/ jueves 16 de julio de 2020

Enfermos que no tienen Covid se sienten relegados

Algunos han decidido comprar sus medicinas para no ir al IMSS o ISSSTE

Debido la contingencia sanitaria por el Covid-19 muchas personas de esta ciudad que padecen algunas enfermedades se han visto en la necesidad de mantenerse en casa y asistir a los distintos centros de salud correspondientes sólo para recibir sus medicamentos.

Uno de estos casos es el del pequeño Jordan Vadhir, de 9 años de edad, quien padece leucemia mieloide aguda desde los tres años. “Me autorizó su médico del Cecan que se le aplicaran las quimios en casa para que no saliera en esta contingencia, que no se arriesgue porque el más afectado es él”, dijo su mamá Mary Carmen Mendoza.

Lamentó que debido a la pandemia el trasplante de médula ósea que necesita Jordan ha sido reprogramado en varias ocasiones.

“Su trasplante se ha estado reagendando por esta contingencia, pero además no hay médicos en los hospitales y pues la sala donde está el área donde hacen los trasplantes está cerrado”, dijo Mary Carmen

Jordan es atendido en el Centro de Cancerología, pero el trasplante será en la Ciudad México, precisamente en el Instituto Mexicano de Pediatría, aunque antes sus padres deberán reunir los 25 mil dólares que le restan para poder realizarlo.

Doña Concepción Pérez, quien padece diabetes y artritis, asiste mensualmente al IMSS. “Voy a recoger mis medicinas cada mes, pero las veces que me ha tocado ir en medio de este problema (pandemia) voy con cubrebocas, me dan la receta y me surten. Los médicos lo único que me dicen es que me cuide”, dijo.

Nos comentó que tuvo una experiencia tan desagradable como terrible. “Me fui a internar por problemas del azúcar y la presión y que me pasan al lugar donde tienen a los del Covid para hacerme una prueba, pero salió negativa, y me dije `yo no tengo nada que hacer aquí´ y me regresé a mi casa”, agregó.

Doña Martha Rivera, quien desde hace unos seis años padece vértigo, asiste al ISSSTE, aunque en esta emergencia sanitaria adquiere sus medicinas por fuera. “Al ISSSTE voy a veces, pero ahorita me da miedo meterme por los enfermos que hay del Covid, por lo que la medicina la estoy comprando aparte”.

Sobre su padecimiento señaló que los médicos le comentaron que no se le va a quitar. “Así es, aunque la tengo controlada y el ejercicio me ayuda”.

La señora Guadalupe Hernández es otra xalapeña que sufre de diabetes. “Me la detectaron hace cuatro años, pero nunca me he sentido mal de nada”.

Precisó que las citas que le dan en el IMSS son cada tres meses y es cuando la dotan de los medicamentos que utiliza para controlar su mal.

"Un calvario, surtir medicinas en clínicas"

El temor de contagiarse de Covid-19, sumado al pago de transporte y el largo tiempo de espera para resurtir recetas —y en algunos casos que no haya los medicamentos—, ha llevado a algunas personas con enfermedades crónicas a recurrir a sus familiares para que los apoyen para comprar sus medicinas, pues “en tiempos de coronavirus, acudir a las clínicas en Xalapa es vivir un verdadero calvario”, declaró Alberto Gutiérrez.

El señor Gutiérrez, quien tiene 66 años de edad y padece diabetes, dice estar agradecido con sus tres hijos, pues son ellos quienes se han encargado de darle lo que necesita.

“Por ese lado me siento contento, pero por otro, me da mucha tristeza saber que hay personas que no tienen esa posibilidad”, manifestó en entrevista. En similar situación se encuentra Eliseo Téllez, quien es diabético y tiene 70 años. Él es jubilado y ha recurrido a su pensión para comprar sus medicamentos, con la esperanza de que pronto se regularice la situación.

