Xalapa, Ver.- Sin estudiantes universitarios, con burócratas trabajando en jornadas reducidas y en medio de una crisis económica importante, la vida nocturna de Xalapa no ha podido recuperarse.
Aunque desde principios de mayo el Cabildo xalapeño avaló extender el horario para la venta de bebidas alcohólicas, aminorando así las restricciones por la pandemia de Covid-19; esta modificación duró menos de un mes ya que con el cambio a semáforo Naranja en Xalapa bares y centros nocturnos nuevamente se verán afectados.
A 14 meses de la contingencia sanitaria por Covid-19, no solo la economía de los empresarios y dueños de estos negocios se ha visto mermada sino también la de cientos de meseros que han dejado de percibir propinas que cada fin de semana recibían y que en muchos casos representaban hasta el 70 por ciento de sus ingresos.
Sin jóvenes, el callejón no repunta
Son las siete de la noche y en el callejón González Aparicio solo hay meseros y trabajadores. En un día normal, a esta hora, el céntrico callejón comenzaría a llenarse de jóvenes y adultos que buscan bebidas, botanas y música. Sin embargo, actualmente solo 6 de los 12 negocios se encuentran abiertos y en espera de clientes. Del resto, dos ya cerraron de manera definitiva y de los cuatro restantes no se sabe si lo harán.
Con promociones y descuentos, los restaurantes-bar intentan jalar gente, la idea es poder hacer frente a los gastos que implica tener un negocio abierto en medio de la pandemia.
Afuera de uno de estos negocios, el restaurante Rahi, Abraham Rahimian espera paciente a la clientela. Reconoce que el sector ha sido uno de los más golpeados por las restricciones en torno al Covid-19 y que, a más de un año del inicio de la contingencia la vida nocturna de Xalapa no se ha podido recuperar.
Nos sigue costando trabajo porque, aunque ya se está viendo un poco más de gente, seguimos operando en horarios reducidosAbraham Rahimian
Expuso que, en el caso de los bares y negocios del centro de Xalapa, los estudiantes universitarios representaban el grueso de los consumidores por lo que, al no haber regreso presencial a las clases son pocos los jóvenes que salen en las noches a divertirse.
Actualmente, el flujo mayor lo representan burócratas y trabajadores de negocios céntricos quienes acuden a cenar y divertirse unas horas antes de regresar a casa. “Ahorita la gente que llega son personas xalapeñas que vienen a consumir al Callejón, sobre todo trabajadores que salen de su jornada y viene a cenar y a echarse una chela antes de ir a su casa”.
Para Rahimian, la solución para que el negocio avance ha sido abrir desde la mañana e implementar el servicio de desayunos, también se tuvo que realizar rotación de personal y se han buscado promociones para poder atraer más clientes. “Metimos desayunos y comidas cuando antes sólo vendíamos snacks, copeo y chelas (…) estamos trabajando con UberEats y Didi Food para los envíos y en promociones con comida pero aún así estamos padeciendo”, sentenció.
Cantinas y bares de un mismo precio, las más concurridas
En otra zona de Xalapa, un mesero toma la temperatura y aplica gel antibacterial en las manos de un grupo de cuatro jóvenes que llega a la cervecería. Los hace pisar un tapete sanitizante y los conduce a una mesa. Aunque todos portan cubrebocas una vez que llegan a la mesa se lo quitan y piden bebidas.
Es día de futbol así que eligen una mesa cercana a la pantalla de televisión, poco a poco el lugar se comienza a llenar y guardar la distancia de 1.5 metros entre los clientes sumamente difícil. La mayoría de ellos llegan ahí atraídos por las promociones y los precios, aunque también por el hecho de que este sitio -al igual que muchos de la misma cadena o similares- tienen espacios ventilados y al aire libre.
“Nosotros tenemos todas las medidas de protección que marcan las autoridades. Hay un filtro y para el ingreso se les pide que porten su cubrebocas y que mantengan la distancia entre las mesas” asegura un mesero de este establecimiento. “Aunque una vez adentro es imposible que sigan con el puesto porque están comiendo y bebiendo”, reconoce.
A las pocas horas el lugar luce casi lleno. Y es que, para algunas cervecerías y cantinas de Xalapa el panorama ha sido un poco más favorecedor. Aún con las restricciones de horario estos espacios han tenido una mayor afluencia, sobre todo los fines de semana y los días en los que se llevan a cabo eventos deportivos.
“Si ha bajado muchísimo a comparación con los meses antes de la pandemia y aún hay mucha gente que no se atreve a regresar a espacios públicos o incluso estudiantes que no han regresado a Xalapa porque las clases siguen siendo en línea, pero ya parece que va repuntando”, reconoce.
El mesero asegura que la recuperación se ha dado a base de promociones, del esquema de los precios, pero, sobre todo de la confianza que poco a poco tiene la gente para ir recuperando los espacios públicos que dejaron de visitarse tras el arranque del Covid-19. Dio a conocer que son los jóvenes los que más acuden y que, aunque les ha costado un poco de trabajo aceptar las restricciones de horario, se han tenido que adaptar a terminar la fiesta más temprano “o a irla a seguir a lugares particulares”. “Son menos horas pero pues se tienen que acatar las normas”, concluyó.
Meseros sufren, menos clientes y menos propinas
“Si nos ha afectado mucho la pandemia por la poca clientela, pero la gente sigue siendo generosa por la atención que recibe y es por eso que nos esmeramos en atenderlos bien para que se sientan a gusto y regresen”, asegura José Manuel Guevara, mesero del Bar México.
Sin embargo, reconoce que, aunque poco a poco la gente ha comenzado a acudir a los bares, los ingresos que obtiene por concepto de propinas siguen siendo muy bajos porque incluso, hay gente a quienes la situación económica no le permite dejar un extra a la cuenta. “Hay quienes no te dan (propina) pero se disculpan y te explican que están pasándola mal por falta de trabajo y uno los entiende porque estamos en el mismo círculo, la situación ha sido difícil”.
José Manuel reconoce que debido al Covid-19, el dinero que llevaba a casa para los gastos disminuyó de manera dramática. Apunta que mientras un buen fin de semana llegaba a juntar hasta 300 pesos al día por concepto de propinas, actualmente hay días en los que apenas junta 50 o 60 pesos. “Afortunadamente me agarró la pandemia sin deudas y así administrando bien el dinero la hemos llevado más con calma”, concluyó.
