En 1938 el Palacio Nacional da Ajuda, en Portugal, fue convertido en museo y abierto al público, desde entonces, este sitio es visitado por centenares de turistas de todo el mundo y además, aquí se celebran las más importantes ceremonias de la presidencia de la República de Lisboa.
La artista plástica boliviana, Sonia Falcone, exhibe su más reciente trabajo en la muestra Campos de vida en las instalaciones de este magno recinto, la cual fue inaugurada con una exclusiva visita guiada encabezada por el ministro de Cultura de Portugal, Luís Filipe de Castro Mendes; José Alberto Ribeiro, director del Palacio; Paula Araújo da Silva, directora general de Patrimonio Cultural de Portugal, y por los príncipes Charles Philippe y Diana de Orlean.
La exposición que permanecerá abierta hasta diciembre de 2017, fue elogiada de modo unánime por los asistentes, ya que las obras que conforman este gran proyecto están expuestas en 29 salas del palacio, de las cuales, algunas fueron creadas especialmente para dialogar con los espacios históricos.
Los ventanales del palacio son intervenidos con fotografías de paisajes captados por Falcone mientras hacía estudios sobre los orígenes de Bolivia y las voces nativas en el mítico lago Titicaca, así como de los Nenúfares amazónicos, que sin duda, cautivarán a los visitantes. También se puede apreciar una conjunción entre las obras de salas como la de D. João IV, y los petroglifos del Alto de Mairana, Bolivia, fotografiados igualmente por ella, quien desplegó una instalación construida con flores de Soto que solamente se encuentran en la zona de la amazonia de Bolivia.
Por primera vez, la artista presentó instalaciones en realidad virtual, que incluyen un corazón real flotando en forma holográfica en medio de la alcoba del monarca “dialogando” con una pintura del rey Don Luis. “En esta obra existencialista, Dios nos creó en un cuerpo que es una máquina y algún día va a parar, muchas veces no nos damos cuenta, que nuestra vida es un soplo. En este palacio espectacular vivieron muchos soberanos y ahora no están, y eso va a pasar un día con nosotros también”, dijo la artista.
La instalación también incluyó su obra Gotas de sangre, fotos inéditas en alta calidad de Tiwanaku, la Montaña Andina Illimani, el Pantanal, obras en bronce, oro y piedras semipreciosas, monedas españolas de la colonia (macuqinas), que fue la primera moneda aceptada en todo el mundo y que dio lugar a una primera de la globalización, vitrales y pinturas en óleo como La Última cena, vista desde los cielos, como si fuera Dios quien mira a través de su omnipresencia a sus discípulos.
El príncipe Charles Philippe de Orleans comentó que para él y su esposa Diana, fue un importante descubrimiento conocer a Sonia Falcone varios años atrás, durante una de sus participaciones en la Bienal de Venecia y desde entonces es un sueño ver su obra en Portugal. “Es una persona y una artista fantástica”, declaró.
Por su parte, Adriana Herrera, co-fundadora junto con el historiador Willy Castellanos, del Colectivo Curatorial Aluna, quien tuvo a cargo la curaduría del proyecto, destacó la capacidad de la boliviana de renovar la mirada al pasado que yace en las fuentes arqueológicas, tanto como al paisaje prodigioso, las prácticas socio-culturales, y las lenguas ancestrales de toda América del Sur.