El ganador del Premio Grammy latino en 2017 como director de la Orquesta Sinfónica de Costa Rica, se presentará el viernes 14 de febrero como huésped con la Filarmónica de Boca del Río, en un acontecimiento en que también participará el pianista mexicano Leonardo del Castillo.
La jornada se anuncia para dar inicio a las 20 horas en la “Sala Mester” del Foro Boca, con la respectiva charla de apreciación desde las 19 horas y en la que se hará presente este eficiente maestro centroamericano. El programa a interpretarse contiene el poema sinfónico Una noche en la árida montaña de Modest Músorgski, el Primer concierto para piano y orquesta de Felix Mendelssohn y la Duodécima sinfonía de Dmitri Shostakovich. Con ello, la directiva del organismo boqueño invita al púbico a la celebración musical del Día del Amor y la Amistad.
LOS MAESTROS HUÉSPEDES
Eddie Mora es originario de Costa Rica, desde donde parte para llevar a efecto una impresionante carrera que le ha conducido hacia los más importantes centros musicales de Cuba, Venezuela, México, España, Chile, Puerto Rico y Estados Unidos.
Debido a su trabajo al frente de la Sinfónica Nacional de Costa Rica se hizo merecedor al Grammy Latino, premio al que ha sido nominado en otras tres oportunidades. También eficiente compositor, actualmente se desempeña como titular de la Orquesta Sinfónica de Heredia y ha tomado parte en importantes festivales de Puerto Rico, Rusia y Estados Unidos.
En lo que respecta a México, ha actuado al frente de las orquestas “Carlos Chávez”, de Cámara de Bellas Artes, de la Universidad de Guanajuato, de Oaxaca y Filarmónica de Boca del Río. Egresado del Conservatorio Tchaikovsky de Moscú, ha sido director invitado y artista en residencia para la Universidad de South Dakota, en Estados Unidos, y es Miembro de Número del Colegio de Compositores de Música de Arte en su país. Es también fundador del Instituto de Investigaciones en Arte en la Universidad de Costa Rica.
El pianista Leonardo del Castillo se define como uno de los talentos más destacados en el panorama veracruzano y nacional. Con estudios en la Ciudad de México y con el concertista húngaro István Nádas, discípulo de Béla Bartók, partió hacia Austria desde 1999 y permaneció en aquel país hasta 2008. Allí estudió y egresó con dos posgrados de la Universidad de Graz, que obtuvo con los máximos honores.
Del Castillo fue acreedor a la Beca Bösendorfer 2002 en Viena y ha realizado cursos de perfeccionamiento con maestros de nivel internacional como Paul Gulda, Trío Altenberg de Viena, Cuarteto Ying y Martin Lovett (chelista del Cuarteto Amadeus), entre otros. Se presenta regularmente en México, El Salvador, Ecuador, Argentina, Italia, Austria, Holanda, Croacia, España, Polonia y Bélgica. En Austria fue miembro del Trío “Meran”, de la Universidad de Graz (2003-2007). En Xalapa es catedrático para el Instituto Superior de Música y la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana.
LAS OBRAS DEL PROGRAMA
“Una noche en la árida montaña” es una de las partituras de música rusa más inquietantes y asombrosas. Fue escrita por Modest Músorgski (1839-1881) en 1867 y después de la muerte de su madre, luego de lo cual se abandonó a la bebida. Sabemos que esta obra la completó en casa de su amigo Nikolai Rimski-Korsakov, quien le ayudaba a recuperarse de los efectos de una parranda de varios días. La partitura describe la leyenda que nos habla del aquelarre que llevan a efecto brujas y espíritus malignos en vísperas del día de San Juan, en un monte pelado en las cercanías de la ciudad de Kiev. Es un discurso sonoro que nos remite a una sucesión de danzas que alcanzan su clímax hasta que la campana de un monasterio cercano anuncia el nuevo día.
La música del maestro alemán Felix Mendelssohn (1809-1847) se distingue por su fineza y sin los desbordes dramáticos de colegas como Robert Schumann. Pianista de notables alcances y habilidad interpretativa, su Primer concierto para teclado contiene un espíritu fresco y juvenil, así como gran atractivo melódico que le convierten en pieza codiciada por todo virtuoso. Mendelssohn no era precisamente un innovador, pero la estructura de esta obra fue muy sofisticada para la época, con la orquesta como elemento de introducción antes de que el solista aparezca y presente las ideas medulares. Otro detalle distintivo es el encadenamiento sin pausa entre sus tres movimientos.
El maestro soviético Dmitri Shostakovich (1906-1975) terminó su Sinfonía número 12 en medio de amargos enfrentamientos con la burocracia. Obra dedicada a la memoria de Lenin y subtitulada “Año 1917”, se estrenó en octubre de 1961 aunque de inmediato el autor fue criticado por el empleo de un materia sonoro que los políticos no tardaron en considerar una burla.
Hoy, la inequívoca importancia de esta obra es imposible de soslayar, con un primer fragmento que representa el ambiente previo a una revuelta popular; en el Adagio se citan temas de su Sinfonía 11 y de la “Marcha por las víctimas de la Revolución” del mismo autor. En el tercero se representa al buque “Aurora”, elemento bélico empleado hacia el inicio a la Revolución de 1917 y, finalmente, el cuarto fragmento apunta hacia la vida en la Unión Soviética tras el triunfo de la Revolución.
Es éste un acontecimiento cultural importante que nos permitimos recomendar ampliamente.