No se olvida: cientos de muertos por inundaciones hace 20 años

Comunidades enteras desaparecieron, entre ellas San Antonio Coronado y Cacahuatal, otras resultaron severamente dañadas como Lomas de Arena, Santa Rosa, Barriles, Lomas de Arena

María Elena Ferral | Diario de Xalapa

  · domingo 6 de octubre de 2019

Foto: Cortesía

Gutiérrez Zamora, Ver.- Veinte años se cumplen de la tragedia que enlutó a varios municipios del norte veracruzano, entre ellos Tecolutla, Gutiérrez Zamora, Papantla, Poza Rica, Álamo y Cazones, que se vieron fuertemente afectados por el desbordamiento del río Tecolutla. Las trágicas escenas no las olvidan quienes las vivieron en carne propia y con impotencia vieron desaparecer en el agua a cientos de personas, a las que hoy se les recuerda.

Algunos sobrevivientes del 5 y 6 de octubre de 1999 recuerdan que comunidades enteras desaparecieron, entre ellas San Antonio Coronado y Cacahuatal, otras resultaron severamente dañadas como Lomas de Arena, Santa Rosa, Barriles, Lomas de Arena y muchas más, principalmente las localidades asentadas a orillas de los ríos Necaxa, Tecolutla y Cazones.

El 5 de octubre se conmemoraron 20 años de la inundación que provocó devastaciones en al menos 80 municipios en toda la entidad, según el reporte que ofreció el gobierno estatal. El desastre en el norte fue provocado, según se dijo tiempo después, por la apertura de las compuertas de las presas “Necaxa” y “La Soledad”, que estaban hasta el tope de agua debido a la intensidad de las lluvias.

En aquellas fechas las autoridades reconocieron la pérdida de 384 vidas humanas, aunque quienes vivieron la tragedia desestimaron la cifra, teniendo en cuenta que fueron comunidades enteras las que desaparecieron bajo el lodo y el agua de los ríos; otros más recuerdan a personas que no pudieron salvarse y fueron arrastradas por la fuerte corriente.

Esas imágenes quedaron grabadas en la memoria colectiva de los habitantes de Poza Rica, Papantla, Cazones, Nautla, Martínez de la Torre, Álamo, Tecolutla y Gutiérrez Zamora, Espinal, entre otros, que fueron testigos de cómo la fuerza del río arrancaba árboles enteros, con decenas de personas que en un intento por salvar su vida subieron en ellos.

En la región, aún a la fecha, quedan vestigios de comunidades que quedaron abandonadas tras la inundación, las cuales hoy comunidades “fantasma”, porque sus pobladores, los que lograron sobrevivir, emigraron, huyendo del dolor de haber perdido a sus seres queridos y otros en busca de una nueva forma de vida, porque aquí todo lo perdieron por las inundaciones del 99, que dejaron a su paso muerte, devastación, inundación, damnificados, desabasto y el dolor que permanece en la memoria de quienes no olvidan esa tragedia, la peor de la que se tenga memoria.

Y justo en estas fechas persiste el temor, pues comenzaron a registrarse lluvias en estos días y las presas “Necaxa” y “La Soledad” siguen siendo una amenaza para la población.