Alma Rosa Quiroz Méndez
El mercado laboral agudizará sus problemas en los próximos años debido al proceso de envejecimiento de la población, revela el estudio Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo 2018 elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Expone que el aumento de la esperanza de vida y la caída de las tasas de natalidad han desacelerado considerablemente el crecimiento de la población mundial; se prevé que esta trayectoria continúe en los próximos decenios.
Una consecuencia inmediata de esta desaceleración, explica, es que el crecimiento de la fuerza de trabajo mundial no alcanzará para compensar una reserva de jubilados en rápido aumento, y someterá a presión tanto a los sistemas de pensiones como al mercado de trabajo en su conjunto.
En los países desarrollados, donde el envejecimiento de la población es considerablemente más veloz, se estima que para 2030 habrá cerca de cinco personas de 65 años o más por cada 10 personas en la fuerza de trabajo, un aumento con respecto a las 3.5 de 2017.
Agregan los especialistas que mientras tanto, el envejecimiento de la población inevitablemente provocará un aumento de la edad promedio de quienes integran la población activa, y pondrá en jaque la capacidad de los trabajadores para mantenerse al ritmo de las innovaciones y los cambios estructurales en el mercado de trabajo.
A nivel mundial, se prevé que la edad promedio de la fuerza de trabajo aumente desde casi 40 años en 2017 hasta 41 en 2030, con un crecimiento considerablemente más rápido en Europa y Asia Oriental, en particular en China.
Tomadas en conjunto, estas tendencias plantean varias cuestiones, en particular: mantener fuera de la pobreza a la población jubilada, promover resultados en materia de trabajo decente para una fuerza de trabajo en creciente envejecimiento y ayudar a los trabajadores de edad a adaptarse a la transformación del mundo del trabajo.
Subraya que la pobreza en la vejez está intrínsecamente ligada a las desigualdades existentes en el mercado de trabajo, pues los trabajadores con ingresos y condiciones de trabajo inferiores tienen menos acceso a los sistemas de ahorro para la jubilación y menos capacidad de contribuir a ellos.
Por lo tanto, asegurar suficientes oportunidades en el mercado de trabajo para todos al tiempo que se mejoran los resultados del mercado de trabajo representa la piedra angular del objetivo de mitigar la pobreza en la vejez. En tal sentido, es fundamental
Asimismo, se necesitan intervenciones específicas que animen la participación de los trabajadores de edad en los programas de formación y actualización de competencias, para ayudar a reducir el riesgo de desvinculación del mercado laboral y jubilación anticipada, algo que ejercería más presión sobre los sistemas de pensiones.