El fotógrafo Soutaro Sato ha sido invitado por el Instituto de Artes Plásticas de la Universidad Veracruzana y el Museo de Antropología para mostrar en Xalapa una selección de 50 fotografías en gran formato, las cuales forman parte de un extenso registro de esculturas de Buda que el artista inició en la década de los 60, motivado por “la importancia y tradición que estas figuras tienen en Japón desde tiempos inmemoriales y de las que se afirma que hay poco más de un millón”.
Entrevistado en el montaje de la exposición Seki-Butsu, Buda en piedra de Japón, que será inaugurada a las 20 horas de hoy en el MAX —con una conferencia previa (18 horas) y una mesa de diálogo—, Soutaro Sato dijo estar muy emocionado de poder compartir en México su trabajo, al mismo tiempo que serán exhibidas cuatro esculturas de Buda, de creadores contemporáneos, así como cabezas olmecas.
En su opinión, “será una oportunidad única para conocer las diferencias y similitudes entre estas piezas, además de que se podrán fortalecer los vínculos entre ambas naciones”.
En el caso específico de sus fotografías, se aprecia una vista panorámica de sus pensamientos hacia la técnica escultórica de los Budas en piedra, por la conformación religiosa, por la materialidad del elemento empleado y por el análisis de su espacio y su entorno.
EL ARTE, INHERENTE AL SER HUMANO
A sus 90 años, Soutaro Sato declara estar muy contento de poder impartir la conferencia El Buda en piedra de Japón y luego iniciar una mesa de diálogo titulada La escultura Olmeca y el Buda en piedra de Japón.
Lo acompañará Ryuichi Yahagi, quien radica desde hace 23 años en Veracruz y se ha encargado de realizar actividades artísticas en Japón y Xalapa, así como el crítico de arte Motoi Masaki, curador de la exposición.
Seki-Butsu, Buda en piedra de Japón estará abierta al público hasta el 6 de junio en la galería de Exposiciones Temporales del MAX, de martes a domingo, de 9 a 17 horas, con entrada libre.
El exhorto de Soutaro Sato es visitar el espacio y procurar el arte y la cultura, “que son algo inherente al ser humano. Todos, cuando nacemos, ya tenemos algo de artistas. Algunos lo desarrollan y otros no, pero todos tenemos el arte, que está totalmente relacionado con lo sensible y lo bueno. El llamado entonces es a reencontrarse con el bien individual y el bien colectivo”.