Veracruz, Ver.- Llegar a la ciudad de Veracruz no solo es disfrutar sus playas y disfrutar su vasta gastronomía en productos del mar, obliga a cualquier visitante a recorrer el paseo del malecón de Veracruz, un espacio que deja ver la imponente bahía veracruzana en un entorno tradicional y jarocho.
El inicio del recorrido inicia en el mercado de artesanías, en donde se ofrecen diversas piezas elaboradas con conchas de mar, así como productos regionales que van desde textiles hasta vainilla y café de municipios cercanos. Por ahora cerrados, pero los cuales sean reabiertos en breve.
La vista al mar ofrece un intenso movimiento portuario, grandes embarcaciones que realizan cargas y descargas de mercancías, algo que se puede ver en pocas ciudades del país y que llama la atención de los turistas, relató Guillermo Macías Lagunes, secretario general de la Asamblea Permanente de Asociaciones Civiles con la comisión de Cultura y Turismo.
En el trayecto niños y jóvenes ofrecen arrojarse al mar si uno les tira una moneda, es un espectáculo verlos clavándose en las aguas después de unos segundos de que la moneda ha caído, saliendo siempre con su recompensa en la mano.
Los aviones de unicel suspendidos en el aire y las nieves son algunos de los productos típicos que no se pueden dejar pasar, así como el tradicional café lechero que se sirve chocando la cuchara en el vaso para hacer un tintinar que llame al mesero para servirlo.
Al alcanzar la explanada del malecón se levantan las estatuas del teniente José Azueta, el comodoro Manuel Azueta y el cadete Virgilio Uribe, que de acuerdo con el guía de turistas Guillermo Macías, es una muestra del heroísmo del pueblo veracruzano, ya que se trata de los personajes que encabezaron la defensa del puerto de Veracruz en la invasión norteamericana de abril en el año de 1914.
En ese punto antes se llevaban a cabo grandes eventos que son representativos del folclor veracruzano, como son conciertos masivos y ceremonias relacionadas con el Carnaval de Veracruz. A un costado de esa plaza, se ubica un edificio contemporáneo que se considera como una de las primeras piezas de la arquitectura y paisajismo más representativas del país, es la Torre de Pemex, construida en la década de los años 1960 como sede del Banco de México y rodeada de diversas esculturas de aquella época, añade Macías Lagunes.
El recorrido no termina ahí, de frente al malecón de Veracruz un viejo castillo se levanta imponente a la distancia. Se trata de la antigua fortaleza de San Juan de Ulúa, una alternativa atractiva para los viajantes. La construcción del recinto data del año 1535 y casi después de 500 años sigue abierto al publico recibiendo visitas de turistas provenientes de diversos estados de la República e incluso del extranjero. San Juan de Ulúa fue el emblema del poder de España sobre el México colonial por 300 años, sede en dos ocasiones de la presidencia de la República, con Benito Juárez y Venustiano Carranza.
Para llegar a San Juan de Ulúa puede tomarse un taxi o conducir desde el malecón de Veracruz sobre el puente Morelos, hacia bulevar Fidel Velázquez, hasta la zona conocida como La Pinera, en donde habrá señalamiento que indique la ruta.
Sin embargo, verlo a la distancia desde el malecón de Veracruz permite apreciar su imponente valor histórico.
