El país, como el resto de las naciones de AL, atraviesa un debilitamiento del desempeño económico en los últimos años que ha tenido un impacto en los niveles de vida: OCDE
Países como México deben fomentar el uso de nuevas tecnologías y la innovación en el sector público para ayudar a reconectar el estado con los ciudadanos y a prepararse a los desafíos futuros.
El estudio Perspectivas Económicas de América Latina 2018 “Repensando las Instituciones para el Desarrollo” de la OCDE plantea que los gobiernos deben involucrarse más con la sociedad civil a través de nuevas plataformas tecnológicas, promover las políticas de gobierno abierto y utilizar de manera más extensa los análisis de big data en el diseño de políticas públicas.
Precisa que es necesario recuperar la confianza de los ciudadanos en las instituciones públicas para retomar una senda de crecimiento inclusivo y de mayor bienestar para todos en América Latina y el Caribe.
El estudio agrega que tres de cada cuatro ciudadanos de América Latina tienen poca o ninguna confianza en sus gobiernos. Y alrededor de 80% cree que la corrupción está extendida en las instituciones públicas. Esas cifras se han deteriorado desde niveles de 55% y 67% en 2010, respectivamente. La OCDE remarca que la desconfianza ciudadana crece y está llevando a una desconexión entre sociedad e instituciones públicas, poniendo así en riesgo la cohesión social y debilitando el contrato social.
Subraya que el informe es producido de manera conjunta por el Centro de Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de las Naciones Unidas (CEPAL), y CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, en colaboración con la Comisión Europea.
Los datos indican que tras cinco años de ralentización económica y una recesión de dos años en 2015-2016, la región está en una senda de recuperación suave. Según las estimaciones del informe, se proyecta que el Producto Interno Bruto (PIB) de la región crezca entre 2 y 2.5% en 2018, después de haber crecido en 1.3% en 2017. Estas proyecciones encierran una alta heterogeneidad en la región, con países en Centroamérica que destacan frente a los ritmos de crecimiento de México, América del Sur y el Caribe.
