El 8 de diciembre se cumplió el 29 aniversario del asesinato de John Lennon a manos de un psicópata. Mucho ha cambiado el mundo en este tiempo, él que fue el líder y gurú de una generación, que vivió la década de cambios con una actitud revolucionaria y un talento sin límites, fue víctima de la violencia que tanto atacó.
El apotegma de amor y paz que signó a esa generación hippie, Lennon lo encarnó como nadie. Luchó por un mundo utópico narrado en su emblemática canción Imagine, tan ingenua, romántica y soñadora que parece reliquia en estos tiempos cínicos. Fue el líder de los Beatles, inteligente, transgresor, rebelde, profundamente humano, que sirvió al amor puro en su vida y canciones, adorando a su mujer asiática Yoko Onno, al desafiar el racismo acendrado, y dedicándose los últimos años de su vida a criar a su pequeño hijo Sean.
Su música, entre la mejor de todos los tiempos, ha sido interpretada por varios músicos como Peter Gabriel, Sting, Alice Cooper, ELO, Phil Collins, Durán Durán, Supertramp, Lady Gaga, Annie Lenox, Ozzy Ozbourne, David Bowie, Residents, Lou Reed, Sinead O Connor, Zappa, entre otros. Un filósofo.
Me pregunto qué pensaría de esta época. Seguramente estaría en las trincheras de la protesta haciendo su música esencial y melancólica. Un artista. Tal vez no comprendería del todo la frivolidad, lo insustancial de la cultura actual, la decadencia de la música, la ausencia de sentido de los movimientos culturales; él que cada acto que hacía lo llenaba de significado, que escribía canciones inteligentes, que sustentaba en un credo y una filosofía su trabajo. Uno de esos artistas que se dan cada siglo, transformador. Tal vez por eso y su influencia real en millones fue ultimado.
Recordemos que hay una teoría de que fue ejecutado como Kennedy, Luther King, El Che, por la CIA. No es descabellado. Chapman, su asesino, trajo el arma de Hawaii, ¿cómo pudo meterla a USA? De dónde sacaba dinero para su operación y que estuvo en Beirut años antes en plena guerra. Lennon era incómodo, no sólo por su pacifismo, sino por su crítica feroz al capitalismo, a los valores del establishment. Era un ser incómodo para el poder.
Un romántico en el amplio sentido del término, aquellos que buscan cambiar el mundo, que se enfrascan en aventuras culturales, además de marchar contra la guerra. Su música es estéticamente perfecta, creadores de obras maestras, inolvidables. Y había resurgido en la década de los 80 cuando fue ejecutado, volvió con ese magnífico Double Fantasy, que rompía con lo que se estaba haciendo en ese momento, con un dejo melancólico, y esa filosofía de outsider, individualista y contemplativa y siempre rendida al amor, por su mujer por su hijo, por las posibilidades de reinicio. La familia.
Poco se sabe de su asesino que lleva más de 30 años preso. Incluso parece que no era fan de los Beatles como se especuló, y hasta la influencia de Catcher in the rye, la novela de Salinger, dicen fue un disparador psicológico solamente, como la cinta Complot del taxista paranoico que encarna Mel Gibson. Ese libro maldito y ya leyenda. El malestar ante el neoliberalismo proyectado por la insania y la paranoia. Lennon es otro líder revolucionario eliminado misteriosamente. Su música no muere y se renueva en cada generación. Hoy pediría otra oportunidad para la paz.
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