/ domingo 28 de abril de 2019

Invisibilizadas y estigmatizadas, las mujeres que realizan trabajo doméstico

Desde hace 15 años, Martha es empleada doméstica y puede ser una de las 163 mil mujeres que en Veracruz tienen derecho a registrarse en el Programa Piloto para la Incorporación de Personas Trabajadoras del Hogar del IMSS

Xalpaa, Ver.- “Cuando entro a mi trabajo digo ‘en nombre sea del Señor, lo que tú digas es bueno’ y entonces no lo siento pesado porque me concentro en lo que hago. Ya llegando a mi casa es cuando se siente”, indicó Martha.

Martha no terminó la primaria, desde hace 15 años es trabajadora del hogar ante la necesidad de su familia de solventar las gastos de casa, dado que tiene dos hijos. Nunca ha contado con Seguro Social, aguinaldo ni las prestaciones mínimas de ley.

A sus 40 años asegura que será difícil que los patrones acepten hacer un pago extra para que pueda afiliarse al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aunque ello sería una muestra del valor que le dan a su trabajo y a sus años de servicio.

Hace unos años ganaba 80 pesos diarios, su pago era semanal y apenas le alcanzaba para lo básico. Su permanencia en los hogares en los que ha laborado ha sido siempre de alrededor de tres años, pues al encontrar mejores oportunidades decide irse.

Actualmente llega a ganar hasta 250 pesos diarios y tiene tres patrones fijos. Con cada uno tiene días específicos de trabajo, por lo que su jornada laboral es de cerca de ocho o nueve horas diarias.

Llegó a Xalapa muy joven, tras el terremoto del 85 en la Ciudad de México. Durante estos años ha tenido experiencias diversas, desde gente que no le daba ni los buenos días o que no le ofrecía ni un vaso de agua, hasta quien la ha adoptado como una integrante más de la familia.

Pero sí ha habido maltratos, y ahí yo decía: ‘aguanto una semana y si no, me voy’. Me gritaban, me tronaban los dedos; me decía cosas feas la señora y mejor me iba y ni adiós les decía

Pese a lo cansado que pudiera parecer ese trabajo, Martha asegura que le gusta la labor que desempeña y dice que seguirá en ello en tanto no tenga la oportunidad de otro trabajo con un mejor pago.

Porque no es fácil tener dos hijos, uno estudiando que está por ingresar a la universidad y pagamos renta. Mi esposo pone malla ciclónica, pero su trabajo es por contrato, no siempre tiene

¿Cree que sus patrones accedan a hacer un pago al IMSS para que usted tenga seguro social?, se le cuestiona.

“De mis patrones, no sé. Pero yo pienso que otras personas, si valoran el trabajo de la persona, obvio que sí, no van a sentir feo, porque ante cualquier accidente también es responsabilidad del patrón lo que nos pase. Para mí sería perfecto que nos ayuden, pero no creo que todos sean de corazón amable y digan: órale ten. Algunos sí, otros no. No va a ser tan fácil que acepten”, indicó.

Ello, dice, sería de gran ayuda para las familias, porque en este momento acudir a una consulta con el médico particular “es carísimo”. Ante cualquier accidente no tienen quién las respalde o les ayude.

Martha dice que nunca ha recibido ningún apoyo del gobierno y observa con incredulidad el programa piloto del IMSS, aunque dice con esperanza que ojalá funcione.

“Estaría bien que nos apoyaran en eso y que nos apoyen más porque mucha gente tiene recursos y recibe más del gobierno y uno que está matándose día y noche y no nos dan nada. Eso también lo deben ver”, señaló.

Incluso recuerda que hace años, viviendo en un “jacalito donde se caía todo”, sin agua y sin luz, esperaba con ansias apoyo del gobierno que nunca recibió; “pero si este programa es para ayudar a las personas estaría perfecto”.

CONAPRED

De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), las trabajadoras del hogar han sido históricamente objeto de una discriminación estructural, dado que enfrentan obstáculos para ejercer sus derechos a raíz de la naturaleza misma de su empleo.

Explica que la mayor parte de la sociedad no considera al trabajo del hogar como una ocupación “real”, sino como parte de las actividades “normales” o “naturales” de las mujeres.

