Xalapa, Ver.- Ofrecer sus nieves artesanales en colonias de Xalapa, así como en las comunidades de Rancho Viejo, Capulines y Cinco Palos es una gran satisfacción y un orgullo, dice Roberto Hernández Gabriel, porque es un trabajo noble, limpio y le da la oportunidad de tratar y conocer a mucha gente. Heredero de una tradición que data de unos cien años, pues su abuelo Lorenzo Gabriel, quien aprendió a hacer las nieves exquisitas en la famosa Paletería Victoria, que fue la primera en su género en Xalapa, se dedicó al oficio durante 80 años.
A la fecha, la herencia de preparar nieves de una manera limpia, sana y artesanal, pues no basta con lavar la fruta sino que además hay que ponerla a hervir, se ha extendido a los tataranietos, o sea, a cuatro generaciones, aunque si bien no todos se dedican a mantener viva la tradición sí saben prepararla. Su hermano Juan Antonio también conserva esta herencia, dice.
Roberto Hernández, quien hace un gran recorrido desde la colonia Arroyo Blanco hasta la zona de Los Sauces y las colonias Salud, Benito Juárez, Venustiano Carranza y la zona de Coapexpan, invita a visitarle en la calle Estrella Polar del Norte número 2, donde desde las 7 de la mañana empieza la elaboración de dos sabores que vende al día; cuando ofrece tres, uno lo prepara un día antes. El proceso concluye a las diez horas, cuando se prepara para iniciar su recorrido, explicó.
"De los sabores sobresalen nanche, café, mora, vainilla, limón, mango, mamey, entre otros, y los más solicitados son guanábana y mamey". Antes de entrarle de lleno a la elaboración de helados Roberto se dedicaba a pintar casas, sin embargo, el trabajo se fue escaseando y había patrones muy delicados, por lo que hace unos veinte años se preguntó qué hago buscándole por otro lado si yo sé preparar las nieves.
Fue entonces cuando retornó al taller familiar que encabezaba su abuelo, quien como los comerciantes de antes se echaba las garrafas del helado a la espalda y se iba a vender a las calles; ahora él cuenta con la ventaja de tener un carrito que sube a su camionetita y lleva su producto no solo a las colonias de Xalapa, sino a otras comunidades cada tercer día.
Ahora que la pandemia ha frenado el comercio Roberto continúa ofreciendo sus productos igual que siempre, pues sus clientes deben saber que la elaboración es muy limpia, así como limpio es el servicio al sanitizar sus manos y utensilios, así como cubrir los helados y conos con cristales. Sabe que debe guardar la distancia y no acercarse mucho a sus clientes, pues todos deben estar sanos para seguir llevando el sustento a sus familias. Acepta que salir de su casa le da un poco de miedo, pero debe sobreponerse porque las circunstancias económicas no están como para dejar de trabajar, además de que ama su trabajo y lleva con todo orgullo lo que sabe hacer muy bien: las nieves de la familia Hernández Gabriel.