Xalapa, Ver.- En el marco del inicio de la cuaresma, la iglesia católica de Xalapa hizo un llamado a quienes delinquen y cometen actos ilegales a retornar al camino de la comunión con Dios y con los demás.
Roberto Reyes Anaya, párroco de la Catedral de Xalapa aseguró que muchos de quienes hacen el mal también “dicen creer en Jesús” por lo que les hizo un llamado a mejorar sus vidas y a aprovechar este periodo de cuaresma para convertirse.
Es un tiempo propicio en el que se nos llaman a la conversión, al cambio y a mejorar nuestra vida delante de Dios (…) porque si cometemos un mal o un ilícito no solo afectamos a una persona sino también afectamos nuestra relación con Dios, con nosotros mismos y hacia nuestros hermanos
Reyes Anaya pidió también a los católicos “ayunar de los celulares” sobre todo mientras se está en la mesa comiendo o conviviendo con la familia y seres queridos ya que aunque en ocasiones sirven para acercar a las personas en la distancia si no se saben usar pueden perjudicar las relaciones interpersonales. “Dejamos de convivir, de dialogar por eso digo que podría ser un ayuno de alejarnos de los celulares”, reiteró.
Entrevistado tras la primera de las celebraciones de imposición de ceniza, el religioso recordó que dio inicio la cuaresma, periodo litúrgico de 40 días en los que los católicos se preparan para la celebración de la Pascua.
Destacó que durante estos días, la iglesia pide a los fieles que, además de la promesa de arrepentimiento se realicen actos de ayuno y abstinencia de productos como las carnes rojas. Sin embargo, recordó que el verdadero sentido de la privación de alimentos en esta temporada debe reflejarse en ayudar a los demás por lo que pidió que en lugar de preferir productos más costosos como los pescados se busque comer verduras y se pueda ayudar a quienes más lo necesite con el dinero que se ahorren.
En Xalapa, fueron cientos los que acudieron desde temprana hora, a la Catedral Metropolitana a participar de las ceremonias que se llevaron a cabo durante cada hora a partir de las 8 de la mañana y hasta las 8 de la noche. Sin embargo, el mal tiempo que prevaleció en la capital veracruzana durante todo el día provocó que la afluencia de católicos fuera menor que en otros años.