BOCA DEL RÍO, Ver.- León zarpó de Veracruz con tres puntos y el ánimo en lo alto después de dejar a los escualos heridos en propia casa. La Fiera mostró más colmillo y le propinó una goleada de escándalo a unos jarochos que no ven lo duro sino lo tupido; 0-4 final.
Un doblete de Luis Montes lo puso como la figura. En el festival esmeralda lo acompañaron Boselli y González, quienes ampliaron el marcador.
Veracruz apenas respira. No se encuentra cómodo y está en lo más bajo de la tabla. León revivió con el nuevo domador en el banquillo.
EL JUEGO
El cambio de domador le sentó bien a la Fiera y salió a buscar la portería jarocha desde el silbatazo. El primer rugido llegó por medio de su capitán. Mauro Boselli aprovechó un centro de Meneses y con la cabeza venció a Gallese.
León mordió al Tiburón y lo dejó sin oportunidad de respuesta. Los de Olmos resintieron el zarpazo de los del Bajío y no pudieron encontrar el balón. Montes comandó el medio campo y no soltó el esférico de sus botines.
Veracruz estaba en estado de shock con la pronta anotación del Matador.
Con un tiro de media distancia de Hibert Ruiz los escualos mostraron señales de vida. Para su mala suerte, la redonda no causó que Cota se inquietara. El central mandó a todos a descansar.
En el complemento, los jarochos mostraron un poco de colmillo. Olmos modificó y casi empatan. Luna disparó de media distancia, aunque Cota lució seguro. El Polaco intentó de cabeza y otra vez fue el arquero leonés quien mostró sus reflejos y evitó la caída de su marco.
Después, conforme avanzó la noche, el juego se le fue a los de casa. Un balonazo llegó a los pies de Boselli, quien habilitó a Montes y simplemente definió ante la salida de Gallese. ¡Segundo rugido!
Ambriz le dio descanso a Meneses y al mismo Mauro, quien se lució con gol y asistencia. González tomó el lugar del capitán y de inmediato se fue a la carga. El tercer rugido llegó gracias al paraguayo. En una lucha de fuerza, le ganó la posición a la Palmera Rivas y con potencia disparó cruzado para enfriar el juego.
Los escualos quedaron tendidos en el terreno de juego. No pasaban medio campo y Ambriz sólo ordenó a los suyos ir de izquierda a derecha para agotar el tiempo.
En la agonía del juego, Navarro entró al área y la Palmera lo derribó. El central marcó penal. Montes tomó el esférico y clavó de manera definitiva el colmillo en el cuarto rugido de la Fiera. ¡La goleada se consumó!
