XICO, Ver.- Desde muy temprano Vicente Ruiz Hernández sale de su casa en Ayahualulco para recorrer diariamente las calles y los poblados vecinos para vender mora.
A pesar del cansancio no detiene su marcha y limpia constantemente el sudor de su frente con una servilleta, pues sabe que tiene que "pedalearle" en busca del sustento para su familia.
Por medio de este oficio ha logrado durante años mantener los estudios de sus hijos, el mayor de éstos un adolescente de 15, que "lleva buenas calificaciones".
Con vestimentas humildes y con mucha seguridad, el vendedor no deja de tocar las puertas de casas y comercios para ofertar las moras que lleva en una cubeta que carga en la espalda.
La mora la cosecha en Ayahualulco, su tierra natal, y la mayoría de sus clientes se encuentran en Xico, donde este cultivo se ha perdido paulatinamente desde hace cuatro años, señala.
Anteriormente la mora abundaba en Xico, al grado de utilizarse para pasteles, atoles, hielitos, dulces y para las tradicionales bebidas conocidas como Torito y Morita.
Vicente vende cada kilo de mora en 30 pesos y ya tiene una agenda segura de clientes, lo que es fundamental para llevar el pan a su hogar.
Cuando las ventas no son muy buenas se ve en la necesidad de buscar "el extra" como jardinero o albañil, pues dice que "el chiste es trabajar honradamente para mantener el hogar".
La venta de mora es la principal fuente de ingresos económicos que tiene y asegura que la mantendrá durante el tiempo que le sea posible, porque se trata de una actividad que le permite ganarse la vida "con mucha honra".
CUBETA A CUESTAS
Con vestimentas humildes y con mucha seguridad, el vendedor no deja de tocar las puertas de casas y comercios para ofertar las moras que lleva en una cubeta que carga en la espalda.