El llamado movimiento “antivacunas” representa un verdadero riesgo, ya que pueden regresar enfermedades que se creían erradicadas, consideró Ramón Galindo Benítez, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad Veracruzana (UV) y expuso que el mayor riesgo es para los menores así como para las personas que padecen cáncer, VIH o algún tipo de enfermedad que provoque bajas defensas.
Tras darse a conocer que la presencia de cuatro casos de sarampión en México, enfermedad que se había declarado erradicada en América desde septiembre de 2016, el médico expuso que el dejar de vacunar a los niños ya ha provocado el regreso de enfermedades y que aunque la mayoría de la población en México está protegida contra esta enfermedad, existe un grupo vulnerable al contagio pese a la vacuna que recibieron siendo niños.
“La población mexicana en su mayoría está vacunada contra el sarampión, que es la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) y evidentemente que eso implica un éxito pero ante las situaciones de cáncer y VIH la gente se deprime inmunológicamente y pueden atacarlos este tipo de enfermedades. Hay casos además como el de la tos ferina que regresó y de eso también se muere la gente”, advirtió.
El catedrático universitario y responsable de posgrados de la Facultad de Medicina de la UV defendió el sistema de vacunación y aseguró que cada una de las dosis inmunológicas que un menor o adulto recibe representa años de investigaciones y pruebas antes de ser aplicada, por lo que no existe riesgo de reacciones desfavorables. “Mucha gente le tiene miedo a la vacunación porque se corre la voz de que provocan reacción cuando esa reacción depende de la calidad de la vacuna, del momento en el que se aplique y hasta de ‘la mano’ de la enfermera y no precisamente de la fórmula que se inyecta”, dijo.
VACUNAS SE ACTUALIZAN
El movimiento “antivacunas” inició en 1998, a raíz de un artículo publicado por el investigador Andrewd Wakefield en la revista The Lancet, en el que relacionaba la aplicación de la vacuna triple con el autismo y enfermedades gastrointestinales, lo que provocó que miles de personas comenzaran un movimiento de resistencia a este tipo de dosis. Pese a que la información de Wakefield fue desmentida y considerada fraudulenta y a él se le revocó la licencia para ejercer la medicina en el Reino Unido, este movimiento continúa vigente en muchas partes del mundo.
“El consejo de los especialistas es que hay que respetar completamente los cuadros de vacunación de toda la población, desde los pequeñitos, adolescentes y adultos (…) es muy importante la vacunación y un error no seguir los esquemas”, señaló el entrevistado.
Dio a conocer que las vacunas se van modificando con el paso de tiempo a fin de hacerlas más poderosas. Refirió casos como el de la vacuna DPT o triple bacteriana que contenía reactivos contra la difteria, tétanos y tos ferina y ahora se trasformó en pentavalente por proteger también contra la poliomielitis e infecciones producidas por Haemophilus, además de que en el sector privado existe una hexavalente que ya que incluye hepatitis B.
Sin embargo, aseguró que muchas veces el retraso de la aplicación de las dosis en los menores no sólo depende de los padres de familia sino de las clínicas y hospitales del sector salud que muchas veces no tienen disponibilidad de vacunas.
“El sector salud a veces no tiene vacunas, esa situación es incongruente porque se debe tener previsto esto para crear reservas correspondientes”, concluyó.