Por ello, refirió, éste es un sector particularmente invisible y estigmatizado. Las condiciones que las trabajadoras del hogar enfrentan en el empleo son difíciles, pues las leyes permiten que trabajen jornadas hasta de 12 horas sin derechos laborales ni seguridad social, sin contrato, sin garantías de pensión y sin posibilidad de ahorro, entre otras privaciones.

PROGRAMA

Tras la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el IMSS ha lanzado un programa piloto de afiliación de las trabajadoras del hogar para atender la recomendación sobre el reconocimiento al derecho que tienen a recibir atención médica, a guardería y, sobre todo, que durante estos próximos años puedan juntar recursos y tiempos que les permitan tener una pensión.

Más de 163 mil trabajadoras en Veracruz tienen ese derecho y para ello tendrán que registrarse, dio a conocer Candelario Pérez Alvarado, delegado del IMSS en Veracruz Norte.

Para quienes no tienen el número de Seguro Social lo podrán conseguir a través de la aplicación del IMSS, en la página oficial o en las oficinas administrativas en las cinco subdelegaciones, donde tendrán que presentarse con su acta de nacimiento e identificación oficial.

Quienes ya cuentan con él podrán ingresar a la página de internet en el apartado de Trabajadoras del Hogar, donde deberán registrar los días que trabajan, con cuántos patrones, cuál es su ingreso y acreditar por lo menos 20 días laborables para determinar la cuota que deben dar los patrones, que en promedio son 900 pesos por cada uno al mes, y 90 pesos la trabajadora.

Una vez determinado el monto, se emite una especie de recibo que debe firmar la trabajadora y el patrón que le debe entregar su aportación a la beneficiada, quien a su vez deberá acudir a algún banco para hacer el pago correspondiente y con ello le acredita en automático el tener derecho de guardería, servicios médicos, ahorro y pensión en el futuro, pero también atención médica a sus hijos o esposo.

Veracruz representa el 12% de la población que será beneficiaria del programa a nivel nacional de los 2.3 millones de mujeres y hombres que tienen derecho a registrarse.

La aportación económica al IMSS es mensual, por lo que si un mes no se paga, la trabajadora no podrá acceder a estos derechos.

“Es un reconocimiento a un trabajo tan importante que hacen las trabajadoras del hogar en nuestras viviendas y la oportunidad de poderle dar este servicio que necesitan ellas y sus familiares”, añadió Pérez Alvarado.

Indicó que al momento ese es un programa piloto voluntario, pero confió en la voluntad de los patrones para reconocer la labor de las trabajadoras del hogar.

Este programa está vigente, por lo que las trabajadoras interesadas pueden hacer su registro en cualquier momento ante las páginas oficiales del IMSS o sus oficinas.

El delegado del IMSS insistió en que se trata de un derecho de todo trabajador, por lo que tendrán que hacer las adecuaciones correspondientes para poder otorgar ese servicio al total de derechohabientes.

LOS DATOS

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el primer trimestre de 2018 señala que en México 2.3 millones de personas se dedican al trabajo del hogar remunerado. En total, 92% es mujer (INEGI 2018).

El promedio de escolaridad de la población ocupada de México con 15 y más años equivale a 10 años. Para los hombres trabajadores del hogar, el promedio disminuye a ocho; para las mujeres del mismo oficio, a siete (STPS 2016).

Los hombres que se dedican al trabajo del hogar remunerado gozan de mejores condiciones laborales que sus contrapartes mujeres. Por ejemplo, tres de cada diez (29.3%) hombres trabajadores del hogar percibe hasta dos salarios mínimos; entre las mujeres, la proporción aumenta a cuatro de cada diez (41.8%) (STPS 2016).

Y mientras que 83.2% de los hombres en esta ocupación no tiene acceso a servicios de salud, la proporción entre las mujeres aumenta a 98.1% (STPS 2016).

Entre las trabajadoras que participaron en una encuesta del Conapred (2015), un tercio (36%) comenzó a trabajar siendo menor de edad; de hecho, una de cada cinco (21%) lo hizo entre los 10 y los 15 años, edades en las cuales el trabajo es ilegal (Conapred 2015).

El 96% de las trabajadoras del hogar encuestadas en el mismo estudio no contaba con un contrato escrito que especificara sus actividades (Conapred 2015).

