Durante seis años, el grupo xalapeño Ce Acatl se ha dedicado a presentar danzas aztecas y mexicas en el barrio de Xallitic. También, desde 2017, Tlapewalli: mikilistli wan yolilistli (Origen: muerte-vida), una ofrenda de teatro ritual prehispánica con la que conmemora a los antepasados.
Esta ofrenda será escenificada nuevamente en Xallitic, desde mañana y hasta el sábado 3 de noviembre, con dos funciones, a las 19 y 20 horas.
Esta representación tiene como base una historia mítica de la cultura mexica, del origen de la vida y la creación del hombre del Quinto sol, explicó la actriz y directora de teatro Patricia Aguirre.
Como uno de los objetivos de la compañía es rescatar la historia oral de los pueblos indígenas de México, lo que sus 11 integrantes hacen es recordar y divulgar las tradiciones mortuorias de nuestros antepasados.
En Xallitic, el asistente tendrá oportunidad de conocer la fuente del hueso y observar a Quetzalcóatl en su viaje al Mictlanpa, el lugar de los muertos, en búsqueda de los huesos de los hombres de los soles anteriores, para formar con ellos al hombre nuevo.
“Para lograr la misión impuesta, Quetzalcóatl tendrá que pasar por nueve lugares, los mismos que tiene que atravesar una persona cuando muere. Este recorrido dura aproximadamente cuatro años, antes de llegar al descanso definitivo”.
La directora del espectáculo expresa que el primer lugar que deberá atravesar Quetzalcóatl es el río Chignahuapan, ayudado por su perro. Ahí inicia la travesía para conseguir los huesos de los hombres de las eras pasadas, que tienen Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl, el Señor y la Señora del Mictlán.
“Quetzalcóatl tendrá que pasar por frío, que corta como navajas, y por el lugar de las banderas; será flechado por cazadores y atravesará además el lugar de las fieras y los riscos filosos, ayudado por otros seres mágicos, como la lagartija, para lograr su cometido. Finalmente, su valor lo hace enfrentarse con el señor de los muertos y hacer una ofrenda de sangre, regando los huesos para crear al hombre nuevo”.
Patricia Aguirre, quien cuenta con una trayectoria en el arte escénico de tres décadas, extiende la invitación a chicos y grandes a no perderse las representaciones en un espacio natural. No habrá una cuota de recuperación específica, pero sí se apelará a la generosidad del público.
