/ viernes 6 de septiembre de 2019

* Yunismo, descobijado

El golpe del cuitlahuismo en el Congreso local fue tan sorpresivo y contundente que el fiscal Jorge Winckler, los diputados locales del PAN y, sobre todo, el jefe político de ese grupo que ansía recuperar el poder para su primogénito en 2024 —el mismo que semanas antes, en una reunión de panistas afines, había fanfarroneado con que “le vamos a romper la madre a Morena”— quedaron literalmente en estado de shock, pues su reacción fue bastante lenta y torpe para impedir el desalojo del abogado yunista del único reducto de poder que les quedaba y el que pretendían seguir usando en este sexenio como palanca de fuerza para blindar a sus cómplices y potenciales aliados rumbo a la siguiente sucesión gubernamental, para la cual este domingo 8 resultará clave la elección interna del partido blanquiazul, en la que las fracciones del exgobernador Miguel Ángel Yunes y del exalcalde de Tantoyuca, Joaquín Guzmán Avilés, se disputan el control del Comité Directivo Estatal.

A diferencia de 2016, cuando siendo aún gobernador electo alentó la toma violenta del Palacio de Gobierno liderada por su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, a la sazón alcalde de Boca del Río, y a la que se sumó hasta el entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya —quien inclusive hizo la pantomima de dormir en uno de los pasillos palaciegos, acompañado también de Pepe Mancha Alarcón, quien busca reelegirse como dirigente estatal—, ahora Miguel Ángel Yunes Linares no ha contado con el respaldo del CEN para defender a su fiscal carnal, pues el líder partidista Marko Cortés está concentrado en la batalla que actualmente libra contra el lopezobradorismo en la Cámara de Diputados por la presidencia de la mesa directiva.

Por otra parte, al día siguiente del golpe de la Diputación Permanente, el coordinador de los diputados locales de Acción Nacional, Sergio Hernández, hizo el ridículo con un grupo de legisladores que fueron a Palacio de Gobierno a solicitarle audiencia al gobernador Cuitláhuac García, el cual presidía en esos momentos en Coatzacoalcos la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz. Como obviamente el mandatario estatal no los recibió, le dejaron pegado en uno de los accesos un oficio para que legalmente les diera respuesta, pero el documento estaba fechado el ¡12 de diciembre de 2018!

Todavía peor: el diputado panista Omar Miranda exigió a sus homólogos de Morena que dijeran cómo se enteraron que Winckler no estaba certificado, pues afirmó que supuestamente esa información es confidencial, dejando en entredicho al propio fiscal yunista que hasta las 22:30 horas del martes declaró en conferencia de prensa que “yo estoy evaluado y aprobado en control de confianza”, lo que legalmente debe comprobar.

El golpe del cuitlahuismo en el Congreso local fue tan sorpresivo y contundente que el fiscal Jorge Winckler, los diputados locales del PAN y, sobre todo, el jefe político de ese grupo que ansía recuperar el poder para su primogénito en 2024 —el mismo que semanas antes, en una reunión de panistas afines, había fanfarroneado con que “le vamos a romper la madre a Morena”— quedaron literalmente en estado de shock, pues su reacción fue bastante lenta y torpe para impedir el desalojo del abogado yunista del único reducto de poder que les quedaba y el que pretendían seguir usando en este sexenio como palanca de fuerza para blindar a sus cómplices y potenciales aliados rumbo a la siguiente sucesión gubernamental, para la cual este domingo 8 resultará clave la elección interna del partido blanquiazul, en la que las fracciones del exgobernador Miguel Ángel Yunes y del exalcalde de Tantoyuca, Joaquín Guzmán Avilés, se disputan el control del Comité Directivo Estatal.

A diferencia de 2016, cuando siendo aún gobernador electo alentó la toma violenta del Palacio de Gobierno liderada por su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez, a la sazón alcalde de Boca del Río, y a la que se sumó hasta el entonces dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya —quien inclusive hizo la pantomima de dormir en uno de los pasillos palaciegos, acompañado también de Pepe Mancha Alarcón, quien busca reelegirse como dirigente estatal—, ahora Miguel Ángel Yunes Linares no ha contado con el respaldo del CEN para defender a su fiscal carnal, pues el líder partidista Marko Cortés está concentrado en la batalla que actualmente libra contra el lopezobradorismo en la Cámara de Diputados por la presidencia de la mesa directiva.

Por otra parte, al día siguiente del golpe de la Diputación Permanente, el coordinador de los diputados locales de Acción Nacional, Sergio Hernández, hizo el ridículo con un grupo de legisladores que fueron a Palacio de Gobierno a solicitarle audiencia al gobernador Cuitláhuac García, el cual presidía en esos momentos en Coatzacoalcos la Mesa de Coordinación para la Construcción de la Paz. Como obviamente el mandatario estatal no los recibió, le dejaron pegado en uno de los accesos un oficio para que legalmente les diera respuesta, pero el documento estaba fechado el ¡12 de diciembre de 2018!

Todavía peor: el diputado panista Omar Miranda exigió a sus homólogos de Morena que dijeran cómo se enteraron que Winckler no estaba certificado, pues afirmó que supuestamente esa información es confidencial, dejando en entredicho al propio fiscal yunista que hasta las 22:30 horas del martes declaró en conferencia de prensa que “yo estoy evaluado y aprobado en control de confianza”, lo que legalmente debe comprobar.

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