/ jueves 11 de octubre de 2018

Xalapa y el problema de la basura

Para nadie es un secreto el enorme pasivo ambiental que ha representado el relleno sanitario de El Tronconal, clausurado por la autoridad estatal y después reabierto porque las autoridades municipales no tuvieron otra opción que aceptar la intervención de la administración de Yunes.

Eran del dominio público las diferencias entre la empresa que opera el relleno de El Tronconal, Proactiva, y las actuales autoridades municipales de Xalapa; es una situación que derivó en pleitos judiciales.

Las constantes acusaciones por los problemas de contaminación provocaron el cierre del relleno por parte de las autoridades estatales, concretamente la Sedema, algo que ya se esperaba desde hace meses. Incluso, fuentes del propio ayuntamiento reconocen que la advertencia de cierre no ocurrió de forma reciente.

Lejos de resolverse, el problema de la disposición de la basura se complicó aún más con el cierre del relleno, lo que pudo observar cualquiera al recorrer las calles de Xalapa, invadidas como estuvieron esta semana por toneladas de desperdicios.

En redes sociales las expresiones de indignación fueron evidentes durante la semana que está punto de concluir, al igual que los señalamientos contra las autoridades municipales por un tema que habla de incompetencia y falta de capacidad.

Por la mañana del pasado martes, el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, señaló al gobierno estatal como el causante de sus males; “las autoridades estatales nos están cerrando las puertas”, acusó, pero al final terminó por aceptar la ayuda de la administración Yunes y por sentarse en la oficina del secretario de Gobierno, Rogelio Franco.

El problema se complicó porque el Ayuntamiento de Xalapa no calculó que otras opciones para deshacerse de la basura le serían negadas a la administración: primero, el gobierno local de Coatepec impidió que los desechos de la capital del estado llegaran a su basurero. Posteriormente, una manifestación de vecinos de comunidades de Emiliano Zapata bloqueó el acceso de los camiones recolectores xalapeños al relleno de Pinoltepec; luego, el Ayuntamiento de Veracruz emitió un comunicado en el que negaba la posibilidad de que las 400 toneladas de basura al día que genera Xalapa se enviaran al puerto.

Por la noche del lunes, camiones recolectores de Xalapa, que habían paseado la basura durante el día en la capital, intentaron arrojarla en la zona de El Castillo, pero la gente también se opuso. Salió después la propuesta de llevar la basura a Villa Aldama, pero ello generaría un costo altísimo en materia de combustibles, además de que ese lugar no podría recibir la cantidad de basura que genera Xalapa y no tiene autorización para hacerlo.

Por cierto, en Xalapa apareció de forma recientemente una pequeña empresa de recicladores de basura, Ecoxal, cuyo propietario, Luis Castillo Arce, se promovió y vendió a la autoridad municipal como si fuera la solución al problema; sin embargo, esa empresa no contaba ni siquiera con algún convenio para el destino final de la basura que recolectaba.

Al final, el relleno de El Tronconal reabrió sus puertas para recibir de forma temporal, emergente, la basura que genera la capital veracruzana. El daño en términos de imagen y opinión pública fue para el gobierno municipal y más específicamente para el alcalde Hipólito Rodríguez, dado que los torpedos lanzados en su contra dieron justo en la línea de flotación.

Pues bien, error de cálculo de las autoridades municipales; falta de previsión de los responsables del Ayuntamiento para ver un problema que era inminente; o un intento de boicot por una motivación política; lo que sea; al final, lo malo es que quienes pagan por las deficiencias en la recolección de basura son los pobladores de la capital.

Lo curioso es que Hipólito Rodríguez es un especialista en desarrollo urbano, de tal manera que lo que menos se esperaba era un escenario como el que se presentó esta semana en el municipio que gobierna. @luisromero85


Para nadie es un secreto el enorme pasivo ambiental que ha representado el relleno sanitario de El Tronconal, clausurado por la autoridad estatal y después reabierto porque las autoridades municipales no tuvieron otra opción que aceptar la intervención de la administración de Yunes.

Eran del dominio público las diferencias entre la empresa que opera el relleno de El Tronconal, Proactiva, y las actuales autoridades municipales de Xalapa; es una situación que derivó en pleitos judiciales.

Las constantes acusaciones por los problemas de contaminación provocaron el cierre del relleno por parte de las autoridades estatales, concretamente la Sedema, algo que ya se esperaba desde hace meses. Incluso, fuentes del propio ayuntamiento reconocen que la advertencia de cierre no ocurrió de forma reciente.

Lejos de resolverse, el problema de la disposición de la basura se complicó aún más con el cierre del relleno, lo que pudo observar cualquiera al recorrer las calles de Xalapa, invadidas como estuvieron esta semana por toneladas de desperdicios.

En redes sociales las expresiones de indignación fueron evidentes durante la semana que está punto de concluir, al igual que los señalamientos contra las autoridades municipales por un tema que habla de incompetencia y falta de capacidad.

Por la mañana del pasado martes, el presidente municipal de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, señaló al gobierno estatal como el causante de sus males; “las autoridades estatales nos están cerrando las puertas”, acusó, pero al final terminó por aceptar la ayuda de la administración Yunes y por sentarse en la oficina del secretario de Gobierno, Rogelio Franco.

El problema se complicó porque el Ayuntamiento de Xalapa no calculó que otras opciones para deshacerse de la basura le serían negadas a la administración: primero, el gobierno local de Coatepec impidió que los desechos de la capital del estado llegaran a su basurero. Posteriormente, una manifestación de vecinos de comunidades de Emiliano Zapata bloqueó el acceso de los camiones recolectores xalapeños al relleno de Pinoltepec; luego, el Ayuntamiento de Veracruz emitió un comunicado en el que negaba la posibilidad de que las 400 toneladas de basura al día que genera Xalapa se enviaran al puerto.

Por la noche del lunes, camiones recolectores de Xalapa, que habían paseado la basura durante el día en la capital, intentaron arrojarla en la zona de El Castillo, pero la gente también se opuso. Salió después la propuesta de llevar la basura a Villa Aldama, pero ello generaría un costo altísimo en materia de combustibles, además de que ese lugar no podría recibir la cantidad de basura que genera Xalapa y no tiene autorización para hacerlo.

Por cierto, en Xalapa apareció de forma recientemente una pequeña empresa de recicladores de basura, Ecoxal, cuyo propietario, Luis Castillo Arce, se promovió y vendió a la autoridad municipal como si fuera la solución al problema; sin embargo, esa empresa no contaba ni siquiera con algún convenio para el destino final de la basura que recolectaba.

Al final, el relleno de El Tronconal reabrió sus puertas para recibir de forma temporal, emergente, la basura que genera la capital veracruzana. El daño en términos de imagen y opinión pública fue para el gobierno municipal y más específicamente para el alcalde Hipólito Rodríguez, dado que los torpedos lanzados en su contra dieron justo en la línea de flotación.

Pues bien, error de cálculo de las autoridades municipales; falta de previsión de los responsables del Ayuntamiento para ver un problema que era inminente; o un intento de boicot por una motivación política; lo que sea; al final, lo malo es que quienes pagan por las deficiencias en la recolección de basura son los pobladores de la capital.

Lo curioso es que Hipólito Rodríguez es un especialista en desarrollo urbano, de tal manera que lo que menos se esperaba era un escenario como el que se presentó esta semana en el municipio que gobierna. @luisromero85