Los resultados de dicho estudio también muestran que cuatro de cada cinco (81%) de las trabajadoras encuestadas se emplean en el trabajo doméstico por razones de necesidad económica y por factores asociados a la marginación y la pobreza, como escaso logro educativo y falta de oportunidades.

Xalpaa, Ver.- “Cuando entro a mi trabajo digo ‘en nombre sea del Señor, lo que tú digas es bueno’ y entonces no lo siento pesado porque me concentro en lo que hago. Ya llegando a mi casa es cuando se siente”, indicó Martha.

Martha no terminó la primaria, desde hace 15 años es trabajadora del hogar ante la necesidad de su familia de solventar las gastos de casa, dado que tiene dos hijos. Nunca ha contado con Seguro Social, aguinaldo ni las prestaciones mínimas de ley.

A sus 40 años asegura que será difícil que los patrones acepten hacer un pago extra para que pueda afiliarse al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), aunque ello sería una muestra del valor que le dan a su trabajo y a sus años de servicio.

Hace unos años ganaba 80 pesos diarios, su pago era semanal y apenas le alcanzaba para lo básico. Su permanencia en los hogares en los que ha laborado ha sido siempre de alrededor de tres años, pues al encontrar mejores oportunidades decide irse.

Actualmente llega a ganar hasta 250 pesos diarios y tiene tres patrones fijos. Con cada uno tiene días específicos de trabajo, por lo que su jornada laboral es de cerca de ocho o nueve horas diarias.

Llegó a Xalapa muy joven, tras el terremoto del 85 en la Ciudad de México. Durante estos años ha tenido experiencias diversas, desde gente que no le daba ni los buenos días o que no le ofrecía ni un vaso de agua, hasta quien la ha adoptado como una integrante más de la familia.

Pero sí ha habido maltratos, y ahí yo decía: ‘aguanto una semana y si no, me voy’. Me gritaban, me tronaban los dedos; me decía cosas feas la señora y mejor me iba y ni adiós les decía

Pese a lo cansado que pudiera parecer ese trabajo, Martha asegura que le gusta la labor que desempeña y dice que seguirá en ello en tanto no tenga la oportunidad de otro trabajo con un mejor pago.

Porque no es fácil tener dos hijos, uno estudiando que está por ingresar a la universidad y pagamos renta. Mi esposo pone malla ciclónica, pero su trabajo es por contrato, no siempre tiene

¿Cree que sus patrones accedan a hacer un pago al IMSS para que usted tenga seguro social?, se le cuestiona.

“De mis patrones, no sé. Pero yo pienso que otras personas, si valoran el trabajo de la persona, obvio que sí, no van a sentir feo, porque ante cualquier accidente también es responsabilidad del patrón lo que nos pase. Para mí sería perfecto que nos ayuden, pero no creo que todos sean de corazón amable y digan: órale ten. Algunos sí, otros no. No va a ser tan fácil que acepten”, indicó.

Ello, dice, sería de gran ayuda para las familias, porque en este momento acudir a una consulta con el médico particular “es carísimo”. Ante cualquier accidente no tienen quién las respalde o les ayude.

Martha dice que nunca ha recibido ningún apoyo del gobierno y observa con incredulidad el programa piloto del IMSS, aunque dice con esperanza que ojalá funcione.

“Estaría bien que nos apoyaran en eso y que nos apoyen más porque mucha gente tiene recursos y recibe más del gobierno y uno que está matándose día y noche y no nos dan nada. Eso también lo deben ver”, señaló.

Incluso recuerda que hace años, viviendo en un “jacalito donde se caía todo”, sin agua y sin luz, esperaba con ansias apoyo del gobierno que nunca recibió; “pero si este programa es para ayudar a las personas estaría perfecto”.

CONAPRED

De acuerdo con la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), las trabajadoras del hogar han sido históricamente objeto de una discriminación estructural, dado que enfrentan obstáculos para ejercer sus derechos a raíz de la naturaleza misma de su empleo.

Explica que la mayor parte de la sociedad no considera al trabajo del hogar como una ocupación “real”, sino como parte de las actividades “normales” o “naturales” de las mujeres.

Por ello, refirió, éste es un sector particularmente invisible y estigmatizado. Las condiciones que las trabajadoras del hogar enfrentan en el empleo son difíciles, pues las leyes permiten que trabajen jornadas hasta de 12 horas sin derechos laborales ni seguridad social, sin contrato, sin garantías de pensión y sin posibilidad de ahorro, entre otras privaciones.

