Buen día, apreciado lector. A través de los últimos diez años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha generado criterios para la impartición de justicia “de carácter humano, sensible y con un impacto real en la vida de las personas”, declaró el queridísimo supremo presidente de la misma, don Arturo Zaldívar.
Recordó que en junio de 2011 se publicaron en el Diario Oficial de la Federación dos reformas a la Constitución que significaron un cambio sustancial en el tema de la protección de los derechos humanos.
El ministro Arturo Zaldívar afirmó que en la nueva etapa de la justicia constitucional que ya ha iniciado, todas las sentencias de la Corte serán relevantes, generarán un impacto en la totalidad del orden jurídico y llegarán inmediatamente a la ciudadanía transformando la realidad social.
“Este cambio no solo libera el potencial de la doctrina constitucional de la Corte para transformar y modificar la realidad, sino que revoluciona su capacidad para consolidar los mejores valores de nuestro constitucionalismo, la democracia, la independencia judicial, la protección de los derechos de todas las personas y la defensa de los más vulnerables”, añadió.
Por lo mismo, para conmemorar dichas reformas “para la impartición de justicia de carácter humano, sensible y con un impacto real en la vida de las personas”, le reitero lo que dijo don Arturo, toda esta semana entre el lunes 14 al viernes 18 de junio. Ministras y Ministros del Alto Tribunal, consejeras, consejeros, magistrados, personas expertas y académicas están participando en conversatorios y mesas de discusión al respecto.
El ministro Arturo Zaldívar, quien tiene al país en ascuas –muchos como este reportero, apostando a que no aceptará los dos años que le regala el presidente de la República– señaló en su conferencia magistral que el Alto Tribunal está comprometido con una visión sustantiva de la igualdad, que protege a todas las personas.
“Todas las personas, particularmente las más vulnerables de nuestra sociedad, podrán apropiarse de la Constitución y reclamar para sí, sus postulados y los derechos que reconoce, sin necesidad de esperar indefinidamente que estos sean efectivamente exigibles”, precisó.
Precisamente precisando al respecto, uno como simple observador –también interesado por un proceso atorado–, solo quisiera que efectivamente ya por fin, luego de tantos años se encuentre la receta mágica para la justicia “pronta y expedita” y no transcurran tantos años para la resolución de las demandas laborales; acaso los gobiernos federal y estatal debieran interesarse más en el bienestar de la sociedad y nombrar más magistrados que contribuyan a resolver tantísimos problemas acumulados por tantos años, es lo menos que uno le puede pedir al “señor justicia”.
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