El estrés psicosocial, la alimentación, obesidad, un intestino permeable y un desequilibrio entre las células T reguladoras y las proinflamatorias, también contribuyen a la inflamación y a la depresión. Este problema puede deberse a problemas o situaciones difíciles de la vida.
Está acompañada de tristeza, desesperanza y de una perdida de interés por las pequeñas cosas de la vida. La curcumina podría parecer segura, bien tolerada y eficaz entre los pacientes con depresión, además, podría servir como un antidepresivo novedoso.
La curcumina actúa en contra de la oxidación y la inflamación de nuestro organismo, generados durante la depresión. La cúrcuma modula los niveles de neurotransmisores en el cerebro y aumenta el nivel de factores responsables del crecimiento y supervivencia de las células nerviosas.
La curcumina puede influir en una variedad de actividades biológicas, y muchas de ellas —sus efectos antiinflamatorios, antioxidantes, neuroprotectores y monoaminérgicos— no están regulados en varios trastornos depresivos. La curcumina promueve una mayor disponibilidad de serotonina, noradrenalina y dopamina mediante la inhibición de enzimas MAO y también en la actividad antioxidante y antiinflamatoria, por lo tanto la curcumina ejerce un beneficioso efecto en la depresión.
Los resultados proporcionan apoyo parcial a los efectos antidepresivos de la curcumina, evidenciando que los beneficios ocurren de cuatro a ocho semanas después del inicio del tratamiento. Por su principio y activo antiinflamatorio la curcumina estimula la neurogenesis en el cerebro y ayuda a las personas con depresión. Licúa 5 gramos de cúrcuma con una cucharada cafetera de aceite de coco, una cucharadita de miel, un vaso con agua y bebértelo diariamente antes del desayuno. No tiene efectos colaterales. Par saber más sobre este tema llama a los teléfonos 812 66 63 y 813 83 80.