La crisis por Covid-19 no ha mermado la producción de cerámica en Veracruz, estado que se consolida como uno de los más importantes en producción de obra tradicional, innovadora y utilitaria, coinciden creadores de la entidad.
Con al menos 40 talleres, en Veracruz, Xalapa y la región se encuentran ceramistas con proyección internacional como Gustavo Pérez, Mariana Velázquez, Roberto Rodríguez y Elsa Naveda, por mencionar algunos.
Las mujeres en la cerámica tienen un lugar ganado. Sobresalen Gaby Souza, Magali Goris, Maite Rodríguez y Marta Ovalle Monday, originaria de Alvarado y ganadora de la tercera Bienal de Cerámica Utilitaria convocada por el Museo Franz Mayer. Emma Luisa Fernández, fundadora del taller El Toque, considera que estas figuras, sin saberlo, tienen un compromiso enorme con las nuevas generaciones, pues son maestros y referentes a seguir. Sobre la escultura en cerámica del estado, el artista Manuel Velázquez opina que un territorio, un espacio donde se desarrolla una pluralidad de artistas que responden a diversas maneras y modos de producción.
“No hay rutas únicas ni alguna que predomine nítidamente. No existe un estilo en el cual la totalidad de creadores pueda reconocerse, dándole una dirección única a esta práctica”.
Describe la cerámica de Veracruz con “un carácter móvil, multidisciplinario y mixto; en consecuencia, el artista puede incorporar medios y lenguajes globales con referencias locales, conectados con la memoria cultural y con deseos propios”.
Algo que sí es una constante es el aprecio de los creadores por el contacto con la naturaleza y cómo, de una u otra forma, lo trasladan a su obra, así, Mariana Velázquez tiene escultura en cerámica de la que destacan piezas dedicadas a flores, hojas y jardines.
Elsa Naveda hace lo mismo pero de manera abstracta, en tanto jóvenes como Rabí Montoya y Abel Zavala exploran distintas líneas y defienden el arte utilitario; coinciden en la importancia de no demeritar su valor estético.
“Lo utilitario no demerita en nada el aporte estético o artístico. Además, la cerámica utilitaria tiene tres retos muy importantes: debe funcionar, tiene que ser cómoda para usarla y despertar el interés para que realmente alguien la quiera tener consigo”, declara Rabí.
Abel Zavala apunta que todavía hay prejuicios sobre lo arte utilitario, como si valiera menos por tener un fin específico: “Yo creo que es muy enriquecedor que puedas comer en un plato hecho por un artista; puede ser pieza única con mucho trabajo detrás de la elección de las formas, de los colores… no solo es funcional sino que además comunica otras cosas”.
En 2022, las expoventas dedicadas a la cerámica han vuelto y sus creadores convocan a estar pendientes de lo que harán en próximos meses, tanto en recintos culturales oficiales como en espacios de la iniciativa privada.