El cerro de Macuiltépec es una joya natural que destaca en la cima de Xalapa. Su belleza sin igual cautiva fácilmente a sus visitantes y ha sido captada en postales, que incluso destacan el urbanismo que hay en sus alrededores. También se sabe que fue utilizado por militares durante la insurgencia y la intervención francesa de 1838.
Su territorio guarda vestigios arqueológicos que posiblemente datan de año 450 A. C., que son considerados como el asentamiento más antiguo de Xalapa, aunque no se han realizado investigaciones detalladas, de acuerdo con Sergio Aguilar, director del patronato del parque.
Cerca del cerro, en las instalaciones de la Secretaría de Salud, hay un vivero de plantas medicinales que puede contemplarse desde los andadores del parque. El patronato ha hecho trámites y gestiones con Sesver para que pueda habilitarse una puerta que permita a los pasantes admirarlo.
El cerro de Macuiltépec es un área natural protegida repleta de flora, fauna, anécdotas, historias y leyendas, que atraen fácilmente a los turistas.
De acuerdo con su historia, el cerro es un volcán extinto que hizo erupción hace más de 30 mil años y cuenta con una altitud de mil 586 metros sobre el nivel del mar. Su nombre proviene del náhuatl y significa Cinco Cerros, pues en la antigüedad se podían percibir cinco cúspides en los alrededores de Xalapa y en la actualidad sólo dos.
Punto estratégico de grandes batallas
La historia también sostiene que durante 1817 se construyó en la cúspide del cerro un fuerte que se utilizó para almacenar riquezas y provisiones de los soldados que estaban bajo las órdenes de Guadalupe Victoria.
El cerro también figuró como punto estratégico de defensa o de ataque durante la intervención francesa de 1838–1839, de acuerdo con el cronista de la ciudad, Vicente Espino–Jara.
Su ubicación geográfica lo convirtió en un punto de defensa natural para la acción militar, pues desde la parte más alta se podía ver con mucha claridad todo lo que ocurría en el pequeño espacio urbano que era Xalapa, manifestó.
Hábitat de importantes especies
En la parte más alta hay un Museo Comunitario de la Fauna de Veracruz, que da detalles de los hábitats de la entidad, anfibios, reptiles, aves y mamíferos, además del módulo del bosque de niebla en el que se encuentra una colorida colección de mariposas. En ese lugar los visitantes pueden convivir con águilas, gavilanes y búhos, entre otras especies similares, para conocer más sobre ellas y el papel que juegan en la naturaleza.
El Museo de la Fauna destaca además como un modelo gestor del cuidado de la flora y la fauna de la región y de puntos distantes.
El cerro también presume una pirámide mausoleo donde se encuentran los restos de los líderes agraristas y destacados veracruzanos. A un costado sobresale un enorme reloj que da la hora exacta por medio de sombras.
El cráter invita a dar una caminata para disfrutar de los sonidos de la naturaleza y olvidarse del estrés citadino.
El cerro además es visitado diariamente por familias que disfrutan de un agradable paseo y por deportistas, que utilizan los andadores de adoquín como pistas para trotar y mantenerse en forma.
