/ martes 31 de marzo de 2020

Gobierno violento

La filosofía política y social del gobierno de izquierda en Veracruz cuando hay protestas y marchas es así:

A. La paz de la policía impuesta a través del tolete y la macana, y a punta, claro, de madrazos. La violencia en su más alto decibel… que tal es la función de la Secretaría de Seguridad Pública.

B. Lo dice el asesor de la Red Autónoma de Comunidades Indígenas, Movimientos y Organizaciones Sociales, Racimos, Indalecio Sánchez Castellanos:

Los indígenas fueron "golpeados fuertemente. Lastimados. Uno quedó con un fuerte golpe en el ojo. Lastimado. Y se le ve muy mal".

C. Detener a siete de los indígenas y que en el caso, bloquearon el acceso al festival Tajín, anunciado con tanta pompa y esplendor y dos días después, ni modo, suspendido por culpa del Covid-19.

D. mantener encarcelados a los indígenas… no más para darles una lección del capataz que manda en la hacienda porfirista llamada Veracruz.

E. Luego de dormir sus noches en la cárcel… dejarlos en libertad… por falta de pruebas… con todo y haber sido denunciados por el presunto delito de ultrajes a la autoridad en la Fiscalía General.

F. Así, el sexenio guinda y marrón espera que los inconformes aprendan la fuerza del tolete y la macana… cuando los operadores políticos de Morena, enquistados en el palacio de Xalapa, llegan a su principio de Peter con su incapacidad manifiesta para el diálogo.

Si el ciudadano piensa, siente, percibe y cree que existe una diferencia radical entre el sexenio guinda y los gobiernos priistas, por ejemplo, está equivocado.

Tampoco, desde luego, con el bienio azul, donde desde un principio quedó manifiesto que por ningún concepto permitirían la irascibilidad social en la cancha pública.

Antes de las 72 horas, los indígenas presos en los separos de la policía en Papantla fueron liberados.

Incapaces de enfrentar y erradicar de Veracruz a los cárteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos, Seguridad Pública aplica la política de la violencia en contra de los indígenas y campesinos.

¡Vaya desencanto! Simple y llanamente, la falta de operadores políticos y sociales capaces.

También, la mirada de los morenistas en el árbol desdeñando el bosque para rastrear la pista social en cada evento público masivo como el festival Tajín.

La elite de la izquierda ejerciendo el poder en el día con día y si de pronto sobreviene una sublevación, entonces, que la policía se encargue.

De poco o nada, entonces, parecen servir las giritas de Amlove en el país para escuchar, registrar, olfatear, intuir, el latido social, y evitar que como en El Tajín, y también en Tantoyuca, la tensión pública reviente.

El secretario general de Gobierno y vicegobernador, más, mucho más ocupado en coleccionar parcelas de poder (la última con la comisionada del IVAI) que cumplir con una de sus tareas básicas como jefe político del gabinete.

Y es que cuando la policía entra al quite social expresa el desdén, el menosprecio y el principio de Peter de la elite gobernante.

Está claro que los pendientes sociales han de solucionarse con el diálogo, pero como la desidia y la soberbia suelen atravesarse, entonces, el conflicto revienta y la única estrategia es madrear a la población inconforme.

Priistas, panistas, perredistas y morenistas en el poder político son iguales de represivos.

La filosofía política y social del gobierno de izquierda en Veracruz cuando hay protestas y marchas es así:

A. La paz de la policía impuesta a través del tolete y la macana, y a punta, claro, de madrazos. La violencia en su más alto decibel… que tal es la función de la Secretaría de Seguridad Pública.

B. Lo dice el asesor de la Red Autónoma de Comunidades Indígenas, Movimientos y Organizaciones Sociales, Racimos, Indalecio Sánchez Castellanos:

Los indígenas fueron "golpeados fuertemente. Lastimados. Uno quedó con un fuerte golpe en el ojo. Lastimado. Y se le ve muy mal".

C. Detener a siete de los indígenas y que en el caso, bloquearon el acceso al festival Tajín, anunciado con tanta pompa y esplendor y dos días después, ni modo, suspendido por culpa del Covid-19.

D. mantener encarcelados a los indígenas… no más para darles una lección del capataz que manda en la hacienda porfirista llamada Veracruz.

E. Luego de dormir sus noches en la cárcel… dejarlos en libertad… por falta de pruebas… con todo y haber sido denunciados por el presunto delito de ultrajes a la autoridad en la Fiscalía General.

F. Así, el sexenio guinda y marrón espera que los inconformes aprendan la fuerza del tolete y la macana… cuando los operadores políticos de Morena, enquistados en el palacio de Xalapa, llegan a su principio de Peter con su incapacidad manifiesta para el diálogo.

Si el ciudadano piensa, siente, percibe y cree que existe una diferencia radical entre el sexenio guinda y los gobiernos priistas, por ejemplo, está equivocado.

Tampoco, desde luego, con el bienio azul, donde desde un principio quedó manifiesto que por ningún concepto permitirían la irascibilidad social en la cancha pública.

Antes de las 72 horas, los indígenas presos en los separos de la policía en Papantla fueron liberados.

Incapaces de enfrentar y erradicar de Veracruz a los cárteles y cartelitos, sicarios y pistoleros, malandros y malosos, Seguridad Pública aplica la política de la violencia en contra de los indígenas y campesinos.

¡Vaya desencanto! Simple y llanamente, la falta de operadores políticos y sociales capaces.

También, la mirada de los morenistas en el árbol desdeñando el bosque para rastrear la pista social en cada evento público masivo como el festival Tajín.

La elite de la izquierda ejerciendo el poder en el día con día y si de pronto sobreviene una sublevación, entonces, que la policía se encargue.

De poco o nada, entonces, parecen servir las giritas de Amlove en el país para escuchar, registrar, olfatear, intuir, el latido social, y evitar que como en El Tajín, y también en Tantoyuca, la tensión pública reviente.

El secretario general de Gobierno y vicegobernador, más, mucho más ocupado en coleccionar parcelas de poder (la última con la comisionada del IVAI) que cumplir con una de sus tareas básicas como jefe político del gabinete.

Y es que cuando la policía entra al quite social expresa el desdén, el menosprecio y el principio de Peter de la elite gobernante.

Está claro que los pendientes sociales han de solucionarse con el diálogo, pero como la desidia y la soberbia suelen atravesarse, entonces, el conflicto revienta y la única estrategia es madrear a la población inconforme.

Priistas, panistas, perredistas y morenistas en el poder político son iguales de represivos.

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