Xalapa, Ver.- El Arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, lamentó que la familia cristiana tradicional actualmente está siendo muy atacada por tendencias de ideologías de género y relativismo moral.
Durante la homilía dominical en la Catedral Metropolitana de Xalapa expuso que a lo anterior se le suma la “promoción de una práctica sexual que busca el placer y que elude la paternidad responsable y la estabilidad familiar expresada en el compromiso matrimonial de un hombre y una mujer”.
En el marco de la celebración de la Sagrada Familia señaló que ésta invita a valorar en toda su importancia la familia cristiana.
A reconocer nuestra propia experiencia personal ya que nuestras familias han sido la escuela básica donde aprendimos los valores humanos y cristianos dijo.
Subrayó que, ante la deshumanización de la sociedad actual, la familia cristiana continúa siendo transmisora básica de identificación y resaltó su importancia fundamental como el ambiente en donde se aprende el sentido de la vida y la dignidad de la persona humana.
Agregó que el Plan de Dios expresado en la Sagrada Escritura y en la tradición de la Iglesia, la naturaleza humana creada por Dios padre y redimida por Jesucristo y el testimonio de miles de hombres y mujeres que viven el matrimonio cristiano, compromete a defender la familia cristiana como santuario de la vida humana, como promotora de los valores humanos y las virtudes cristianas.
“Es absolutamente indispensable rescatar los valores tradicionales de nuestras familias y no caer en la promoción irresponsable de ideas y prácticas que deshumanizan y banalizan la célula fundamental de nuestra sociedad mexicana”, abundó.
Refirió que hay muchas “agresividades” e inconscientes que intentan destruir los pilares básicos del tejido social, como cuando el Estado es el que quiere educar a los hijos, prescindiendo incluso, del papá y la mamá.
Explicó que la pandemia otorgó la oportunidad de convivir más en casa con los seres queridos, compartir con ellos, mientras que en otros momentos se buscaban fiestas externas o salir a cenar a otros lados, pero ahora con la contingencia se obliga a estar más en casa, lo que hace valorar a la familia.
“Que los papás realmente eduquen a sus propios hijos, los vayan viendo crecer, los amen cada vez más y hagan de ellos personas valiosas tanto para la sociedad como para la Iglesia”.