En el caso de doña Francisca Marcos Calixto, es una persona de 90 años y es hipertensa. A ella le llevaban su control mensual en la clínica del ISSSTE, además, tenía consulta con el cardiólogo en el mes de marzo, pero esta última se la cancelaron y reagendaron para junio, pero volvió a suceder lo mismo. Por su edad, sus familiares tienen que pagar taxi y consideran injusto que no tomen en cuenta su condición.

Refieren que al inicio de la contingencia sanitaria había una fila para personas que iban a solicitar cita médica y otra para quienes solo asistían a resurtir recetas. Sin embargo, en los últimos días hay una sola fila, que hace que permanezcan hasta cuatro o cinco horas en espera de hacer únicamente el trámite o solicitud.

“Cuando por fin tienes la receta, resulta que debes regresar al siguiente día a la farmacia, con la posibilidad de que no haya el medicamento, porque el desabasto no es de ahora, en el ISSSTE así ha sido en los últimos años”, declara doña Tina Nava, nuera de doña Francisca y quien se encarga de acudir a la clínica ubicada en la avenida Orizaba.

No hubo más opción que pagarle atención particular a la enferma porque presenta altas y bajas en su presión.

No puede estar así. El cardiólogo le hizo varios estudios y nos explicó que por su edad ya no le cierra la válvula y la sangre se le regresa, lo que desencadena un descontrol. Como queríamos una segunda opinión, nuevamente fui al ISSSTE, pero la persona del Archivo me dijo que no están programando consultas con especialistas.

Doña Tina no solo es cuidadora, también padece hipertensión. A sus 65 años es atendida en la clínica 66 del IMSS. Allí, expone, ha tenido una mejor atención y no hay desabasto de medicina.

“Como ha sucedido siempre, sí hay que esperar, pero te atienden y la receta es resurtible por tres meses. Lo único que sí se debe mejorar es el poder hacer cita por teléfono o Internet, porque aunque sí cuentan con esos servicios, no contestan las llamadas y en Internet resulta difícil lograrlo”. La señora Berenice Ayala, de 42 años de edad, sufre de hipotiroidismo, enfermedad que se desarrolla cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas que satisfagan las necesidades del cuerpo.

“Acudo al IMSS para recibir mis medicamentos y realizarme estudios, sin embargo, durante la pandemia que inició en marzo no pude acudir por ellos, por lo que los compre en una farmacia”, expuso la señora.

Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

Consultas, intervenciones quirúrgicas y tratamientos, pendientes

CÓRDOBA, Ver.- En la región existen dos hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que fungen como nosocomios Covid-19, el Hospital General Regional de Orizaba y el Hospital IMSS número 8 de Córdoba, ante la llegada de la pandemia por coronavirus la ocupación de las instalaciones de los nosocomios y consultorios ha retrasado la operación y modificado en algunos casos la atención a los pacientes que esperan su atención de rutina o quizá algunas intervenciones quirúrgicas o tratamientos de los demás usuarios que nada tienen que ver con el Covid-19.

El miedo de poder ingresar a uno de estos dos nosocomios es latente en la ciudadanía; sin embargo, muchos otros se ven afectados en su tratamiento, citas médicas u operaciones.

Margarita Hernández, ama de casa de la ciudad de Ixtaczoquitlán, mencionó que ella desde mayo aproximadamente iba a empezar con estudios para una operación de quistes ováricos, pues presenta problemas en uno de ellos; le “dieron muchas vueltas” pues le pedían valoración de medicina interna y anestesiología, sin embargo, hasta el momento esa cita no se ha concretado, pues le informaron en el IMSS de Orizaba, donde ella se atiende, que debe presentar “mucho dolor” para que pueda ser valorada, mientras tanto continúa con un tratamiento médico para el dolor.

Otro de estos casos es el que nos relata Sofía García, quien lleva el control de consultas y medicinas de su padre, Santos García, de 83 años de edad, paciente del IMSS número 8 de Córdoba. “Mi papá tenía cita para análisis de sangre y orina, su primer cita fue en abril, recién empezaba lo de la pandemia, pero la cambiaron para el 6 de julio y como sigue el virus y ahora el hospital que atiende a mi papá tiene un área Covid y él es una persona vulnerable”.

