ACAYUCAN, Ver.- Michapan Paso Real es una comunidad netamente agrícola y ganadera en la que existen dos barrios, uno denominado “Camboya”, el otro “Chile”, asentamientos con más de 60 años. Aquí existen cuatro Iglesias pentecostés, todas nacieron a partir del surgimiento de la iglesia “Alfa y Omega”, que se ubica en Camboya y que a últimas fechas está en la mira de las autoridades por versiones surgidas a partir de que brigadistas de IMSS Prospera solicitaron la intervención de las autoridades, pues la gente no accede al servicio médico.
En sus calles maltrechas se escucha el bullicio de la comunidad, unos van en motocicletas, otros a caballo, son pocos los vehículos que pasan por sus calles. Nos observan de reojo, la gente sale de su humilde vivienda y nos observa, una mujer en la calle habla por teléfono.
Un hombre camina a orillas de una calle y a pregunta expresa de inmediato responde: “No vamos al médico, al menos yo no lo necesito, al que no le dé la fe, y si quiere ir a curarse, pues que vaya”, dice Luis Hipólito Ramos, “nadie prohíbe, la decisión es de nosotros, si yo les contara por todo lo que pasé”.
De inmediato nos suelta su testimonio:
Esta rodilla la tenía mal, me pegó un becerro aquí, me lastimó, me apestaba la herida; no llegaban los médicos, y yo les decía ‘sí, ya me estoy curando, pues la Biblia dice que con oración y ayuno, pues desde que caí me puse mi cadena de ayuno de 24, siete ayunos hice de 24 y de ahí me fui, puse otra cadena de ayuno de 6, todos los días.
Tengo 25 años de estar en esa iglesia y retroceder sería malo, pues he visto las grandes obras de Dios. Ahí están mis hijos, ahí están esos niños, a poco cree que ellos saben qué es tomar una pastilla, nada, gracias a Dios
“Nosotros tenemos a aquel que nos dio la vida, para que necesitamos vacunas, la verdad no necesitamos vacunas y podemos comparar a nuestros hijos, con los hijos del mundo y verán cual es la diferencia”, dijo.
Al preguntar por el Pastor, nos señalan dónde vive, pero nos dicen que no está. De inmediato se nos acerca un joven, su nombre Jorge Prieto Basurto, quien dicen que “no necesitamos médicos, no estamos enfermos y si lo estuviéramos, sabemos quién nos cura, tenemos mucha fe y sabemos que con el ayuno y oración alcanzamos la sanidad”, explica.
Asegura que ni uno de sus hijos están vacunados, y “si nos enfermamos, como cualquiera, pero tenemos la fe y la confianza que Dios me lo dio y él me le da la medicina, aquí la medicina es el ayuno y la oración, ésa es la fe que tenemos”.
En ese momento llegó el pastor Serafín Prieto Ramos, quien se acerca, saluda, se encamina hacia el templo, abre sus puertas y nos atiende. “ésta es nuestra iglesia, no tenemos un ídolo, no adoramos a ninguna imagen, directamente adoramos a Dios.
Asegura que “sí ha entrado el sector salud, a mí ni en cuenta me toman, llegan y cuando vemos ya están aquí, yo no me meto en eso, ellos visitan los hogares. Yo prohíbo que vayan al baile, que fumen, que tomen, que agarren lo ajeno, siempre les he dicho que respeten a la gente”.