/ domingo 23 de febrero de 2020

Vigencia del pacto social y los símbolos patrios frente a la 4T

En medio de enormes vicisitudes, festejamos hoy el Día de la Bandera, que en el calendario cívico de México se establece, año tras año en este día, para rendir honores a uno de los símbolos nacionales que desde el triunfo de la lucha de Independencia lo constituye la Bandera Nacional, diseñada en 1821, para ser portada por el Ejército Trigarante, promovida por iniciativa de los generales Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide.

Diseñada sobre un lienzo tricolor (verde, blanco y rojo), colores que los historiadores han identificado para representar: el verde, la esperanza de una patria libre, humana y generosa; el blanco, la unidad, fraternidad y solidaridad entre los mexicanos; y el rojo, la sangre de los héroes nacionales derramada por aquellos que ofrendaron su vida en la lucha por la construcción de este país.

El Escudo Nacional Mexicano es el resultado de diversas modificaciones históricas y tal como lo conocemos, en el centro de la bandera aparece una Águila real, posándose sobre un nopal, devorando una serpiente. El Himno Nacional Mexicano fue la respuesta a la convocatoria del expresidente Antonio López de Santa Anna; y su música la escribió el compositor español Jaime Nunó, y la letra extraída de un poema escrito por Francisco González Bocanegra. Se estrenó en audición del 15 de septiembre de 1854, en el Teatro Santa Anna, y el general Porfirio Díaz ordenó hacerle modificaciones para dejarlo en 10 estrofas.

Hoy en medio del clamor nacional y el grito desgarrador predominante de la mujer, en demanda de justicia y condiciones de equidad en favor de las féminas y grupos vulnerables, se presiona al “gran poder” para obtener una respuesta rápida y efectiva del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de que concretice el contenido y alcance de la “Cuarta Transformación”, en donde se garanticen la estabilidad política, la vigencia de la Constitución y de las leyes que de ella emanen, la distribución equitativa de la riqueza pública y se erradiquen la criminalidad y la impunidad. Las justas y enérgicas manifestaciones de protesta, con participación mayoritaria de las mujeres, a las que se han sumado los desempleados, enfermos y todos aquellos que no logran obtener los “mínimos de subsistencia”, representan un caldo de cultivo para generar el caos; por eso es que todos esperamos respuestas efectivas del señor presidente y sobre todo el cambio de régimen político con justicia y equidad.

En medio de enormes vicisitudes, festejamos hoy el Día de la Bandera, que en el calendario cívico de México se establece, año tras año en este día, para rendir honores a uno de los símbolos nacionales que desde el triunfo de la lucha de Independencia lo constituye la Bandera Nacional, diseñada en 1821, para ser portada por el Ejército Trigarante, promovida por iniciativa de los generales Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide.

Diseñada sobre un lienzo tricolor (verde, blanco y rojo), colores que los historiadores han identificado para representar: el verde, la esperanza de una patria libre, humana y generosa; el blanco, la unidad, fraternidad y solidaridad entre los mexicanos; y el rojo, la sangre de los héroes nacionales derramada por aquellos que ofrendaron su vida en la lucha por la construcción de este país.

El Escudo Nacional Mexicano es el resultado de diversas modificaciones históricas y tal como lo conocemos, en el centro de la bandera aparece una Águila real, posándose sobre un nopal, devorando una serpiente. El Himno Nacional Mexicano fue la respuesta a la convocatoria del expresidente Antonio López de Santa Anna; y su música la escribió el compositor español Jaime Nunó, y la letra extraída de un poema escrito por Francisco González Bocanegra. Se estrenó en audición del 15 de septiembre de 1854, en el Teatro Santa Anna, y el general Porfirio Díaz ordenó hacerle modificaciones para dejarlo en 10 estrofas.

Hoy en medio del clamor nacional y el grito desgarrador predominante de la mujer, en demanda de justicia y condiciones de equidad en favor de las féminas y grupos vulnerables, se presiona al “gran poder” para obtener una respuesta rápida y efectiva del presidente Andrés Manuel López Obrador, con el fin de que concretice el contenido y alcance de la “Cuarta Transformación”, en donde se garanticen la estabilidad política, la vigencia de la Constitución y de las leyes que de ella emanen, la distribución equitativa de la riqueza pública y se erradiquen la criminalidad y la impunidad. Las justas y enérgicas manifestaciones de protesta, con participación mayoritaria de las mujeres, a las que se han sumado los desempleados, enfermos y todos aquellos que no logran obtener los “mínimos de subsistencia”, representan un caldo de cultivo para generar el caos; por eso es que todos esperamos respuestas efectivas del señor presidente y sobre todo el cambio de régimen político con justicia y equidad.