Los festejos del Betancourt en su 48 aniversario fueron otra vez un éxito. El Sábado de Gloria, como siempre, fue el día que marca el nacimiento de un club que se ha convertido en toda una tradición en una ciudad donde el futbol es hoy una religión.
El club nacido en 1971 celebró un año más de vida con una cáscara entre tres equipos que asistieron a la cancha principal de la Unidad Deportiva Universitaria. Los marcadores fueron variados, pero no fue lo importante, de hecho, sólo un equipo logró una victoria, aunque el objetivo era reunir a la mayor cantidad de jugadores que desfilaron en el prestigioso plantel a lo largo de su historia.
Es por eso que vimos a muchos elementos de renombre que han portado con orgullo los colores azul y blanco, como Andrés Rocha, Abel Mara Díaz, Arturo Roa, Alfredo Landero, Jorge Luis Rábano Aburto, el Cocoche Alberto Gándara, los infaltables Mario y Sócrates Montero, Andrés Tisi Hernández y su hijo, además de Tanos Díaz, Pazzi y los hermanos Benito, Rodrigo, Silvino, Santiago, Miguel y Arturo Olivos Franco, e hijos y creo hasta nietos.
El convivio en el terreno de juego fue emotivo. Vimos cómo la mayoría de jugadores mantiene ese estilo que los llevó a integrar uno de los clubes con mayor garra en la ciudad.
Es lógico que la edad se ha venido acumulando en todos, pero aún poseen esa técnica que caracterizó a cada uno de ellos; fuimos testigos de la explosividad de unos y la contundencia de otros al fabricar los goles.
Pero el tiempo permitido para ocupar ese escenario deportivo terminó y dieron paso al otro festejo, al de los amigos; y ya todos sentados en una mesa de dos por dos comenzaron a recordar sus vivencias en el equipo.
Todos sinceramente tenían muchas cosas que contar, que rememorar, vivir nuevamente todos aquellos capítulos que se volvieron hoy inolvidables, desde aquel pleito campal con una porra del barrio bravo de El Dique como aquellos agarrones futboleros en el campo con los equipos que también han marcado historia en nuestro futbol local.
El final de la jornada llegó y todos se fueron a sus casas con la firme promesa de regresar el próximo año en el 49 aniversario.
Silvino Olivos, fundador-jugador, dijo que “estos festejos se hacen para mantener una tradición, la cual no hemos querido que se acabe, y buscando que se mantenga una amistad con cada uno de los jugadores que han integrado el equipo a lo largo de esos 48 años”.
Por su parte, su hermano Rodrigo comentó que “es expresar a través de nuestro barrio el amor por el deporte que más queremos, y a través de todo este tiempo tener nexos de amistad con muchas personas”.