/ miércoles 23 de diciembre de 2020

Ya hay alianza para ganar 2021

Ni los más recalcitrantes impulsores de la 4T y de Morena pudieron desalentar la “alianza estratégica” acordada y suscrita por las tres principales fuerzas políticas que agrupan a los militantes y simpatizantes del PRI, PAN y PRD.

Menos podrían descalificar a los integrantes de una nueva fuerza política (“Va por México”) dispuesta a derrotar al partido del presidente Andrés Manuel, si como se ve cuenta con bases convencidas de la necesidad de un cambio en el gobierno que devuelva a los mexicanos la tranquilidad, la paz pública, la estabilidad económica, el respeto a los derechos humanos y las condiciones de desarrollo que existían antes de la llegada de López Obrador a Palacio Nacional.

Que quede claro que no es una alianza ideológica, como tampoco lo es la alianza del partido Morena con el PT, el PES y el Partido Verde (que por cierto en 2012 apoyó a Enrique Peña Nieto); “Va por México” se trata de un acuerdo político electoral que busca recuperar la confianza en las instituciones y el respeto al Estado de derecho, cuyo deterioro en estos últimos dos años podría conducir al país al Estado fallido, acompañado del caos y la violencia generalizada.

La 4T no se puede doler de la miscelánea de actores políticos que concurren al acuerdo electoral “Va por México”, pues hay que recordar que en Morena, “la esperanza de México”, se ha quedado incumplida y su fundador, el presidente López Obrador, militó 14 años en el PRI y después en el PRD; Manuel Bartlett militó 30 años en el PRI; Ricardo Monreal 12 años en el PRI y después en el PRD; Esteban Moctezuma también estuvo 18 años en el PRI; Alfonso Durazo 17 años en el PRI; Yeidckol Polenvsky 25 años en el PRI y Alberto Anaya militó por 22 años en el PRI, por solo poner una muestra de la fragilidad ideológica de los morenistas.

A todo lo anterior hay que sumarle los números rojos con que se ha manipulado y desatendido la pandemia del Covid-19 por parte del doctor Hugo López-Gatell y ahora el manejo clientelar de la aplicación de las vacunas, que pretende aplicar el canciller Marcelo Ebrard. El repudio de la gente se manifestará contra el gobierno de la 4T con el voto de castigo para sus candidatos a todos los puestos de elección popular que se disputarán en la elección de junio del próximo año.

Ni los más recalcitrantes impulsores de la 4T y de Morena pudieron desalentar la “alianza estratégica” acordada y suscrita por las tres principales fuerzas políticas que agrupan a los militantes y simpatizantes del PRI, PAN y PRD.

Menos podrían descalificar a los integrantes de una nueva fuerza política (“Va por México”) dispuesta a derrotar al partido del presidente Andrés Manuel, si como se ve cuenta con bases convencidas de la necesidad de un cambio en el gobierno que devuelva a los mexicanos la tranquilidad, la paz pública, la estabilidad económica, el respeto a los derechos humanos y las condiciones de desarrollo que existían antes de la llegada de López Obrador a Palacio Nacional.

Que quede claro que no es una alianza ideológica, como tampoco lo es la alianza del partido Morena con el PT, el PES y el Partido Verde (que por cierto en 2012 apoyó a Enrique Peña Nieto); “Va por México” se trata de un acuerdo político electoral que busca recuperar la confianza en las instituciones y el respeto al Estado de derecho, cuyo deterioro en estos últimos dos años podría conducir al país al Estado fallido, acompañado del caos y la violencia generalizada.

La 4T no se puede doler de la miscelánea de actores políticos que concurren al acuerdo electoral “Va por México”, pues hay que recordar que en Morena, “la esperanza de México”, se ha quedado incumplida y su fundador, el presidente López Obrador, militó 14 años en el PRI y después en el PRD; Manuel Bartlett militó 30 años en el PRI; Ricardo Monreal 12 años en el PRI y después en el PRD; Esteban Moctezuma también estuvo 18 años en el PRI; Alfonso Durazo 17 años en el PRI; Yeidckol Polenvsky 25 años en el PRI y Alberto Anaya militó por 22 años en el PRI, por solo poner una muestra de la fragilidad ideológica de los morenistas.

A todo lo anterior hay que sumarle los números rojos con que se ha manipulado y desatendido la pandemia del Covid-19 por parte del doctor Hugo López-Gatell y ahora el manejo clientelar de la aplicación de las vacunas, que pretende aplicar el canciller Marcelo Ebrard. El repudio de la gente se manifestará contra el gobierno de la 4T con el voto de castigo para sus candidatos a todos los puestos de elección popular que se disputarán en la elección de junio del próximo año.