PROGRAMA

Tras la resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el IMSS ha lanzado un programa piloto de afiliación de las trabajadoras del hogar para atender la recomendación sobre el reconocimiento al derecho que tienen a recibir atención médica, a guardería y, sobre todo, que durante estos próximos años puedan juntar recursos y tiempos que les permitan tener una pensión.

Más de 163 mil trabajadoras en Veracruz tienen ese derecho y para ello tendrán que registrarse, dio a conocer Candelario Pérez Alvarado, delegado del IMSS en Veracruz Norte.

Para quienes no tienen el número de Seguro Social lo podrán conseguir a través de la aplicación del IMSS, en la página oficial o en las oficinas administrativas en las cinco subdelegaciones, donde tendrán que presentarse con su acta de nacimiento e identificación oficial.

Quienes ya cuentan con él podrán ingresar a la página de internet en el apartado de Trabajadoras del Hogar, donde deberán registrar los días que trabajan, con cuántos patrones, cuál es su ingreso y acreditar por lo menos 20 días laborables para determinar la cuota que deben dar los patrones, que en promedio son 900 pesos por cada uno al mes, y 90 pesos la trabajadora.

Una vez determinado el monto, se emite una especie de recibo que debe firmar la trabajadora y el patrón que le debe entregar su aportación a la beneficiada, quien a su vez deberá acudir a algún banco para hacer el pago correspondiente y con ello le acredita en automático el tener derecho de guardería, servicios médicos, ahorro y pensión en el futuro, pero también atención médica a sus hijos o esposo.

Veracruz representa el 12% de la población que será beneficiaria del programa a nivel nacional de los 2.3 millones de mujeres y hombres que tienen derecho a registrarse.

La aportación económica al IMSS es mensual, por lo que si un mes no se paga, la trabajadora no podrá acceder a estos derechos.

“Es un reconocimiento a un trabajo tan importante que hacen las trabajadoras del hogar en nuestras viviendas y la oportunidad de poderle dar este servicio que necesitan ellas y sus familiares”, añadió Pérez Alvarado.

Indicó que al momento ese es un programa piloto voluntario, pero confió en la voluntad de los patrones para reconocer la labor de las trabajadoras del hogar.

Este programa está vigente, por lo que las trabajadoras interesadas pueden hacer su registro en cualquier momento ante las páginas oficiales del IMSS o sus oficinas.

El delegado del IMSS insistió en que se trata de un derecho de todo trabajador, por lo que tendrán que hacer las adecuaciones correspondientes para poder otorgar ese servicio al total de derechohabientes.

LOS DATOS

La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo para el primer trimestre de 2018 señala que en México 2.3 millones de personas se dedican al trabajo del hogar remunerado. En total, 92% es mujer (INEGI 2018).

El promedio de escolaridad de la población ocupada de México con 15 y más años equivale a 10 años. Para los hombres trabajadores del hogar, el promedio disminuye a ocho; para las mujeres del mismo oficio, a siete (STPS 2016).

Los hombres que se dedican al trabajo del hogar remunerado gozan de mejores condiciones laborales que sus contrapartes mujeres. Por ejemplo, tres de cada diez (29.3%) hombres trabajadores del hogar percibe hasta dos salarios mínimos; entre las mujeres, la proporción aumenta a cuatro de cada diez (41.8%) (STPS 2016).

Y mientras que 83.2% de los hombres en esta ocupación no tiene acceso a servicios de salud, la proporción entre las mujeres aumenta a 98.1% (STPS 2016).

Entre las trabajadoras que participaron en una encuesta del Conapred (2015), un tercio (36%) comenzó a trabajar siendo menor de edad; de hecho, una de cada cinco (21%) lo hizo entre los 10 y los 15 años, edades en las cuales el trabajo es ilegal (Conapred 2015).

El 96% de las trabajadoras del hogar encuestadas en el mismo estudio no contaba con un contrato escrito que especificara sus actividades (Conapred 2015).

Los resultados de dicho estudio también muestran que cuatro de cada cinco (81%) de las trabajadoras encuestadas se emplean en el trabajo doméstico por razones de necesidad económica y por factores asociados a la marginación y la pobreza, como escaso logro educativo y falta de oportunidades.

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