Durante el primer semestre de este año los xalapeños han visto cómo su poder adquisitivo ha disminuido, debido a la carestía de los productos de primera necesidad.
De acuerdo con información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en todo el país el Índice de Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP) durante el segundo trimestre de 2017 tuvo un aumento de 3% respecto al trimestre previo. La causa es el incremento a los precios de la canasta alimentaria con relación a los años de 2014 a 2016.
El estado de Veracruz no escapa a las cifras anteriores, ya que la evolución del ITLP también mostró un incremento, por lo que en la ciudad de Xalapa esto se ha visto directamente plasmado en los bolsillos de la población.
La canasta alimentaria está conformada por tortillas, pan, leche, huevos, carnes, cereales y leguminosas, frutas y verduras, entre otros, y su costo se calcula en alrededor de 700 pesos semanales; no obstante muchas familias se han visto privadas de comprar ciertos productos que son de necesidad básica.
Cabe señalar que quienes realizan las compras de la despensa suelen ser amas de casa, quienes tienen la encomienda de hacer rendir el gasto para poder brindarle el alimento diario a su familia.
“Vamos estirando el dinero. Cada vez que va uno al mercado tiene que preguntar cuánto cuesta cada cosa porque cada mes sube todo, sobre todo lo básico, desde frijol, arroz y azúcar. Hace unos días estaba a 40 pesos el tomate, por eso ya no se puede comprar un kilo, sólo dos o tres piezas”, expresó María Cabrera, madre de familia.
Señaló que para hacer sus compras lo tiene que hacer cada día conforme vaya necesitando los productos para cocinar, pues en ocasiones prefiere recalentar los guisos que cocinó en el día anterior.
“Si vamos a comer tres o cuatro de mi familia compro lo necesario, pero si no están porque andan en la escuela o trabajo y sólo voy a comer yo sola, mejor como de lo del día anterior”, indicó.
Otro de los casos es el de Guadalupe Vázquez Juárez, quien comentó que realiza la compra de su despensa cada semana, en la que invierte 500 pesos aproximadamente y la cual tiene que ser distribuida para sus cuatro hijos pequeños.
“En los últimos meses al comprar se lleva uno menos productos y gasta uno más. El aceite, el arroz y el huevo han subido de precio”.
Agregó que para que le pueda rendir busca los precios más económicos y si encuentra algún descuento compra varias piezas de un producto, ya que sabe que constantemente incrementan su precio.
“Voy tratando de guardar un poco de dinero, por ejemplo, la semana pasada me llevé cuatro aceites que me van a durar un mes. Y ya así me ahorro y compro otras cosas que me hacen falta como frijol o sopas”, señaló.
Detalló que es madre soltera, trabaja como empleada doméstica y el sueldo apenas le rinde con el alza en el precio de la canasta básica.
“El sueldo sigue igual y los productos siempre suben, en el salario a veces nos aumentan dos pesos, pero cada producto sube. Tan sólo el frijol estaba en 20 pesos y ahora está en 32 pesos, entonces ya los dos pesos extras para qué sirven”, manifestó.
María de la Luz Portilla Alonso es otra madre de familia que coincide en que muchos productos de la canasta básica han incrementado su precio.
Detalló que depende económicamente de su esposo, quien se dedica a la siembra de campo de maíz y pipián, con un salario de 150 pesos al día, pero no siempre es posible que trabaje una semana completa debido a la escasez de empleo.
Además tiene dos hijos y uno que viene en camino, por lo que tiene que implementar estrategias para poder hacer rendir esos ingresos entre su familia.
“No hago propiamente una despensa como debe ser porque no alcanza, así que voy comprando lo más necesario, como frijol, arroz, sopas, aceite. Los precios suben, pero los salarios siguen igual”, expuso.
María Amada Castillo Hernández sólo tiene un hijo, sin embargo, al depender también de su esposo se las ve duras, pues se dedica al campo y de igual forma no todos lo días obtienen ingresos.
Por lo que tiene que comprar los productos más económicos para cocinar caldos, arroz y frijoles, principalmente.
“Cada mes hago mi despensa, pero no siempre me llevo todo lo que necesito porque por un decir el mes pasado vine y estaba más barato el café, pan, leche y productos de lavandería. No tenemos más remedio que unos días comer bien y otro no tan bien, no queda de otra”, señaló.
Otra madre de familia, Paula Hernández Zamora, compartió que procura realizar su despensa cada semana en la que invierte 700 pesos, la cual es para sus cinco hijos y su esposo, quien es el sostén del hogar.
Agregó que su esposo se dedica a la albañilería y si bien gana mil 500 pesos a la semana, no siempre tiene trabajo, pues el oficio depende de las obras en construcción que tenga programadas.
“El aceite, el frijol y el azúcar están más caros cada vez. Hay que hacer lo posible porque no hay un producto que podamos dejar de comprar, es lo indispensable para poder cocinar”, indicó.
