Alma Rosa Quiroz Méndez
Aunque México ha avanzado en ampliar la inclusión financiera, aún hay mucho por hacer y en particular en el ámbito rural. De acuerdo con cifras del Reporte Nacional de Inclusión Financiera 2017 sólo 6% de los municipios rurales cuenta con acceso a una sucursal (mientras que a nivel nacional es el 50%.
En las zonas rurales existe una alta correlación entre el tamaño de la localidad, el nivel de marginación y la oferta y uso de los servicios financieros; ya que las restricciones al uso de los servicios financieros varían conforme al tamaño de localidades, siendo más agudas en el caso de las zonas rurales del país.
Además, del total de las sucursales ubicadas en estos municipios 76% son de Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAP).
De acuerdo con el estudio “Inclusión financiera de pequeños productores rurales” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL, 2016), la Inclusión financiera tiene el potencial de facilitar el logro de mayores niveles de bienestar económico y social por parte de los hogares, así como de un mayor nivel de productividad y crecimiento por parte de las empresas.
RECURSOS
Asimismo, agrega que a nivel regional y nacional, mediante una mejor asignación de recursos, la inclusión financiera promueve la movilización de recursos para la innovación, la diversificación de actividades productivas y la generación de empleos, lo que contribuye a un mayor crecimiento y una mejor distribución del ingreso.
Lo anterior a través de la posibilidad de realizar y recibir pagos, así como de acumular activos de manera segura, de apalancar los activos disponibles para invertir en educación, salud y capital, y de mitigar los riesgos.
Señala que en el país, la inclusión financiera se define como el acceso y uso de servicios financieros formales bajo una regulación apropiada que garantice esquemas de protección al consumidor y promueva la educación financiera para mejorar las capacidades financieras de todos los segmentos de la población.
Los datos del Reporte Nacional de Inclusión Financiera publicado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores muestra que, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, si bien se han tenido avances importantes en esta materia —destacando que de 2012 a 2015 creció el número de adultos que reportó tener una cuenta en una institución financiera formal, aumentando de 35.5% de la población adulta en 2012 a 44.1% en 2015— aún persisten retos significativos, por ejemplo, 32% de la población adulta no usa ningún servicio financiero.
Por el lado de la oferta, indica que en el periodo 2010 a 2015, se registró un crecimiento promedio anual del 11% si se suman los cuatro principales canales de acceso (sucursales, corresponsales, terminales de punto venta y cajeros automáticos).
ACCESO
El 74% de los municipios del país cuenta con algún punto de acceso y 98% de la población tienen la posibilidad de acceso a uno de estos puntos.