Xalapa, Ver.- El proceso de reducción que ha enfrentado la muerte en los últimos años ha acabado con tradiciones literarias como las de los epitafios o textos inscritos en una lápida o placa sobre su tumba para honrar a los difuntos y eran escritos por ellos mismos o sus familias lamentó Vicente Espino Jara, cronista de la Ciudad de Xalapa.
Expuso que en antaño, en Xalapa se tenía un concepto de la muerte con un profundo sentido filosófico y analítico, de ahí que surgieran una serie de textos que aún se conservan en algunas tumbas en los que se recuerda al personaje fallecido y se le honra pese al dolor que dejó su partida.
“Es esta visión filosófica de la muerte la que llevaba a escribir los textos. Era entregar el ser amado a un ser superior y dar buenas cuentas esperando que ahí repose en paz. Lamentablemente se ha perdido mucho esta tradición literaria que teníamos en el siglo XIX”, señaló.
Entrevistado en la víspera del Día de Muertos, el cronista de Xalapa precisó que de manera general, en nuestros días el proceso de la muerte se ha visto reducido e incluso, despojado de su sentido de individualidad para tornarse colectivo.
Dijo que las nuevas formas de disposición de los cadáveres sumadas a la falta de espacio en los panteones han provocado que la reducción de la vida cotidiana se refleje también a la hora de morir. “En las sociedades contemporáneas se ha enfrentado esa reducción en la vida diaria, desde los espacios habitables hasta el lugar en el que vamos a descansar ya muertos”, dijo.
Espino Jara indicó que incluso, los cementerios como lugares para la convivencia con los muertos se han abandonado “poco a poco”, no así la colocación de ofrendas y altares para recordarlos en casa. “Los cementerios antes lucían impecables, muy bien ordenados y arreglados pero hoy en día, con las nuevas modalidades en torno a la muerte y a los restos en el que se incineran los cuerpos o se depositan fuera de los cementerio se ha creado otro esquema en el que nos vamos relacionando con ella”, dijo.
EN PANTEÓN 5 DE FEBRERO AÚN PERMANECEN EPITAFIOS
Nada puede salir del universo. Lo que parece que se queda de va y lo que parece que se muere vive
Señala un texto sobre la tumba en la que descansan. desde 1941, los restos de Antonio Trugillo Rodríguez. A pesar de los años que han pasado, las palabras que le dedicaron a Trugillo hace más de 70 años se mantienen.
Como ese, decenas de textos cariñosos se pueden leer en las tumbas del Antiguo Cementerio Municipal ubicado sobre la calle 5 de Febrero.
“Has pagado el tributo no has muerto. Tu recuerdo perdura”, se lee en otra tumba en la que los años y el abandono ha borrado parte del texto.
En medio del dolor de su temprana muerte, familiares despidieron a un ser querido con el siguiente texto: “Tan joven ay sus ojos se nublaron. Su bendita misión cumplió en el suelo. Dijo adiós a los seres que le amaron y fue a perderse en el inmenso cielo”. Aunque en las criptas del cementerio antiguo se ha extendido el moho y la humedad ha dañado las inscripciones aún se pueden observar estos textos. “No el llanto de los hijos es bastante para honrar de un buen padre la memoria”, dice otro.
Ejemplo de la calidad literaria que tenían los epitafios, en una de las criptas se puede leer: “De los que ya no existen en el gremio. Cubre sus restos esta humilde losa y en alma pura, cándida y virtuosa volose al cielo a recoger su premio”.