Con información de Guadalupe Castillo | El Sol de Córdoba

Debido la contingencia sanitaria por el Covid-19 muchas personas de esta ciudad que padecen algunas enfermedades se han visto en la necesidad de mantenerse en casa y asistir a los distintos centros de salud correspondientes sólo para recibir sus medicamentos.

Uno de estos casos es el del pequeño Jordan Vadhir, de 9 años de edad, quien padece leucemia mieloide aguda desde los tres años. “Me autorizó su médico del Cecan que se le aplicaran las quimios en casa para que no saliera en esta contingencia, que no se arriesgue porque el más afectado es él”, dijo su mamá Mary Carmen Mendoza.

Lamentó que debido a la pandemia el trasplante de médula ósea que necesita Jordan ha sido reprogramado en varias ocasiones.

“Su trasplante se ha estado reagendando por esta contingencia, pero además no hay médicos en los hospitales y pues la sala donde está el área donde hacen los trasplantes está cerrado”, dijo Mary Carmen

Jordan es atendido en el Centro de Cancerología, pero el trasplante será en la Ciudad México, precisamente en el Instituto Mexicano de Pediatría, aunque antes sus padres deberán reunir los 25 mil dólares que le restan para poder realizarlo.

Doña Concepción Pérez, quien padece diabetes y artritis, asiste mensualmente al IMSS. “Voy a recoger mis medicinas cada mes, pero las veces que me ha tocado ir en medio de este problema (pandemia) voy con cubrebocas, me dan la receta y me surten. Los médicos lo único que me dicen es que me cuide”, dijo.

Nos comentó que tuvo una experiencia tan desagradable como terrible. “Me fui a internar por problemas del azúcar y la presión y que me pasan al lugar donde tienen a los del Covid para hacerme una prueba, pero salió negativa, y me dije `yo no tengo nada que hacer aquí´ y me regresé a mi casa”, agregó.

Doña Martha Rivera, quien desde hace unos seis años padece vértigo, asiste al ISSSTE, aunque en esta emergencia sanitaria adquiere sus medicinas por fuera. “Al ISSSTE voy a veces, pero ahorita me da miedo meterme por los enfermos que hay del Covid, por lo que la medicina la estoy comprando aparte”.

Sobre su padecimiento señaló que los médicos le comentaron que no se le va a quitar. “Así es, aunque la tengo controlada y el ejercicio me ayuda”.

La señora Guadalupe Hernández es otra xalapeña que sufre de diabetes. “Me la detectaron hace cuatro años, pero nunca me he sentido mal de nada”.

Precisó que las citas que le dan en el IMSS son cada tres meses y es cuando la dotan de los medicamentos que utiliza para controlar su mal.

"Un calvario, surtir medicinas en clínicas"

El temor de contagiarse de Covid-19, sumado al pago de transporte y el largo tiempo de espera para resurtir recetas —y en algunos casos que no haya los medicamentos—, ha llevado a algunas personas con enfermedades crónicas a recurrir a sus familiares para que los apoyen para comprar sus medicinas, pues “en tiempos de coronavirus, acudir a las clínicas en Xalapa es vivir un verdadero calvario”, declaró Alberto Gutiérrez.

El señor Gutiérrez, quien tiene 66 años de edad y padece diabetes, dice estar agradecido con sus tres hijos, pues son ellos quienes se han encargado de darle lo que necesita.

“Por ese lado me siento contento, pero por otro, me da mucha tristeza saber que hay personas que no tienen esa posibilidad”, manifestó en entrevista. En similar situación se encuentra Eliseo Téllez, quien es diabético y tiene 70 años. Él es jubilado y ha recurrido a su pensión para comprar sus medicamentos, con la esperanza de que pronto se regularice la situación.

En el caso de doña Francisca Marcos Calixto, es una persona de 90 años y es hipertensa. A ella le llevaban su control mensual en la clínica del ISSSTE, además, tenía consulta con el cardiólogo en el mes de marzo, pero esta última se la cancelaron y reagendaron para junio, pero volvió a suceder lo mismo. Por su edad, sus familiares tienen que pagar taxi y consideran injusto que no tomen en cuenta su condición.

