/ domingo 3 de noviembre de 2019

Familias conviven con sus difuntos al son del mariachi

Entre el repertorio que se escuchaba estaban las canciones: “A mi manera”, “Cruz de Olvido” y “Puño de tierra”

Xalapa, Ver.- La tradición marca que los difuntos están de visita en la tierra hasta las 12 del mediodía del 2 de noviembre, por ello, cientos de familias se dieron cita en los panteones de Xalapa antes de esa hora.

Juana Tiburcio Gaona acudió al panteón Palo Verde, junto con su hijas, su yerno y sus nietos a visitar a su esposo Rodolfo Sánchez López quien falleció a los 59 años el pasado 17 de enero.

Junto a la familia estaba un mariachi al que contrataron para que le cantara sus canciones favoritas: “A mi manera”, “Cruz de Olvido” y “Puño de tierra”.

La alegría de don Rodolfo permanece en la familia por eso decidieron recordarle entre oraciones pero también con música y alegría.

Haremos una oración y decirle a los nietos todo lo que hizo, que como todo hubo errores, pero mejor recordar lo positivo que era muy alegre, que quería mucho a sus nietos, siempre se preocupó por ellos y el bienestar de todos. Nos dejó una enseñanza de que ahorita hay que luchar y trabajar porque nada cae del cielo, hay que ganarse las cosas

La creencia de la familia Sánchez Tiburcio es que los muertos están con ellos hasta las 12 del día, por ello optaron por llegar desde temprana hora al panteón para estar con él y llevarle flores y coronas.

Muy cerca de esa familia, estaba la de Alfredo Hernández Ramírez quienes llegaron a ver su madre, tíos y un sobrino que permanecen en el mismo camposanto.

“La tradición es que tenemos que venir antes de mediodía que es cuando están, eso es lo que nos inculcaron y por eso venimos siempre temprano”, dice Alfredo.

Foto: Jaime Rivera

Abrazado con su tía María Antonieta y el resto de los suyos, señala con nostalgia que esta es una fecha importante para ellos y recuerda que cuando la abuela vivía llevaban tamales, refresco y allí comían.

Aunque ahora ya no llevan alimentos conservan la tradición de ir en familia y hasta contratar un mariachi para cantarle unas canciones de Los Panchos y José José tras llevarles flores, coronas, rosas y un rehilete.

En otro lugar, estaba Arturo Alejandro García con sus hijos y sus primos a visitar a sus abuelos y bisabuelos y como cada año decidieron no dejar pasar esta fecha tan especial para los mexicanos.

“Me gusta venir a comer aquí y traemos chicharrones, gorditas, y ahorita no pudo venir toda la familia pero aquí estamos recordando pasados y cosas bonitas”.

Foto: Jaime Rivera

Sobre otra de las lápidas había tamales y coca para la señora Virginia Rosas Landa quien falleció a los 54 años hace 16 años.

Como cada 2 de noviembre, sus hijas, nietos, yernos y nueras se reúnen para convivir con ella. Arreglan su tumba y comparten la tradición con tamales, atole y coca “porque no puede faltar”.

Karla Virginia Arroyo Rosas, su hija, recordó que su madre siempre les inculcó honrar a sus muertos y ahora que ya no está, la encomian a ella.

“La recodamos mucho, una persona muy alegre, muy amorosa y es lo que recordamos principalmente, estar siempre con ella, a pesar de que ya pasaron muchos años, estar siempre aquí”, añadió.

OTROS DESCANSAN ABANDONADOS

Foto: Jaime Rivera


Aunque los panteones recibieron miles de visitantes, hubo lápidas que no fueron visitadas.

Muchas de ellas permanecen llenas de maleza y tierra, con cruces despintadas o a punto de caerse. Personas a quienes sus familias ya no visitan por no estar en la ciudad o no disponer de tiempo para ello.

Aunque decenas de personas se ofrecen para limpiar las lápidas, el problema es que no hay quien se preocupe por muchas de estas.

Allí también se observó a adultos mayores que recorrían el panteón solos, con apenas unas flores y apoyados de algunas andaderas pero movidos por el amor de quienes en vida fueron importantes para ellos.

NO FALTÓ LA VENDIMIA

Foto: Jaime Rivera


Aunque cada año las ventas bajan, varios vendedores de flores aprovecharon la temporada y ofrecieron sus mejores precios.

“Yo apenas empecé a vender hoy, no me va muy bien pero ahí vamos”, dijo don Artemio oriundo de Tlalnelhuayocan.

Incluso dijo que la venta este año fue menor porque la flor está más cara. La sequía provocó que se encareciera y aun así tuvieron que buscar sus ganancias.

“Cada año venimos pero cada año va disminuyendo la venta también. La gente sigue viniendo al panteón pero compra menos”, lamentó.

