La ausencia de lluvias máximas hacen que el fenómeno de la canícula sea incierto en esta temporada, dice José Llanos Arias, subcoordinador de Fenómenos Atmosféricos de la Secretaría de Protección Civil.
Para que haya canícula, precisa, es necesario que se registren dos picos máximos de lluvia, el primero entre junio y la primer quincena de julio y el segundo entre la primera quincena de agosto y septiembre.
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Además, entre esos dos periodos debería haber una disminución notable de lluvias con el aumento de la temperatura, fenómeno al que se conoce como Canícula.
Sin embargo, a la fecha no se puede predecir sí la canícula estará presente en este año, pues hay un déficit de lluvias, al grado de que no han alcanzado su nivel máximo.
Aunque hay quienes señalan que actualmente se encuentra activa la canícula, precisa que posiblemente la falta de conocimiento sobre el comportamiento de ese fenómeno hace suponer que tiene un periodo fijo cada año.
"Se han dado casos en los que la canícula no se ha presentado, además de que no se puede realizar un pronóstico de largo plazo con mucha precisión, aunque estadísticamente se sabe que suele ser entre julio y agosto", cita.
Incluso, en caso de presentarse, en la entidad podría no manifestarse en sus tres regiones, pues generalmente ocurre en las del centro y norte del estado.
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El especialista también detalla que el periodo de la canícula no es exactamente de 40 días, tal como se cree, pues depende del comportamiento de las lluvias.
Aunque también se relaciona la canícula con temperaturas más altas, la realidad es otra, pues los calores más elevados suelen darse entre abril y mayo, principalmente en el norte de la entidad, puntualiza.