepta mentiras.