Pese a ello, comerciantes de varios giros, aprovecharon para instalarse en las inmediaciones de los camposantos para ofrecer sus mejores productos a las familias visitantes y contribuir en conservar esta bella tradición.

Xalapa, Ver.- La tradición marca que los difuntos están de visita en la tierra hasta las 12 del mediodía del 2 de noviembre, por ello, cientos de familias se dieron cita en los panteones de Xalapa antes de esa hora.

Juana Tiburcio Gaona acudió al panteón Palo Verde, junto con su hijas, su yerno y sus nietos a visitar a su esposo Rodolfo Sánchez López quien falleció a los 59 años el pasado 17 de enero.

Junto a la familia estaba un mariachi al que contrataron para que le cantara sus canciones favoritas: “A mi manera”, “Cruz de Olvido” y “Puño de tierra”.

La alegría de don Rodolfo permanece en la familia por eso decidieron recordarle entre oraciones pero también con música y alegría.

Haremos una oración y decirle a los nietos todo lo que hizo, que como todo hubo errores, pero mejor recordar lo positivo que era muy alegre, que quería mucho a sus nietos, siempre se preocupó por ellos y el bienestar de todos. Nos dejó una enseñanza de que ahorita hay que luchar y trabajar porque nada cae del cielo, hay que ganarse las cosas

La creencia de la familia Sánchez Tiburcio es que los muertos están con ellos hasta las 12 del día, por ello optaron por llegar desde temprana hora al panteón para estar con él y llevarle flores y coronas.

Muy cerca de esa familia, estaba la de Alfredo Hernández Ramírez quienes llegaron a ver su madre, tíos y un sobrino que permanecen en el mismo camposanto.

“La tradición es que tenemos que venir antes de mediodía que es cuando están, eso es lo que nos inculcaron y por eso venimos siempre temprano”, dice Alfredo.

Foto: Jaime Rivera

Abrazado con su tía María Antonieta y el resto de los suyos, señala con nostalgia que esta es una fecha importante para ellos y recuerda que cuando la abuela vivía llevaban tamales, refresco y allí comían.

Aunque ahora ya no llevan alimentos conservan la tradición de ir en familia y hasta contratar un mariachi para cantarle unas canciones de Los Panchos y José José tras llevarles flores, coronas, rosas y un rehilete.

En otro lugar, estaba Arturo Alejandro García con sus hijos y sus primos a visitar a sus abuelos y bisabuelos y como cada año decidieron no dejar pasar esta fecha tan especial para los mexicanos.

“Me gusta venir a comer aquí y traemos chicharrones, gorditas, y ahorita no pudo venir toda la familia pero aquí estamos recordando pasados y cosas bonitas”.

Foto: Jaime Rivera

Sobre otra de las lápidas había tamales y coca para la señora Virginia Rosas Landa quien falleció a los 54 años hace 16 años.

Como cada 2 de noviembre, sus hijas, nietos, yernos y nueras se reúnen para convivir con ella. Arreglan su tumba y comparten la tradición con tamales, atole y coca “porque no puede faltar”.

Karla Virginia Arroyo Rosas, su hija, recordó que su madre siempre les inculcó honrar a sus muertos y ahora que ya no está, la encomian a ella.

“La recodamos mucho, una persona muy alegre, muy amorosa y es lo que recordamos principalmente, estar siempre con ella, a pesar de que ya pasaron muchos años, estar siempre aquí”, añadió.

OTROS DESCANSAN ABANDONADOS

Foto: Jaime Rivera


Aunque los panteones recibieron miles de visitantes, hubo lápidas que no fueron visitadas.

Muchas de ellas permanecen llenas de maleza y tierra, con cruces despintadas o a punto de caerse. Personas a quienes sus familias ya no visitan por no estar en la ciudad o no disponer de tiempo para ello.

Aunque decenas de personas se ofrecen para limpiar las lápidas, el problema es que no hay quien se preocupe por muchas de estas.

Allí también se observó a adultos mayores que recorrían el panteón solos, con apenas unas flores y apoyados de algunas andaderas pero movidos por el amor de quienes en vida fueron importantes para ellos.

NO FALTÓ LA VENDIMIA

Foto: Jaime Rivera


Aunque cada año las ventas bajan, varios vendedores de flores aprovecharon la temporada y ofrecieron sus mejores precios.

“Yo apenas empecé a vender hoy, no me va muy bien pero ahí vamos”, dijo don Artemio oriundo de Tlalnelhuayocan.

Incluso dijo que la venta este año fue menor porque la flor está más cara. La sequía provocó que se encareciera y aun así tuvieron que buscar sus ganancias.

“Cada año venimos pero cada año va disminuyendo la venta también. La gente sigue viniendo al panteón pero compra menos”, lamentó.

Pese a ello, comerciantes de varios giros, aprovecharon para instalarse en las inmediaciones de los camposantos para ofrecer sus mejores productos a las familias visitantes y contribuir en conservar esta bella tradición.

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