Xico, Ver.– La emoción y la adrenalina retumbaron en este Pueblo Mágico durante la tradicional Xiqueñada o capea que hizo poner de pie a una multitud emocionada cada vez que los toros hacían correr a todos aquellos que se atrevieron a desafiarlos.
A las 12:01 horas, el estallido de un cohetón anunció el inició del evento, que ya era esperado con más de dos horas de anticipación por hombres y mujeres, incluso niños y niñas, en la zona de gradas y burladeros de la calle Hidalgo.
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¿Cuántos toros son utilizados en la capea de Xico?
El primero de los 18 toros utilizados para la capea salió furioso al ruedo, al grado de que hizo correr por varios metros e incluso saltar el área de protecciones a casi todos los que estaban a su paso.
En un descuido, uno de los toros alcanzó a uno de los jóvenes, que logró saltar a la zona de burladeros para ponerse a salvo, aunque con algunos golpes, un rozón en el costado izquierdo y su pantalón y camisa desgarrados. Al paso de unos instantes, volvió al ruedo.
Otro más, cerca del Ayuntamiento, fue embestido por otro toro, sin que resultara herido. En total, según paramédicos, hubo al menos tres golpeados y ningún herido de gravedad.
"Torero, torero, torero", gritaban una y otra vez los espectadores, quienes además silbaban y aplaudían ante las maniobras que realizaban aquellos valientes que entraron decididos a enfrentarlos.
"Ole, ole, ole" se escuchaba una y otra vez en la zona centro de este Pueblo Mágico, en donde la adrenalina podía verse y sentirse ante el espectáculo que se llevó a cabo en el marco de las festividades en honor a Santa María Magdalena.
En algunos de los toros era visible el estrés y hasta la furia; unos bufaban y otros babeaban mientras enfocaban su mirada ante quienes se paraba ante ellos para retarlos.
"Ahí viene el toro", gritaban los asistentes para advertir a los improvisados toreros y con ello evitar alguna embestida.
El cansancio llegó en cuestión de minutos, tanto para los desafiantes como para los toros. De momento se detenían para tomar un respiro, recuperar el aliento y luego seguir con la corretiza.
Cada vez que algún toro estaba cerca de embestir a alguien, el público se ponía de pie y llevaba sus manos a la cabeza. "Casi lo agarra, caso le da una arrastrada", "se salvó por un pelo" y "por poquito y no lo cuenta", se escuchaba entre el público.
Gorras, pañuelos, playeras, camisas y sombreros, además de brincos y fueron utilizados por los participantes para llamar la atención del toro.
La capea o Xiqueñada es uno de los eventos más representativos de las fiestas en honor a María Magdalena, la santa patrona de este pintoresco lugar cercano a Xalapa.
Integrantes del comité organizador y de protección al toro se mantuvieron pendientes para asegurarse de que ninguno de los 18 toros fuera lastimado durante la Xiqueñada que terminó minutos después de las 14 horas.
