Muchas cosas han llegado a ver algunas personas, y de ello existen pruebas que retan lo que los cánones de la lógica nos han enseñado.
En el año 1873, los trabajadores de la mina de carbón Black Diamond, localizada en el monte del Diablo, cerca de San Francisco, descubrieron atrapada parcialmente en una piedra caliza una rana de buen tamaño.
El animalito se encontraba prensado en su cripta de piedra y cuando la liberaron la piedra mostraba la forma de su cuerpo. Fue subida a la superficie y todavía alcanzó a vivir por espacio de un día. A duras penas podía mover una pata lentamente y estaba ciega. Tanto el cuerpo del animal como los restos de la roca fueron enviados a la Academia de Ciencias de San Francisco, como prueba de la existencia de ese animalito por cientos de años.
El océano tampoco escapa a este tipo de vida longeva. En los muelles de la cuenca de George, Liverpool, en el año 1829, uno de los bloques tuvo que ser cortado para poder hacer unos escalones nuevos. Durante el corte fue descubierto en su interior el cuerpo de un sapo el cual de inmediato fue liberado de su prisión. El animal todavía alcanzó a vivir por espacio de varias horas.
Fueron varios los intentos que hizo por levantarse sin lograrlo hasta que por fin murió. Los científicos británicos que estudiaron el caso únicamente alcanzaban a mover la cabeza con incredulidad. No podían negar lo que tenían ante sus ojos y nunca pudo darse una respuesta satisfactoria.
Entre los antiguos egipcios el escarabajo fue considerado divino e inmortal. Era el año 1892 y los trabajadores partieron un pedazo de hierro descubriendo dentro de él un escarabajo bermejo verdoso.
Tanto el mineral como el insecto, fueron enviados de inmediato a un geólogo de El Paso, Texas, de nombre Z. T. White. Una semana después del descubrimiento, al ser observado bajo potente lupa, pudo verse que del espécimen emergía otro lentamente. White, de inmediato convocó a varios testigos para que dieran fe de lo sucedido. El nuevo escarabajo fue colocado dentro de un frasco para su estudio y alcanzó a vivir todavía varios meses.