Refieren que al inicio de la contingencia sanitaria había una fila para personas que iban a solicitar cita médica y otra para quienes solo asistían a resurtir recetas. Sin embargo, en los últimos días hay una sola fila, que hace que permanezcan hasta cuatro o cinco horas en espera de hacer únicamente el trámite o solicitud.

“Cuando por fin tienes la receta, resulta que debes regresar al siguiente día a la farmacia, con la posibilidad de que no haya el medicamento, porque el desabasto no es de ahora, en el ISSSTE así ha sido en los últimos años”, declara doña Tina Nava, nuera de doña Francisca y quien se encarga de acudir a la clínica ubicada en la avenida Orizaba.

No hubo más opción que pagarle atención particular a la enferma porque presenta altas y bajas en su presión.

No puede estar así. El cardiólogo le hizo varios estudios y nos explicó que por su edad ya no le cierra la válvula y la sangre se le regresa, lo que desencadena un descontrol. Como queríamos una segunda opinión, nuevamente fui al ISSSTE, pero la persona del Archivo me dijo que no están programando consultas con especialistas.

Doña Tina no solo es cuidadora, también padece hipertensión. A sus 65 años es atendida en la clínica 66 del IMSS. Allí, expone, ha tenido una mejor atención y no hay desabasto de medicina.

“Como ha sucedido siempre, sí hay que esperar, pero te atienden y la receta es resurtible por tres meses. Lo único que sí se debe mejorar es el poder hacer cita por teléfono o Internet, porque aunque sí cuentan con esos servicios, no contestan las llamadas y en Internet resulta difícil lograrlo”. La señora Berenice Ayala, de 42 años de edad, sufre de hipotiroidismo, enfermedad que se desarrolla cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas que satisfagan las necesidades del cuerpo.

“Acudo al IMSS para recibir mis medicamentos y realizarme estudios, sin embargo, durante la pandemia que inició en marzo no pude acudir por ellos, por lo que los compre en una farmacia”, expuso la señora.

Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

Consultas, intervenciones quirúrgicas y tratamientos, pendientes

CÓRDOBA, Ver.- En la región existen dos hospitales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que fungen como nosocomios Covid-19, el Hospital General Regional de Orizaba y el Hospital IMSS número 8 de Córdoba, ante la llegada de la pandemia por coronavirus la ocupación de las instalaciones de los nosocomios y consultorios ha retrasado la operación y modificado en algunos casos la atención a los pacientes que esperan su atención de rutina o quizá algunas intervenciones quirúrgicas o tratamientos de los demás usuarios que nada tienen que ver con el Covid-19.

El miedo de poder ingresar a uno de estos dos nosocomios es latente en la ciudadanía; sin embargo, muchos otros se ven afectados en su tratamiento, citas médicas u operaciones.

Margarita Hernández, ama de casa de la ciudad de Ixtaczoquitlán, mencionó que ella desde mayo aproximadamente iba a empezar con estudios para una operación de quistes ováricos, pues presenta problemas en uno de ellos; le “dieron muchas vueltas” pues le pedían valoración de medicina interna y anestesiología, sin embargo, hasta el momento esa cita no se ha concretado, pues le informaron en el IMSS de Orizaba, donde ella se atiende, que debe presentar “mucho dolor” para que pueda ser valorada, mientras tanto continúa con un tratamiento médico para el dolor.

Otro de estos casos es el que nos relata Sofía García, quien lleva el control de consultas y medicinas de su padre, Santos García, de 83 años de edad, paciente del IMSS número 8 de Córdoba. “Mi papá tenía cita para análisis de sangre y orina, su primer cita fue en abril, recién empezaba lo de la pandemia, pero la cambiaron para el 6 de julio y como sigue el virus y ahora el hospital que atiende a mi papá tiene un área Covid y él es una persona vulnerable”.

Con información de Guadalupe Castillo | El Sol de Córdoba

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