Dejar la soledad en el interior del cuarto, abandonar la habitación, salir del departamento y entregarse completo a la vorágine escandalosa de la calle. Ver a las parejas que caminan en sentido contrario atendiendo el aparato que los comunica con algún pariente o un amigo que no está cerca. La búsqueda, salir del escenario gris y triste de las cuatro paredes y recorrer por el concreto que deslumbra la mirada. El abandono, la soledad…y la búsqueda.
Salón Destino es la novela gráfica de Carlos Vélez y publicada en coedición con La Cifra Editorial y la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura.
En la obra gráfica abundan en elementos visuales (composición de los personajes, escenas delimitadas por un cuadrado o un rectángulo, de acuerdo a lo que la escena está narrando, el color para subrayar emociones, el tiempo también) que una de las reacciones de los lectores será prestarle el tiempo suficiente para gozar cada escena que Vélez propuso.
Las únicas palabras que hay en la narración se deben a la existencia de anuncios publicitarios en comercios como una carnicería, un letrero con el nombre de una calle, y un gigantesco espectacular, entre otros.
La trama de Salón Destino plantea la necesidad de búsqueda, provoca a que un hombre abandone su hastío y salga al encuentro de lo que la calle le pueda ofrecer, permitirse asomar a lo que nos negamos, como este personaje que por curiosidad ingresa al interior del número 23 de la calle Soledad para encontrarse con la alegría de la música y el furor del baile en la sala, en la clase. En ese paisaje gris destaca el color rojo en la cabellera y en la falda de una chica, también en la manzana que lleva impresa en la playera. Mucho es lo que sucede dentro de estas páginas, con los personajes en el interior de la sala de baile, en sus expresiones, movimientos corporales en escenas en las que la ilustración abarca en algunos casos dos páginas completas, el lector debe estar atento y fijar su mirada hasta en el último rincón de la gráfica. La cercanía entre dos personajes lo va cambiando todo, hasta el paisaje se transforma. Llama la atención que en algunas escenas aparece la figura de un cerdo: en alcancía, como lapicera junto a una computadora, en el cartel de la carnicería y en la atención del módulo de información dentro de la sala de baile, ¿quién es y por qué está presente?
Una novela gráfica que previo al llegar a las escenas el baile se desvanece empleando la técnica del Hirameki (palabra japonesa que significa “un rayo de inspiración”).
El encuentro hacia el color y el movimiento de la alegría en los trazos, como venas en las que fluye la vida de todos los personajes que hacen coincidir su destino en un gran salón, el Salón Destino.
josecruzodminguez@gmail.com
*Colaborador
